Nachrichten - News - Noticias
 published: 2005-10-05

Un Papa amoroso

Julio Tomalá: mi vivencia más fuerte de la JMJ en Colonia fue en San Pantaleón

 

JMJ: Benedicto XVI en el encuentro con los seminaristas - liturgia

WYD: Benedict XVI during the encounter with the seminarians - liturgy

WJT: Benedikt XVI bei der Begegnung mit Seminaristen - Stundengebet

 

JMJ: Benedicto XVI en el encuentro con los seminaristas - predica

WYD: Benedict XVI during the encounter with the seminarians - sermon

WJT: Benedikt XVI bei der Begegnung mit Seminaristen - Ansprache

 
 

San Pantaleon - Oración

St. Pantaleón - Prayer

St. PantaleonGebet

 
 

San Pantaleon - lectura

St. Pantaleón - reading

St. PantaleonLesung

Fotos: Weltjugendtags gGmbh © 2005

 
 

El autor, Julio Tomalá, con jovenes de Costa Rica

The author, Julio Tomalá, with youth from Costa Rica

Der Verfasser, Julio Tomalá, mit Jugendlichen aus Costa Rica

Foto: Tomalá © 2005

 
 
JMJ-MOMENTOS. ¡Está dando la mano a todo el mundo! Esa fue mi sorpresa al ver llegar al Papa a la iglesia de San Pantaleón al encuentro con los seminaristas. Junto con un grupo de la juventud masculina de Chile, nos las ingeniamos para participar de este encuentro aunque no éramos seminaristas ni nada por el estilo... éramos los "infiltrados" entre miles de consagrados, neo sacerdotes, estudiantes y postulantes de distintas congregaciones y diócesis de todo el mundo.

Era impresionante ver a tantos jóvenes vibrando a la espera del Papa, pero a diferencia de todos los que estaban afuera de la parroquia (laicos) ellos esperaban al Papa rezando y meditando... Aunque el sol pegaba fuerte y no había donde sentarse - incluso hubo momentos en los que llovió torrencialmente - no dejaban de lado sus meditaciones personales, preparando su corazón para el encuentro con el sucesor de San Pedro.

La acreditación empezaba a las 7 de la mañana, y desde ese momento se celebraban Stas. Misas cada hora dentro de la iglesia. Sirvieron el desayuno y luego, a las 12, el almuerzo que muchos no comimos porque estábamos ya en la fila para alcanzar lugares más cercanos al escenario, en la parte posterior de la iglesia, donde el Papa iba a dirigir el rezo de la liturgia de las Horas.

Muy amoroso y siempre sonriente.

Después de horas de espera ingresamos al patio donde estaban armados tres escenarios: el del centro con un altar, y los de los costados con grupos musicales religiosos que luego de rezar el rosario, tocaban mientras esperábamos el arribo de Benedicto XVI.

Entre canto y canto expusieron la reliquia que guarda esa Iglesia: el corazón de Sta. Marianita. Se hicieron oraciones especiales, y de repente el coro entonó música más alta. Eran ya las cinco de la tarde. A lo lejos se escuchaban los gritos que venían del otro lado del muro del patio, y por las pantallas gigantes vimos como el Papa hacía su entrada al recinto, ¡y le daba la mano a todos los que tenia a su paso! Muy amoroso y siempre sonriente... visiblemente emocionado.

Lo que ofrecemos a Jesús

Luego del rezo de las Horas y de testimonios vocacionales de tres sacerdotes, el Papa se dirigió a las distintas delegaciones en diferentes idiomas: hablaba del compromiso a una vida virginal, de la maravilla de ser elegidos por Cristo, de lo extraordinario que puede ser un sacerdocio vivido en plenitud, de cómo Dios sabe a quienes elige y por qué los llama a cada uno, de no tener miedo a nuevos desafíos sino que hay que conquistarlos en la oración, con Dios y para Él.

Pero lo que a mí me llegó de manera especial – fue dirigido a seminaristas pero también puede ser adaptado a distintas realidades – fue lo que dijo en español: así como los Reyes Magos se postraron ante el Niño para adorarlo y le ofrecieron tres regalos, nosotros también podemos ofrecérselos ahora, en este tiempo: el ORO de nuestra libertad, el INCIENSO de nuestra constante oración, y la MIRRA de nuestro más profundo sentimiento.

Después de esas palabras – que comparto con todos – ¿cómo poner peros a cualquier misión que nos sea encomendada? Vinimos al encuentro a adorar a Cristo, y la Mater nos lo entregó, entonces si lo amamos más que a nada, si Él es lo primero en nuestra vida, ¿cómo no amarlo y mostrarle ese amor con obras? Si lo amamos ¿cómo no conversar con Él, cómo no orar y dedicarle momentos especiales en el día para hacerlo participe de nuestra vida? Cuando amamos a alguien queremos estar con él siempre, y comunicarnos... esa es la base de cualquier relación. Y finalmente, si somos su entera propiedad (porque recordemos que Él y la Mater son uno solo, se funden en un mismo amor, y al hacer la Alianza de Amor con ella, entregando por entero lo que somos y tenemos, automáticamente también nos entregamos a Cristo) y nos pide lo más nuestro, nuestra libertad, para seguirlo por el camino que Él tiene para cada uno, ya sea en el sacerdocio o como misionero, o dirigiendo grupos o asignándonos una tarea de mucha responsabilidad en nuestra rama... si en cualquiera de estos casos nos pidiera nuestra libertad, ¿cómo no dársela si ya le pertenece a partir de la entrega en la Alianza de Amor ?

Él quiso que así fuera

Para mí, como "infiltrado", realmente fue una gracia estar ahí y participar de ese encuentro, porque a pesar de que no soy seminarista, las cosas que dijo el Papa también pueden ser aplicadas a otras realidades, y en mi caso particular las he acogido como si me las hubiera dicho a mí...

Yo creo que esa fue la mejor experiencia que tuve en todo el tiempo de Colonia, y estoy muy agradecido con Dios porque me permitió ser parte de ese momento... Aunque no me correspondía estar, Él quiso que así fuera.


Zurück/Back: [Seitenanfang / Top] [letzte Seite / last page] [Homepage]

Last Update: 05.10.2005 Mail: Editor /Webmaster
© 2005 Schönstatt-Bewegung in Deutschland, PressOffice Schönstatt, hbre, All rights reserved, Impressum