María, con anhelo de una patria renovada, te cantamos

En La Plata no se olvida al Padre Carlos Cajade y a su obra, que nació en una Navidad

Serenata a la Mater, 8 de diciembre, delante del Santuario Serenata for the Blessed Mother, December 8, in front of the Shrine Serenade für die Gottesmutter, 8. Dezember, vor dem Heiligtum
El Santuario, vestido de fiesta The Shrine in Feastday splendor Das Heiligtum im Festtagsschmuck
Ave Maria Ave Maria Ave Maria Fotos: Gaias © 2005

ARGENTINA, La Plata, Silvia y Gustavo Gaias/mkf. El 8 de diciembre, como desde hace 30 años, se realizó una vez más la "Serenata a María" frente al Santuario. Es un homenaje a la Inmaculada, patrona de la ciudad de La Plata. Participaron Coros de Colegios, Parroquias, grupos folklóricos y la Familia de Schoenstatt. Fue una hermosa noche, pues aunque el día amaneció con una lluvia torrencial, finalmente durante la tarde el cielo se despejó y se pudo compartir una hermosa velada. El lema de este año para la Serenata fue: "María, con anhelo de una patria renovada, te cantamos". En las rejas que rodean el terreno del Santuario, se leía un nombre que nadie olvida en La Plata: Padre Carlos Cajade.

 El Santuario fue adornado muy hermosamente para el día de la Inmaculada. Los Misioneritos de María cantaron dos temas con ritmos folclóricos dedicados a María, acompañados por Gustavo Gaias con charango, un instrumento autóctono del altiplano.

No sólo el gran cartel en el fondo recordaba al Padre Carlos Cajade: también los chicos presentes recordaron al sacerdote tan querido, que falleció el pasado 22 de octubre después una grave enfermedad. Su obra nació en la Navidad de 1984, el mismo año en el que la Dra. Ana Mon, también en La Plata, fundó "Apoyo Familiar", cuyas Casas del Niño son una medida de prevención para que los chicos de familias pobres no terminen en la calle. El Padre Carlos le dijo: "Ocúpate de la prevención. Yo trabajo para los que ya esto les llegó tarde y viven en la calle": lo contó Ana Mon su reciente visita a Schoenstatt. En el diálogo con el Padre Carlos Cajade, él afirmó que "así todos los chicos tienen una oportunidad". Ana Mon, nominada varias veces por su obra como candidata al premio Nóbel de la paz, propuso con firmeza: "supongo que lo van a incluir en la galería donde están las personalidades ejemplares de Schoenstatt. Seguro que si, él vivió el Schoenstatt que necesitamos...un Schoenstatt para los demás".

Hay que despertar la conciencia de la necesidad de ayudar a los pobres

Su labor comenzó en 1984, cuando era párroco en Berisso, una localidad vecina a La Plata. En la Nochebuena de ese año, encontró a unos hermanitos solitos en la calle y los invitó a celebrar con él. Escribe el periodista Luis Bruschtein: "Había nacido hace 55 años en un hogar humilde de Ensenada y creció en Villa Argüello, de La Plata. A los 14 años empezó a trabajar como obrero del frigorífico Swift, donde conoció a viejos militantes por la dignidad humana. "Soy de la juventud de los ’70 –decía– y vivencié el anhelo por los ideales de un mundo más humano, más justo, más fraterno. Yo creo que todo eso que fui aprendiendo se canalizó en esa Nochebuena del ’84."

Porque esa Nochebuena, el párroco Cajade, de la iglesia San Francisco de Asís, de Ensenada, terminó la Misa de Gallo y cuando fue a cerrar la puerta encontró a tres pibes sentados en la escalinata. Les dijo que era Nochebuena, que tenían que ir a sus casas a festejar. Los chicos le dijeron que no festejaban porque no vivían en sus casas sino en un baldío. No les creyó y lo desafiaron a que fuera con ellos. El cura fue y se encontró con que había más chicos y chiquititos. Entonces fue al almacén, compró todo lo que pudo y pasó la Nochebuena con ellos en el terreno baldío. Allí empezó con la idea de crear el hogar. Esos chicos ahora son adultos y algunos son educadores en la Casa de la Madre Tres Veces Admirable..." Ese es el Hogar que fundó, y que lleva el nombre de la Virgen de Schoenstatt, la que atrae a los corazones jóvenes, que los educa... y sobre todo los ama con ternura maternal.

A partir de esa Navidad el Padre Carlos Cajade se ocupó en forma especial de los chicos de la calle, se trasladó al Barrio Aeropuerto y construyó con muchísimo esfuerzo el hogar, la Capilla de la MTA, la huerta, la granja, la imprenta (que está en La Plata) la panadería, y otro sinnúmero de cosas que multiplicaron su ayuda a los pobres, a los niños de calle, a las madres solas...

Él celebraba la Sta. Misa en el Santuario de La Plata todos los viernes, venía gente de todas partes a sus Misas, y a veces (mejor dicho casi siempre) tocaba la guitarra, cantaba canciones que él mismos componía. Sus homilías eran un verdadero mensaje para despertar la conciencia de la necesidad de ayuda que tienen los pobres, sobre todo los niños, y la necesidad del perdón a los hermanos...

"Realmente no lo habíamos valorado en toda su grandeza, hasta que lo perdimos...,"

No hay palabras para contar todo lo que hacía, con una sencillez y una humildad impresionantes... El 18 de octubre, cuando estaba muy gravemente enfermo, la gente del Hogar organizó una peregrinación al Santuario. En la caminata se les sumaba gente en todas partes, mucha gente que pedía por su curación, cuando llegaron se celebró la Sta. Misa en el Santuario, fue muy emocionante.

"Realmente no lo habíamos valorado en toda su grandeza hasta que lo perdimos...," comentan. "Ha sido una persona entrañable, un verdadero apóstol de los pobres en especial de los niños. Su amor por la Mater es ejemplar, él celebraba la Sta. Misa en el Santuario platense los días viernes,  venía muchísima gente, logró un hermoso vínculo entre el Santuario y el pueblo en general..."

En el ’99, un McDonald’s echó a cuatro chicos que pedían las sobras de comida. El cura llevó a sus pibes con carteles frente al comercio y armó un escándalo padre. "No hay que perder el sueño de que ser pibe tiene que ser un privilegio", dijo a los gritos en la puerta del McDonald’s, ese día salió en todos los diarios. "No es mentira –explicaba–, ser niño fue un privilegio en este país, más allá de la postura política que uno tenga, llegamos a tener una tasa de mortalidad infantil bajísima, como la que hoy tienen Suecia, Cuba o Canadá."

"Hay una niñez que se está criando en un clima muy salvaje –decía en los ’90–, el niño se hace salvaje en condiciones salvajes y se hace humano en un clima humano". Para eso tenía un remedio: "El elemento básico de la niñez es la ternura. Entonces siempre decimos: que tengamos siempre la posibilidad de devolver con ternura lo que la pobreza le robó al nacer".