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 published: 2005-11-22

¡Hoy el Padre ha vuelto a su Gymnich!

Más de 600 personas conmemoraron en Gymnich, pueblo natal del Padre Kentenich, el 120º aniversario de su nacimiento

 

Gymnich, 20 de noviembre: comienzo de la celebración del 120° cumpleaños del Padre frente de su casa natal

Gymnich, November 20: beginning of the celebration of Father Kentenich’s 120th birthday in front of the house where he was born

Gymnich, 20. November: Beginn der Feier zum 120. Geburtstag Pater Kentenichs vor seinem Geburtshaus

Misa festiva en la parroquia donde fue bautizado

Festive Mass in the church where he was baptized

Festmesse in der Taufkirche, St. Kunibertus in Gymnich

 
 

Renovación de las promesas bautismales

Renovation of the bautismal covenant

Erneuerung des Taufbundes

 
 

Celebrante principal: P. Heinrich Walter

Main celebrant: Father Heinrich Walter

Hauptzelebrant: P. Heinrich Walter

 

Almuerzo  y acto solemne en el salón de la Sociedad de Tiro de Gymnich

Noon meal and ceremony in the rifle club club-house

Mittagessen und Festakt im Haus der Schützengesellschaft

 
 

Miembros de la Asociación  Patrocinadora de la casa familiar del Padre José Kentenich

Members of the  Patronage Association of the Father Kentenich House in Gymnich

Mitglieder des Fördervereins Geburtshaus Pater Kentenich in Gymnich

 
 

Fue una fiesta que llenó de alegría y orgullo a todos los presentes

It was a feast that filled all with joy and pride

Ein Fest, an dem viele mitwirkten und das alle mit Freude und Stolz erfüllte

Fotos: POS Fischer © 2005

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ALEMANIA, mkf. "Hace ciento veinte años sucedió en Gymnich un hecho muy común: el nacimiento de un niño. Ciento veinte años más tarde nos reunimos aquí, en un encuentro no del todo común, para conmemorar dicho acontecimiento. Y lo mismo está haciendo mucha gente en todos los continentes". Al momento de pronunciar el Padre Ángel Strada (Padre de Schoenstatt) estas palabras, con las que comenzó su alocución en el salón de la Sociedad de Tiro de Gymnich -colmado de gente- era tan perfecto todo lo vivido que prácticamente uno no se daba cuenta ya de que se estaba ante una experiencia inédita hasta ese momento. Por iniciativa del P. Pikos, párroco de San Cuniberto, y algunos habitantes de Gymnich, se celebró en este lugar la fiesta más hermosa y multitudinaria de toda Alemania, desde aquel septiembre de 1985 en que se conmemoró el centenario de nacimiento del Padre José Kentenich. Imposible afirmar quién se sentía más feliz ese día, si los ciudadanos de Gymnich o los incontables miembros del Movimiento internacional de Schoenstatt. Por otro lado, nadie se preocupó tampoco en averiguarlo. Hacía horas ya que "nuestro" Padre Kentenich se encontraba aquí, en medio de una celebración de más de seiscientas personas.

"Feliz la ciudad que puede enorgullecerse de contar entre sus hijos con una personalidad tan importante como la del Padre José Kentenich. Su visionaria fuerza de irradiación, su firmeza, su amor a los hombres y a la Iglesia son un permanente legado", expresó el presidente del estado federal de Nordrhein-Westfalen, Sr. Jürgen Rüttgers, en el saludo que dirigió durante el festejo del 120º aniversario de nacimiento del Padre Kentenich realizado en Gymnich. También el Cardenal Joachim Meissner hizo llegar su saludo en este día, manifestándole su gratitud al P. Pikos y a la Asociación Patrocinadora de la casa familiar del Padre José Kentenich por tan feliz iniciativa, surgida antes de la JMJ. "Es un motivo de alegría para mí que la fuerza de irradiación ejercida por la Obra del Padre Kentenich hasta nuestros días en el mundo entero, sea redescubierta de nuevo precisamente en el lugar donde él naciera, en Gymnich. Que la obra de vuestra Asociación Patrocinadora pueda contribuir a que en el futuro la ciudad de Gymnich se dé a conocer como cuna que fuera de este gran hijo que es José Kentenich, y sea reconocida, a su vez, a través de la bendecida Obra de este fervoroso discípulo de Jesús y de su Madre tres Veces Admirable".

Todo resultó maravillosamente bien el 20 de noviembre de 2005 en Gymnich: haciendo caso omiso de los pronósticos más aciagos, ni una sola gota de lluvia cayó ese día; también fue todo un éxito la estrecha colaboración surgida entre la Asociación Patrocinadora y la parroquia San Cuniberto, el Movimiento diocesano e internacional de Schoenstatt, la sociedad de tiro San Cuniberto, la fraternidad de San Sebastián, políticos locales y regionales, medios de comunicación, coros y asociaciones locales. ¡Todo Gymnich fue marcado por el 120º aniversario de nacimiento del Padre Kentenich! Se encontraban reunidos – participando cada uno desde su propio carisma – schoenstattianos de la arquidiócesis de Colonia y diócesis vecinas, de Méjico, Chile, Brasil y la Argentina, representantes del Movimiento de los Focolares, de la Comunidad Integrada, en medio de un clima espontáneo, natural, donde la competencia brilló por su ausencia... ¡vaya si se habrá alegrado el Padre con semejante fiesta de cumpleaños!

Vientos de renovación se ciernen sobre Gymnich

"El lugar de nacimiento es más que un mero dato personal del documento de identidad. El ambiente familiar y el entorno son decisivos para toda la vida. "Yo soy yo y mi circunstancia" decía el filósofo español Ortega y Gasset. Estamos acostumbrados a ligar a nuestros santos con su lugar de nacimiento: Francisco de Asís, Teresa de Ávila, Ignacio de Loyola. Francisco, Teresa e Ignacio estuvieron marcados por tales lugares concretos, y estos, a su vez, les deben su significado y jerarquía históricos. Por último hablamos de Jesús de Nazaret" , dijo más adelante en su alocución el Padre Ángel Strada. ¿Se hablará algún día de José Kentenich de Gymnich?

Ese hijo nacido de madre soltera, en circunstancias sencillas, que a los ocho años dejó su pueblo al que contadas veces regresó, fue prácticamente olvidado allí. Poco tiempo después de fallecer el Padre Kentenich, los Padres de Schoenstatt adquirieron su casa natal. En aquellos primeros años de la década del 80, con cara de asombro, los lugareños veían pasar diversos grupos de peregrinos llegados a pie hasta Gymnich, mientras que igual curiosidad despertaban también las primeras Misas celebradas por una generación entera de sacerdotes diocesanos de Schoenstatt provenientes de Colonia... Nada se supo a ciencia cierta sobre esos estudiantes chilenos y alemanes que "infiltrándose" de noche en la parroquia San Cuniberto se encerraban para tomar fotos en total libertad... Aunque sí trascendió la noticia de los grandes contingentes de peregrinos – sobre todo de Sudamérica – que desde mediados de los 80 llegaban a Gymnich todos los veranos, pero no causó gran sensación. Al fin de cuentas, el castillo de Gymnich atrajo también primero a visitas de estado oficiales con sus respectivas comitivas, y más tarde a los fans del grupo irlandés de música pop Kelly Family, vale decir que Gymnich está a la vanguardia en lo que se refiere a visitantes un tanto exóticos por cierto...

Una placa recordatoria en la parroquia donde fue bautizado, una plaza con su nombre, una postal... son las huellas del Padre Kentenich en su ciudad natal de Gymnich. Pero a algunos se les "encendió la lamparita" poco antes de la Jornada Mundial de la Juventud. Conversando entre un pequeño círculo de habitantes de Gymnich sobre las malas condiciones en que se encontraba la casa, decidieron que debía revertirse esta situación ante un acontecimiento tan importante como la JMJ. Marianne Schmitz asumió la iniciativa, y el 21 de julio, en la habitación donde nació el Padre Kentenich, se fundó la "Asociación patrocinadora de la casa natal del Padre José Kentenich" que con su dinamismo arrollador arrastró a muchos...

Gymnich, domingo 20 de noviembre de 2005, a las 9 de la mañana. Minuto a minuto va llegando gente de todos lados. Hacen su presentación los tiradores luciendo sus uniformes tradicionales, la banda de instrumentos de viento ejecuta las primeras notas, la plaza San Cuniberto se llena de invitados. Una plaza, frente a la casa histórica, prácticamente irreconocible, donde flamean al viento las banderas de Schoenstatt, las de Erftstadt, las de la JMJ. Un cartel indicador señala la Casa histórica, recientemente pintada, ante la cual se levanta una vitrina de información, la plaza remodelada... ¡una verdadera joya!

El "Honor de Gymnich"

"Con nuestro peregrinar en común desde la sencilla casa natal hasta este templo, que es visible desde lejos, quisimos transitar el mismo recorrido que hicieron hace 120 años su madrina, Ana María Blatzheim, y quizás también la joven madre con su niño recién nacido", dijo Mons. Peter Wolf en la homilía de la solemne Santa Misa. La iglesia estaba completamente colmada. Acompañados por la banda de música y el rezo del Rosario, una multitud de gente – luego de una breve oración delante de la casa – se encaminó hacia la iglesia, que al momento de comenzar la Santa Misa no disponía ya de un solo lugar vacío. Junto al párroco del lugar, se encontraban ante el altar muchos Padres de Schoenstatt y sacerdotes diocesanos de las distintas comunidades de Schoenstatt.

Un coro juvenil animó la Santa Misa con sus cantos, conocidos por todos a partir de la JMJ. Hace apenas tres meses, a 10 Km. de Gymnich, más de un millón de jóvenes se congregaron para celebrar la vigilia en el Campo de María y la Santa Misa. Mons. Peter Wolf destacó en su homilía el acontecimiento del bautismo recibido por José Kentenich en esa iglesia, en esa pila bautismal. "Esta pila bautismal marca el comienzo de su camino, de una vida plena de bendiciones para la Iglesia. Nos recuerda la inmerecida gracia que Dios regala al comienzo de una vida, y los milagros que Dios puede obrar a través de ella. Son muchos los que en todo el mundo están convencidos que desde esta pila bautismal de Gymnich ha surgido un gran hombre, un cristiano comprometido; sí, incluso un santo. Cuando la Iglesia haga propia esta experiencia, cuando asuma esta realidad, serán incontables los que alabarán a Dios en esta pila por el bautismo del Padre Kentenich", expresó Mons. Wolf. A continuación se hizo la renovación de las promesas bautismales como en la vigila pascual, con velas encendidas en las manos, punto culminante de esta solemne Eucaristía celebrada en la parroquia San Cuniberto, santo patrono de un obispo de Colonia del siglo VII cuyo nombre significa "Honor de su clan". ¿Podrá decirse de quien fue bautizado aquí hace 120 años que es el "Honor de Gymnich"?

Una religiosidad signada por la alegría

El Padre Ángel Strada retomó en su alocución lo dicho durante la JMJ por el Papa Benedicto XVI sobre las características del pueblo renano, entre las que destacóla chispa, el buen humor y la inteligencia de la gente de Colonia, puestos de manifiesto en su religiosidad signada por la alegría.

Una religiosidad signada por la alegría que se hizo sentir esa tarde en el Salón de la Sociedad de Tiro en Erftstadt. Al ingresar al salón, schoenstattianos y muchos habitantes de Gymnich también quedaron mudos de asombro: un escenario decorado espléndidamente, hasta el último detalle, luciendo una gigantesca bandera alemana, una bandera de Schoenstatt un poco más pequeña, y una foto enorme del Padre Kentenich; mesas con manteles blancos, velas y flores, donde hubo lugar para todos los invitados que se habían anunciado y el grupo más numeroso de quienes no confirmaron su asistencia; y un folleto con un texto de homenaje que se entregó a todos. Si a los huéspedes – según las antiguas novelas de caballería - se les ofrecía siempre "lo mejor de la cocina y de la bodega", Gymnich no se quedó atrás con el agasajo ofrecido a las visitas ese día. Se sintió que hay gente experimentada en estas lides, todo se desarrolló con eficiencia, con agilidad, sin complicaciones, rodeado de un clima de honda alegría.

Con la animación musical del coro de la parroquia San Cuniberto y de tres estudiantes de los Padres de Schoenstatt de Brasil y Chile, la fiesta se desarrolló con la conducción jovial y vivaz del Padre Carlos Bausenhart. Fue larga la lista de oradores: la comunidad católica y la evangélica, la Asociación Patrocinadora, los políticos, la Sociedad de Tiro San Cuniberto, la Fraternidad de San Sebastián, el Banco Raiffeisen que actuó como patrocinante... ¡nadie quiso estar ausente! Todos, a su modo y según su perspectiva, quisieron honrar a este gran hijo de su ciudad.

Klaere Schmitz, profesora de Historia oriunda de Gymnich, trazó un vivo retrato del Gymnich del año 1885. Al final de su exposición – en la que describió una pequeña gresca entre el párroco y la Asociación, provocando una catarata de carcajadas – dijo unas palabras muy conmovedoras, comparando la vida de José Kentenich con la de otro José, el hijo de Isaac: "José fue vendido por sus hermanos, no fue tenido en cuenta, hizo grandes cosas en un país extranjero y finalmente fue una bendición para su pueblo. Al igual que él, tampoco José Kentenich fue reconocido en Gymnich y ha llegado a ser para muchos pueblos una bendición. Esperamos ahora que sea beatificado muy pronto y que también nosotros, los habitantes de Gymnich, podamos apelar a su intercesión".

Un fuego en su corazón

Mediante las características del pueblo renano expuestas por el Papa y parafraseando los títulos de biografías significativas del Padre Kentenich, el Padre Ángel Strada trazó una imagen de la figura del Padre Kentenich en este 120º aniversario de su nacimiento: "Todo un Padre", "Un Profeta de María", con "un fuego en su corazón". En las "Huellas de un Padre", el Movimiento Internacional de Schoenstatt sigue hoy el camino del Padre Kentenich hacia Dios y hacia los hombres. Poco antes había esbozado el Padre Strada algunos rasgos de la vida del Padre Kentenich y señaló: "En su vida se hace visible aquello a lo que se refiere el papa Benedicto con las palabras "religiosidad signada por la alegría" de los coloneses. Su nacimiento como hijo natural, el orfanato, las dos Guerras Mundiales, Dachau, los catorce años de separación de su obra y la incomprensión de parte de la Iglesia no fueron capaces de hacer vacilar ni de destruir su fe y su confianza en un Dios que ama y que es persona. He ahí la fuente de su serenidad, de su calma interior, de su bondad. Porque no se puede creer en un Padre del Cielo bueno y en una madre fiel y amorosa y a la vez llevar una vida triste, angustiada o aburrida".

Caía ya la tarde cuando el Padre Heinrich Walter, presidente de la Presidencia General de la Obra internacional de Schoenstatt, puso fin a la celebración, con unas palabras finales. En una sola frase resumió lo que los habitantes de Gymnich y los schoenstattianos habían experimentado a lo largo de todo ese día: "Hoy el Padre Kentenich volvió una vez más a su Gymnich".

Traducción: aat/mca, Argentina

 


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Last Update: 29.11.2005 Mail: Editor /Webmaster
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