Capitalario de los seminaristas The seminarians made up this „Capital of Grace form“ So sammelten die Studenten der Schönstattpatres Gnadenkapital für Schönstatt in Indien
Seminaristas Seminarians Studenten der Schönstatt-Patres
En el Santuario de Bangalore In the Shrine in Bangalore Im Heiligtum in Bangalore
El futuro! The future Die Zukunft! Fotos: Wosny © 2006

INDIA, Edgardo y Rosa Aymerich. Edgardo y Rosa Aymerich continúan su labor misionera y apostólica por India. Consideran que la misión de Schoenstatt en la India es la fundar la estructura de la Familia con todas sus ramas y extensiones, para poder así contribuir a la renovación religiosa moral de la iglesia, a través de un movimiento de educadores del hombre nuevo en la nueva comunidad. Para ello habrá que enfrentarse a pequeños y grandes problemas, no sin la ayuda de la Mater, que como siempre se muestra victoriosa y medianera de abundantes regalos. En este apartado, quieren compartir con toda la Familia de Schoenstatt internacional algunas reflexiones en torno a las implicancias de las diferentes culturas y al rol protagónico de la Iglesia para dar respuestas concretas a los desafíos del tiempo actual.

India es un país cálido, con gente amable y generosa, donde el valor de la familia aún late con fuerza en la sociedad y es cimiento sólido de la Iglesia. India es un país en donde cada familia cristiana construye en sus hogares pequeños altares para alabar a Cristo y a Maria, y en donde nadie esconce su fe, porque no se concibe vivir sin ella. Se vive un catolicismo con más entusiasmo, de gente devota y piadosa, religiosa y normalmente comprometida. Todo cristiano va a misa. Los no creyentes, sea cual sea su religión, prácticamente no existen. Las parroquias tienen fuerza y gran influencia. Una Iglesia llena de tradiciones en donde incluso la juventud vive la fe de una forma muy natural.

Sumergidos en la "inculturación", a través de la "marianización" del mundo

Cuando uno llega de un país a otro, de una cultura diferente a una nueva, tiende a ver las cosas con sus propios ojos, utilizando los patrones de su cultura de origen. Esto le lleva inevitablemente al error y a la confusión. No sólo las costumbres pueden ser distintas, sino la forma de pensar y la manera de actuar ¿No será mejor mirar las cosas con los ojos de María? Ella conoce el corazón de cada pueblo; Ella es la perfecta "inculturizada" Como San Pablo, hay que hacerse débil con los débiles, judío con los judíos e indio con los indios. "Inculturización" significa romper con los esquemas previos, sumergirse en la nueva cultura, entenderla, mirarla con delicadeza y respeto, y observarla con mente abierta.

Ahora bien, ¿no le corresponde a la Iglesia dar respuestas concretas a la cultura de un país? ¿No fue Cristo, escándalo para los judíos, el primero que con su vida atizó de lleno a una cultura milenaria? El mismo Padre Kentenich supo diagnosticar la enfermedad que padecía Occidente: un tipo de mentalidad mecanicista que "cómo una epidemia invade nuestra cultura, carcomiendo los cimientos de Occidente, conduciéndolo a la ruina"

Que algo sea cultural por tanto, no significa que sea necesariamente bueno. Cuando uno conoce el país y lo ama quiere lo mejor para él. Pero, ¿qué tipo de respuestas se deben dar? No se pueden utilizar los mismos patrones que ayer, ni siquiera los que funcionan en otros lugares. Hay que llevar a cabo acciones concretas en cada momento y lugar. El mismo San Pablo introdujo en su época una nueva visión sobre la esclavitud. Sin utilizar las mismas pautas que hoy utilizaríamos, su aporte fue, sin embargo, herencia para su futura abolición (San Pablo Col 3, 22)

Arribando a la Iglesia de las Nuevas playas

Nuevamente en San Pablo encontramos respuesta a otro de los aspectos más controvertidos de la India: "Todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús. Porque cuantos en Cristo habéis sido bautizados, os habéis vestido de Cristo. No hay ya judío ni gentil, ni esclavo ni libre, ni hombre ni mujer, porque todos sois uno en Cristo Jesús" (San Pablo, Gál 3, 26-28) ¿Acaso no es un reto para la Iglesia terminar de una vez con un sistema de castas, que aunque prohibido por ley, sigue latente hasta en la propia Iglesia, por estar fuertemente arraigado en la cultura? La única casta que los cristianos conocemos es la de los hijos de Dios.

Si la Iglesia quiere subsistir y crecer, y si Schoenstatt quiere aportar algo a ello, se necesita una aspiración heroica y ferviente a la santidad. Estamos en la era de los santos, porque santos podemos ser todos laicos y religiosos. ¡Hay que educar al hombre nuevo que lucha ardientemente por su propia santificación y la construcción de la nueva comunidad! Así Schoenstatt también débil y llena de defectos, pero portadora de una gran misión por ser hija del Padre Kentenich, está llamado a ser ahora y en el futuro, alma y corazón de la Iglesia

La preocupación central del Padre Kentenich fue la Iglesia y el destino de nuestra cultura. El carisma de Schoenstatt, lo que está llamado a ser y lo que quiere regalar a la Iglesia es sumergir cada aspecto de la cultura en María, es decir, la "marianización" del mundo. Una misión universal, válida para todos los rincones de la tierra y que es La Solución a cada problema. ¿Nos encaminamos a la "Iglesia de la nueva ribera, la cultura de los novísimos tiempos y la nueva era mariana de la humanidad"? ¡Con María, alegres por la esperanza y seguros de la victoria, hacia los tiempos más nuevos!