"En el corazón de América halló tierra fecunda"

5º Aniversario de bendición del Santuario del Terruño, Ciudad del Este

El santuario del Terruño en Ciudad del Este, cumplió cinco años

The Shrine of Ciudad del Este celebrated its 5th anniversary

Das “Heimatland”-Heiligtum in Ciudad del Este feierte seinen 5. Weihetag

Procesión de entrada: los Padres Andres Larraín y Beltrán Gómez Entrance procession: Fathers Andres Larraín and Beltrán Gómez Einzug: die Patres Andrés Larraín und Beltrán Gómez
Misa Mass Messe
Lectura Reading Lesung
P. Beltrán Gómez – muy querido por la familia de Schoenstatt de Ciudad del Este Fr. Beltrán Gómez – very dear to the Schoenstatt family of Ciudad del Este P. Beltrán Gómez – sehr beliebt in der Schönstattfamilie von Ciudad del Este
Con amigos With friends Mit Freunden
En camino al Santuario On the way to the Shrine Auf dem Weg zum Heiligtum Fotos: Cabral © 2005

El pensamiento de la Familia del Alto Paraná se encontraba resumido en un pequeño folleto conmemorativo que se distribuía a los que llegaban para la ceremonia: "Desde el Portal de la Trinidad, como hijos agradecidos por estos cinco años de gracias y bendiciones que fluyen del Santuario del Terruño y riegan abundantemente el Jardín del Padre, Mater te entregamos nuestro corazón y ponemos a tu disposición nuestras débiles voluntades y nuestros sacrificios. Que en tus manos los puedes convertir en instrumentos aptos para la construcción de la Nación de Dios, Corazón de América"

"Gracias por todo, Madre, todo te lo agradecemos de corazón,
queremos atarnos a ti con un amor entrañable.
¡Que hubiese sido de nosotros sin ti, sin tu cuidado maternal!"

En un ambiente de fiesta, se proyectaron escenas de la etapa de construcción del Santuario, luego representantes de la Juventud Masculina y de la Obra Familiar prepararon la Eucaristía con un rosario meditado y cantado. Un murmullo hace volver las cabezas y se ven a los recién ordenados Padres Beltrán y Andrés preparados para llegar al altar…

La semilla ... aquí germinó

El Coro inicia el canto de entrada:
"El Señor salió a sembrar,
y en el corazón de América halló tierra fecunda,
la semilla que al viento esparció,
un día de mayo aquí germinó"

La Familia paraguaya sabe que esta canción está inspirada en sus primeros consagrados: el actual Obispo de Caacupé, Monseñor Claudio Giménez y el Padre Antonio Cosp, Director del Movimiento en Paraguay y otros "girasoles" que supieron darse en alma y corazón.

El paralelismo era inevitable, a tal punto que dominó la emotiva monición de entrada e hizo que la Familia del Alto Paraná trajera a su mente a sus "girasoles" e identifique plenamente como parte de ella a las "dos vocaciones que siguieron al Señor", que en ese momento, sonrientes, saludaban manifestando su contento de estar nuevamente en casa.

Con voz emocionada pero firme el Padre Beltrán inició la celebración eucarística, contando como colaboradores a los Ministros de Eucaristía; el guía fue el Coordinador Diocesano, de las lecturas se encargaron los Jefes de los Guardianes del Santuario y del Salmo el director del coro. El Padre Andrés pronunció la homilía: "hace ocho años, cuando éramos novicios y realizábamos aquí en esta Ciudad nuestras prácticas en el Hospital Regional" y fue mencionando los sueños de la época y las actuales realidades, incluida la propia vocación de ambos celebrantes, todo hilvanado y entretejido en el mensaje del evangelio del día, que hablaba de los frutos de la viña del Señor, haciendo una comparación con los frutos de la Familia del Alto Paraná y el "Jardín del Padre". El pan de la palabra, a través de uno de sus hijos más dilectos, irrumpía con fuerza en el corazón de los presentes.

El pan Eucarístico recibido de manos de estos sacerdotes que la Familia considera "suyos" agregó otro punto de emoción, para que llenos del Espíritu Santo y fortalecido en la fe inicien la peregrinación al Santuario en cuya explanada renovaron la consagración a la Mater.

Un re-encuentro con amigos

Va llegando la hora de la despedida, un matrimonio en representación de la Familia expresa el sentimiento de todos. Para ello se valió de las palabras dichas por una enfermera que había acompañado el trabajo de los entonces novicios: "¡Qué felices deben sentirse sus padres con sus hijos sacerdotes!" Y realmente así se sentía la Familia de Schoenstatt del Alto Paraná, con sus hijos "Padres".

El reencuentro con los amigos, el deseo de atender a todos, las bromas, la disputa por una foto y otras escenas fueron creando un ambiente espontáneo que en unas pocas horas quería recuperar tantos buenos recuerdos. El Padre Beltrán va para un esperado encuentro con la Familia de Asunción en el Santuario Joven, y el Padre Andrés parte temprano para Florencio Varela (Argentina). A la Familia del Alto Paraná les quedan los imborrables momentos y la esperanza que esto se repita en otros hijos.

¡Que Dios y la Mater lo permitan!