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Un momento inolvidable para un pueblo en Misiones... y también para tres chicas de Alemania y Suiza

Comienzo del trabajo Beginning of the work Die Arbeit beginnt
Todo fue possible gracias al compromiso de tres chicas de Alemania y Suiza All this was posible thanks to the commitment of three girls from Germany and Switzerland Alles nur möglich dank des Einsatzes von drei Jugendlichen aus Deutschland und der Schweiz
Un momento inolvidable An unforgettable moment Das werden die Menschen hier nie vergessen
Chicos de una familia humilde Children of a poor family Kinder in einer der ärmsten Familien
Tanto es posible ... tanto mas puede ser posible... So much is possible... so much more could be possible So vie list möglich… so viel mehr wäre möglich… Fotos: Bravo/auslandszeit © 2005

ARGENTINA, Guadalupe Bravo. Esta historia sucedió en Oberá, la segunda ciudad en importancia de la Provincia de Misiones, en el extremo nordeste de la Argentina. Allí, tres chicas de la juventud femenina de Alemania y Suiza, estuvieron trabajando seis meses con las Hermanas de María de Schoenstatt.

Cuentan una parte muy concreta y muy linda del trabajo que han hecho dentro de su inolvidable experiencia.

Oberá, "la que brilla"

Oberá, (en guaraní "La que brilla") es una hermosa ciudad situada en el centro de la provincia de Misiones, una de las regiones más bellas de la Argentina: antiguas sierras, tierra colorada, selvas, cataratas, amplias plantaciones de té y yerba mate...Pero como sucede en muchas ciudades de América latina, está rodeada por poblaciones de gente muy pobre, muchos de ellos son indígenas (guaraníes). Para colmo, desde hace varios años sufren de una sequía extraordinaria. Muchos de ellos tenían que caminar dos o más horas para conseguir agua. Se les hacía casi imposible cocinar, beber, lavar, trabajar en las plantaciones, mantener vivos a los animales...

Las Hermanas de María están en Oberá desde 1949. Fueron enviadas por el Padre Kentenich, y él las visitó al poco tiempo de establecerse allí. Construyeron el Colegio Mariano en el que se han educado generaciones de alumnos. Dentro de él está el Santuario de Schoenstatt que en noviembre de 2006 cumplirá cincuenta años. También desarrollan una amplia labor apostólica tanto en la ciudad como en las poblaciones que la rodean. Algunas de ellas son responsables de atender semanalmente las capillas carentes de sacerdotes, donde además de llevar la Palabra de Dios y la Eucaristía, se preocupan de la promoción humana de los pobladores. Por ejemplo, la Hermana M. Josefina desde hace muchos años atiende a varias familias guaraníes a las que brinda sus conocimientos de toda índole y les procura los elementos indispensables para la subsistencia.

Tres chicas "misioneras": Tanja, Susanne, y Desiree

Las tres chicas que hicieron un voluntariado con las Hermanas de Maria visitaron a las familias y quedaron muy impresionadas por la pobreza en la que vivían. ¡Ni siquiera tenían agua, con un clima subtropical!. En la zona suburbana, si se carece de auto, hay que caminar... ¡y mucho! Las chicas caminaron bastante para visitar a las familias y en una de esas caminatas, por varias horas no pudieron conseguir nada de agua: ¡la sed que sintieron les hizo comprender lo que significa la falta de agua!.

Querían hacer algo para solucionar algo tan elemental como es la necesidad de tener agua. Al poco tiempo, la empresa donde trabajaba una de las chicas alemanas, donó una cierta cantidad de dinero para algún proyecto social en la Argentina. Inmediatamente las chicas pensaron en la posibilidad de hacer cavar un pozo para obtener agua, de manera que la solución no fuera pasajera sino permanente.

La necesidad movilizó al mundo

Comenzaron a llamar a sus parroquias en Alemania y a sus familiares para poder obtener más recursos económicos. En muy poco tiempo lograron tener lo necesario para su proyecto, y en una semana ya se pudo comenzar a hacer el pozo. Inmediatamente con las herramientas y máquinas adecuadas; se buscó el lugar más conveniente para cavar el pozo y encontrar agua, Cuando las máquinas comenzaron a perforar la tierra la gente del pueblo rodeó el lugar con la esperanza de que su sueño se hiciera realidad . Comenzaron a las seis de la mañana, y doce horas después, a 126 metros de profundidad , apareció el agua tan anhelada... ¡La gente lloraba de felicidad! ¡Cuántas cosas se solucionarían gracias a ese pozo!... No fue tampoco fácil conseguir la conexión a la red de electricidad para hacer funcionar la bomba extractora, pero finalmente una de las Hermanas de María lo logró.

Todo es posible cuando no solo uno sino muchos lo quieren

Los primeros chorros de agua con algo de barro no fueron desperdiciados: los animales se morían de sed, así que fueron los destinatarios de esta primera extracción...Inmediatamente salió agua limpia, lista para ser usada. ¡La felicidad invadió a la gente que se reunió para celebrar y agradecer a las chicas por esta milagrosa ayuda! Tantos años esperando que este sueño se cumpliera que ya quedaban pocas esperanzas. Y en una semana gracias a la ayuda de las tres voluntarias, de las donaciones recibidas de sus países, y de la ayuda de la gente del lugar se realizó el gran anhelo: ¡tener agua!. Todos dieron una respuesta inmediata a esta realidad que impedía mantenerse al margen, no se limitaron a lamentarse.

Cuándo lo obvio deja de ser obvio en la necesidad

¿Se puede imaginar la felicidad de esta gente al obtener agua?... Sería más fácil comprenderlo si se intentara vivir un día sin agua... ¡y ni aún así! La pobreza en las pequeñas poblaciones del interior de la provincia de Misiones es muy extrema. ¡Hasta falta el agua, lo más necesario!... ¡sin el agua no hay vida, no hay vida vegetal, no hay vida animal, y mucho menos vida humana!... y esta es quizás la más importante necesidad que la gente sufre en un rincón de la Argentina.

Cuántas cosas son "obvias" en la vida cotidiana: el alimento, una casa, una cama, luz, elementos para que los chicos vayan a la escuela, ropa, remedios..lo que es obvio para algunos para otros es un regalo extraordinario.

¡Hay que ver hasta donde llega la pobreza!. Saber que lo que es obvio para algunos no lo es para muchísimos otros. ¡Qué bueno sería que en muchos se despierte algo semejante a lo que hicieron Tanja Bräu, Susanne Leitsch y Descree, las tres chicas "misioneras", en las cercanías de Oberá. Por empeñarse seriamente en cambiar una situación de extrema necesidad, les llevaron el agua, les devolvieron la vida....