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 published: 2006-01-06

Instrumento de la Mater que los acercó al Santuario

Cuarenta años atrás el Padre visitó a los puertorriqueños en Nueva York

16 de septiembre de 1965: el Padre Kentenich visita a New York

September 16, 1965: Father Kentenich visits New York

16. September 1965: Pater Kentenich besucht New York

Foto: Archiv

 

ESTADOS UNIDOS, Mercedes Vázquez. Durante el exilio del Padre Kentenich, sucedió algo muy especial: comenzó a fluir una corriente desde el Santuario del Exilio en Milwaukee hacia Brooklyn, Nueva York. Parecía inconcebible, pero surgió un vínculo entre el Padre Kentenich y los puertorriqueños que vivían en Brooklyn. El amor y fidelidad al Padre y a la Santísima Virgen Maria floreció de tal forma que hizo que los puertorriqueños hicieran toda clase de sacrificios para poder viajar al Santuario del Exilio y, desde luego, para visitar al Padre Kentenich. ¿Qué fue lo que hizo que esos puertorriqueños desarrollaran esa clase de amor y fidelidad hacia el Padre? 

El Padre fue el instrumento que los trajo al Santuario y a la Mater. El inculcó en ellos un sentido de dignidad, de transformación y de fidelidad que era les era desconocido. El fue el instrumento utilizado por la Santísima Virgen para moldearlos en una familia. ¡Una familia schoenstattiana!

En el año 2005 se celebró la visita del Padre a Nueva Cork... cuarenta años atrás, sucedía un acontecimiento maravilloso: el Padre Kentenich recibió un telegrama pidiéndole que se reportara a Roma.  En su camino hacia Roma, decidió visitar a los puertorriqueños que vivían en Brooklyn, insistiendo en que quería devolver las muchas visitas que estos le habían hecho en Milwaukee. Quería visita "la Vieja Candelaria", el Santuario Hogar erigido por Frank y Ramonita Díaz a la Santísima Virgen, nuestra MTA.

Reflejo de la bondad y la misericordia del Padre Dios

Las restricciones del tiempo ponían limitaciones a la cantidad de tiempo que el Padre podría detenerse en Nueva York. Su vuelo a Roma estaba destinado a partir de Nueva York ese mismo día por la tarde. Pero eso no lo desanimó. El quería encontrarse con los puertorriqueños que viajaban a Milwaukee para verlo a él. Para ellos el idioma no era una barrera. Nada les importaba a ellos. El amor no tenía límites en lo que se refería al Padre Kentenich; y él quería reciprocar ese amor y esas visitas haciendo una parada en Staten Island y más tarde en Brooklyn.

Imposible describir el entusiasmo cuando el avión aterrizó en el aeropuerto Kennedy. Cuando la familia schoenstattiana vio al Padre, todos empezaron a cantar "Caminando en la alianza". Lo seguían por todos los sitios que iba, querían estar cerca de él, y algunos de ellos hasta cogieron el tiempo libre de sus trabajos para poder estar con el Padre.

¿Cómo puede justificarse esto, que crezca un amor tan fuerte entre personas cuyas culturas son un mundo aparte? Algunos dicen que quizás ellos veían al Padre como una figura agradable y paternal, otros quizás lo vieron como a alguien que refleja la bondad y la misericordia del Padre Dios. Otros veían en él a un profeta de María.  Quizás otros lo vieron a la luz de un sacerdote que estaba dispuesto a pasar por toda clase de dificultades por amor a la Santísima Virgen y a la Iglesia, y cuya humildad al aceptar sus sufrimientos abrió las puertas para que otros pudiesen entender la santidad de la vida diaria.

Como un niño ante los ojos de Dios

Los puertorriqueños siempre han sido devotos de la Santísima Virgen, y el Padre Kentenich reconoció esa cualidad en ellos de ser como un niño ante los ojos de Dios, que fue lo que los atrajo hacia Ella. El Padre abrió un horizonte muy diferente para su acercamiento a la Santísima Virgen, no sólo como una madre sino también como educadora. Se dio cuenta de que la mayoría de ellos era gente humilde, con corazón abierto, y les enseñó cómo Maria podía ayudarlos a educarse a sí mismos, como su madre e intermediaria.

La Alianza de Amor se volvió una forma de vida, que ellos vivieron verdadera y fielmente. Esta se convirtió en lo más importante de su vida, al mismo que dio vida al Santuario Hogar la "Vieja Candelaria" en Brooklyn y eventualmente al Santuario de la Luz (la Nueva Candelaria) en Staten Island. 

Esto es lo que se llama un regalo de amor: de la Santísima Virgen a través del Padre Kentenich a los puertorriqueños, ¡FUNDIDOS EN AMOR DIVINO!

Fuente: Schoenstatt Family Magazine, USA


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Last Update: 06.01.2006 Mail: Editor /Webmaster
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