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 published: 2005-10-05

La luz de la fe ilumina todo dolor, toda alegría...

Peregrinación a Werl renovando la consagración de la arquidiócesis de Paderborn a María

Rosario Iluminado en la basilica de Werl, 2 de octubre de 2005

Illuminared Rosary in the Basilica of Werl, October 2, 2005

Lichter-Rosenkranz in der Wallfahrtsbasilika in Werl, 2. Oktober 2005

 

Misa festiva con Mons. Hans-Josef Becker y representantes de Movimientos y Asociaciones Marianas de la diocesis

Festive Mass with Archbishop Hans-Josef Becker and representatives of Marian Movements and Associations

Pontifikalamt mit Erzbischof Hans-Josef Becker und Vertretern marianischer Bewegungen und Vereinigungen

 
 

Antes de la consagración de la diocesis a la Virgen, se encendieron las velas

Before the dedication of the diocese to Mary, the candles were lit

Vor der Weihe des Erzbistums an Maria wurden die Kerzen entzündet

 
 

Mons. Becker saludando a la Virgen de Werl

Archbishop Becker greeting Our Lady of Werl

Erzbischof Becker grüßt die Mutter Gottes von Werl

 

Rosario Iluminado, a cargo del Movimiento de Schoenstatt

Illuminated Rosary, offered by the Schoenstatt Movement

Lichter-Rosenkranz, Beitrag der Schönstatt-Bewegung

 
 

Los mas pequeños participaron con orgullo

The youngest ones participated with joy and pride

Die Jüngsten waren voller Stolz dabei

Fotos: POS Fischer © 2005

 

 

 

ALEMANIA, mkf. "Mi amiga y yo perdimos nuestros puestos de trabajo en un Jardín de infantes...", dice una joven, adelantándose tras vacilar un largo rato, y tomando con firmeza una rosa agrega: "y en este momento estamos sin trabajo. Recemos todos juntos: Dios te salve, María...". Acompañada de cientos de personas que rezaban con ella en la basílica, repleta de gente, se acercó al altar para encender una vela. Una vela más se sumaba así a esa gran corona de rosas y velas que lucía ante el altar cuyo fulgor iba creciendo lentamente al compás de cada Avemaría. A continuación, depositó también su rosa allí. En una cultura en la que los hombres están dispuestos a pagar prácticamente lo que sea con tal de vivir sin dolor, como expresara Mons. Hans Josef Becker esa mañana en su homilía, el rosario iluminado de ese 2 de octubre, en Werl, le brinda un mensaje a los hombres: "ver todo dolor y toda alegría a la luz de la fe" (P. J. Kentenich). Esto se hizo realidad el 2 de octubre.

Tras la consagración de la arquidiócesis de Paderborn a María, hecha el 8 de diciembre de 2004, - fecha escogida especialmente por celebrarse el quincuagésimo aniversario de la consagración de Alemania a la Sma. Virgen y el sesquicentenario de la proclamación del Dogma de la Inmaculada Concepción - seis asociaciones y Movimientos de la arquidiócesis de Paderborn invitaron a todos a peregrinar a Werl para renovar esa consagración. Desde 1661 la basílica de Werl alberga entre sus muros una de las imágenes más antiguas y veneradas de María. Innumerables procesiones, cuantiosos ex votos y una notable cantidad de oraciones escuchadas testimonian claramente que no en vano la imagen de gracias de Werl lleva por nombre "Consuelo de los afligidos".

Después de la segunda guerra mundial dicha imagen recibe el nombre también de Madre de los desarraigados. "Por eso confiamos a tu protección maternal en primer lugar a los más desamparados: los bebes por nacer a quienes se les niega el derecho a la vida; los niños que crecen en la pobreza y el dolor; los jóvenes que buscan sentido a su vida; las personas que están sin trabajo y todos los que padecen hambre y enfermedad. Ponemos en tu corazón las familias disueltas, los ancianos abandonados a sus propios medios y todos los que se sienten solos o abatidos en su esperanza...". La oración con la que ese día se renovó nuevamente la consagración a María está ligada a situaciones muy concretas de la vida actual, mientras que en el rosario iluminado María fue proclamada como Madre de los niños de la calle, de los matrimonios en crisis, de los enfermos de cáncer, de los jóvenes que sufrieron un accidente mortal durante una peregrinación en Polonia; de las víctimas del terrorismo en Bali y del huracán en Louisiana, ¡y Madre de Gerhard Schröder y de Ángela Merkel también!

Librarse del sufrimiento a cualquier precio

En su homilía, el arzobispo de Paderborn, Mons. Becker, hizo referencia al filósofo polaco Leszek Kolakowski quien acuñara la expresión "Cultura del analgésico" para definir nuestra época, expresando que, en la opinión del mismo, vivimos en una época dispuesta a darlo todo por un analgésico o un calmante, ya sea en sentido estricto como figurado. Se demuestra, por ejemplo, en el hecho de que estamos asegurados prácticamente ante toda posibilidad de riesgo. Ante la imposibilidad de prevenir una desgracia, al menos la conmoción que origina debe ser amortiguada de manera tal que no afecte demasiado...

Y el dolor ante la pérdida de un ser querido se compensa – al menos en parte – con las altas primas de un seguro de vida. En este contexto, Kolakowski afirma entonces que hoy día el hombre está obsesionado con la prevención y lo terapéutico, que en su opinión implica tan sólo un abuso descomunal de medicamentos. Las pastillas, el alcohol y las drogas por un lado, y el culto al entrenamiento, a la vitalidad y el endiosamiento del ser joven por otro lado, no son sino síntomas de una actitud fundamental ante la vida que se contradice con la dimensión temporal de la existencia humana.

Pero existe para todos un punto inflexible, que no podemos traspasar ni siquiera con los medios de la medicina moderna: la muerte. Aún así, muchos siguen soñando con la eterna juventud. Esto explica la realidad de tantas personas ancianas y enfermas que son abandonadas por sus familias, lo que naturalmente no representa ninguna ayuda para ellos en esa difícil situación. Es un signo de nuestro tiempo el que la muerte sea rechazada cada vez más. Ya casi nadie muere en compañía de su entorno familiar más cercano. Hasta los entierros se hacen cada vez más "en total intimidad" para que nadie se vea forzado a enfrentarse a la muerte con sus propios ojos.

No hay amor sin sufrimiento

Nuestra "cultura del pasarla bien", continuó diciendo Mons. Becker, crea y cultiva vínculos en el plano de la diversión; el evadirse despreocupadamente de todo compromiso hace que los hombres huyan del amor que va a lo profundo. La huída del amor es en último término una huída de Dios, que no sólo es el "buen" Dios sino también el Dios que supera todo entendimiento humano.

Aquí el Arzobispo introdujo a María. Los que la aman, no rehuyen de contemplarla al pie de la cruz, con su Hijo muerto en su regazo. El dolor ocupa un lugar central en la vida de María, éste traspasó lo más hondo de su alma. Ella no huyó del dolor. Así como la vela ilumina a medida que se consume, tal como el pan se hace de granos triturados y el vino de uvas pisadas en el lagar, las palabras se hacen fuente de vida cuando nacen del dolor aceptado: Mujer, ahí tienes a tu Hijo. Hijo, ahí tienes a tu Madre. Como María, démosle un lugar al dolor en nuestra vida para que con Ella podamos rezar: Señor, hágase tu voluntad.

Mi vida hecha oración

Lo que tanto resonó en la homilía de la mañana y en la oración de consagración, fue retomado en el rezo del rosario iluminado. Para las meditaciones de los misterios gozosos, las profesionales se inspiraron en la Jornada Mundial de la Juventud (link): en las intenciones personales que fueron mencionando, la vida y el corazón se hicieron oración. "Algunas personas ni llegaron a rezar su Avemaría, sino que después de pedir por su intención, fueron corriendo a poner su rosa en el rosario, apuradas, como si no pudiesen contenerse de ofrecerla...", comentó una de las responsables. Varios niños colaboraron alcanzándole una rosa a la persona que rezaba, encendiendo las velitas y posiblemente aportaron también una pizca de sencillez, de naturalidad a la oración, esa pizca que hace que la oración sea más personal que de costumbre. También los seis hijos pequeños de la señora que murió de cáncer, por quien se rezó un Avemaría, acompañaron a los peregrinos al finalizar el rezo del rosario, al igual que un chico que se decidió por el sacerdocio durante la JMJ...

El P. Leber, de Castrop, logró retomar este clima en las pocas palabras intercaladas espontáneamente a nivel personal entre textos y canciones de la celebración mariana que puso fin a la jornada en Werl.

Por un largo rato continuaron ardiendo aún las velitas del Rosario viviente, ante el cual la gente permanecía de rodillas, en profunda oración.

No fue alguien de Schoenstatt sino un representante de otro Movimiento quien expresó este pedido al despedirse de Werl: "Deberíamos hacer esto todos los años, para que la gente aprenda más y más a rezar en forma personal, y un día hasta los que aún no se animan van a adelantarse a pedir en voz alta por su intención, ¡se los aseguro! ¡Gracias, Schoenstatt, por unir la vida y la oración!".

De esta manera, sencilla y natural, en cada Rosario Iluminado va creciendo el número de advocaciones... Madre de las víctimas del huracán en El Salvador, Guatemala, México, ruega por nosotros... Madre de los lugares de trabajo, ruega por nosotros... Madre del Sínodo, ruega por nosotros...

Más fotos
Para escuchar el rosario iluminado en el blog de Schoenstatt

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Last Update: 07.10.2005 Mail: Editor /Webmaster
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