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El altar del futuro Santuario en Zimbabwe The altar of the future shrine in Zimbabwe Der Altar des zukünftigen Heiligtums in Zimbabwe Foto: Peter © 2005 |
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ZIMBABWE, Marlene Peter. Schoenstatt en Zimbabwe: Una pequeña familia de Schoenstatt sin Santuario, pero con un altar de un santuario, que es el centro espiritual de un país golpeado por el hambre, el SIDA, y la presión política. Vinculados al Santuario, ellos quieren dar una respuesta desde la espiritualidad de Schoenstatt: Mantener viva la esperanza.
Para su Jornada Nacional, los dirigentes se encontraron en el "Santuario habitación" en la casa de Sheila Coleman’s, empezando con una meditación. Las oraciones y cantos estuvieron enfocados en el Espíritu Santo. Después rezaron los misterios luminosos del rosario, pidiendo especialmente por el éxito de todo el fin de semana, y recordaron, también, a todos aquellos conectados con Schoenstatt en Zimbabwe a lo largo de los años desde 1975, cuando el movimiento nació en el país, que ya regresaron a la Casa del Padre. Compilaron una lista de ellos – muchos miembros de familia – y pusieron sus nombres en el santuario con fotos que encontraron de ellos. Fue una tarde muy linda, llena del Espíritu.
Volvieron a reunirse el sábado a las 12 am y empezaron rezando el Angelus. Siguieron oraciones al Espíritu Santo y Stella Arnold leyó un Salmo muy lindo. Todos presentaron sus intenciones, confiados en que eran escuchadas por el Señor. Cuando el P. Michael Hagan llegó alrededor de las 14hs desde Cape Town, las ramas empezaron a presentar su informe anual. Todos los informes reflejaban las dificultades que atraviesan allí, y la solidaridad que surgió entre los miembros de la familia de Schoenstatt, además del amor maternal de la Madre tres veces Admirable.
"¿Cuál es la situación actual en el país, la Iglesia, la Familia de Schoenstatt?"
El P. Michael a continuación empezó con su introducción sugiriendo tomarle el pulso al tiempo y a las circunstancias que les toca vivir. Hay que considerar qué decisiones tomar ante la crisis que enfrenta el país.
Se preguntaron: "¿Cuál es la situación actual de la Iglesia?". Hubo varias observaciones: Algunas parroquias están muy activas, otras no tanto. Algunos pensaban que había crecido el número de fieles que asisten a misa (entre semana especialmente) y el interés por parte de los laicos en las cosas espirituales. La Adoración al Santísimo Sacramento tuvo mucha fuerza por el Año de la Eucaristía. Algunos notaron menos entusiasmo por parte de los Sacerdotes y Obispos.
"¿Cuál es la situación en el país?". El SIDA se está cobrando muchas vidas, cortes de combustible, falta de comida, alto costo de vida (…), desempleo y un alto incremento en el índice de crímenes.
Tenemos que mantener nuestras esperanzas vivas
"¿Y en la Familia de Schoenstatt de Zimbabwe?". La cifra aún se mantiene baja. Algunos ya se están poniendo viejos, ¡aunque siempre jóvenes de corazón! Este año, murieron cuatro integrantes de la Familia– Jimmy Finch, Erica Meter, y Pat Eeson y su marido. El altar del santuario se llevó de lo de Arnold a casa de Sheila. El P. Michael Hagan fue allí para bendecirlo. La pregunta que todos debían hacerse es: ¿Cómo me afecta esto a mí?
Compartieron sus pensamientos y algunas observaciones: miedo, preocupación, inquietud; el constante aumento en el cuidado de la salud y los medicamentos hace de la enfermedad una carga muy pesada. Mucho hablaron de sentimientos mezclados, depresión, tristeza, nostalgia de tiempos mejores. El desafío concreto que muchos están atravesando es la decisión de irse o quedarse. Algunas familias han tenido que separarse a raíz de la emigración de alguno de los miembros. Surge la pregunta: ¿Tenemos una misión acá, en y para nuestro país? ¿O la misión es buscar un mejor futuro para nuestra familia? "No hay muchos motivos para ser optimista, y sin embargo hay cierto optimismo", señaló uno. La brecha económica entre ‘ricos y pobres’ se incrementa cada vez más; la situación lo lleva a uno a vivir con el corazón en la boca. Algunos sienten que son una carga para sus hijos. Hace falta humildad para aceptar la dependencia. Sin embargo, una y otra vez se enfatizó: Tenemos que mantener viva nuestra esperanza.
Después de esta lluvia de ideas, el P. Michael expresó que a una situación particular le sigue una respuesta particular. ¿Cómo discernir lo que Dios nos está diciendo a cada uno en esta situación?
Resaltó el método de discernimiento del P. Kentenich: Contemplar y observar las situaciones, compararlas con otras, con la vida de Cristo y de María; llegar a un acto de aceptación, enfrentando el conflicto (en vez de ignorarlo e huir de él), ir en busca de la puerta abierta – y cruzarla.
El tercer paso es sintetizar nuestras opiniones y dar una respuesta diaria, afirmar decisiones y entregarnos, para ganar libertad interior. Todo esto está incluido en nuestra Consagración: "Oh Señora mía, Oh Madre mía, yo me ofrezco todo a ti…".
La vinculación al Santuario ayuda a enfrentar la situación
Tenemos que vivir muy conscientemente día a día, en estado de alerta. Pedirle a nuestra Madre que nos ayude a enfrentar lo que tenemos que enfrentar. Es importante estar atentos a nuestra situación y nuestras reacciones. ¡Es un gran desafío vivir la Alianza de Amor!
La puesta en común de estos días hizo surgir muchas cosas: gratitud, formas de adaptarse a distintas situaciones en el pasado, sentimientos de desamparo. Oliver insistió en que había que mantener el optimismo, que el odio engendra odio, y el amor engendra amor. Sheila dijo que hay que rezar por aquellos que nos lastiman. Que es necesario animar a otros. Son sobrevivientes, muchos de los cuales se han fortalecido a través de dificultades y pérdidas pasadas.
El P. Michael afirmó que la vinculación al Santuario les ayudará a enfrentar la situación. Hay que adaptarse, ser compasivos, positivos e irradiar fuerzas.
Durante las misas de esa tarde y la mañana del domingo, el P. Michael los instó a conocerse, conocer sus miedos, inquietudes, experiencias dolorosas; a aceptarlas, hacerlas suyas, meditarlas y entregarse, dejarse conducir, y ponerlas en las manos de Dios, confiando en su Divina Providencia. Como el P. Kentenich, ser interiormente libres. Entregarse a la MTA, a Cristo. Sobreponerse a lo negativo es un proceso continuo.
El Santuario nos ayuda a enfrentar los desafíos de nuestro tiempo. Cada uno de nosotros tiene desafíos. Terminamos agobiándonos físicamente, y esto afecta toda nuestra persona. La situación que vivimos no es normal. Hay que tomar conciencia de esto. ¿Soy conciente de ello? Tiempos como este pueden acercarnos mucho a Dios, o ser tan sólo una oportunidad perdida. Pueden ser momentos de crecimiento y gracia. Es necesario desarrollar nuestro sentido del humor. Tenemos que vivir una vida extraordinariamente cristiana. No es cómodo ni fácil; estamos llamados a vivir y crecer en santidad. Es lo que hacemos para abrazar la cruz de Cristo con alegría, sin amargura ni tristeza. Recordemos que el mensaje de Dios es un aliento de vida para aquellos que creen. El Santuario es nuestro núcleo, de donde sacamos la fuerza para vivir. Refiriéndose al libro de oraciones que el P. Kentenich escribió en Dachau, el "Hacia el Padre", el P. Michael señaló que la Inscriptio es la clave.
Después del almuerzo del domingo, cunado estaban discutiendo el lema para el año entrante, el P. Michael aseguró que Zimbabwe requiere una extraordinaria respuesta. Pueden crecer en su camino de santidad. La respuesta pasa por enfrentar las distintas situaciones y que estas sirvan de ayuda para crecer. Es necesario experimentar el Santuario como nuestro Cenáculo. Estar llenos de gracia, llenos del Espíritu, rezar por su presencia. Después de este profundo tiempo de oración, encontraron el lema que los inspirará e iluminará durante el próximo año: "Vinculados al Santuario, nuestro Cenáculo, mantenemos viva nuestra esperanza".
Traducción: Matías Clavijo, San Isidro, Argentina