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Roma, 9 de octubre. Beatificiaón de Cardenal Clemens August von Galen Rome, October 9: beatification of Cardinal Clemens August von Galen Rom, 9. Oktober: Seligsprechung von Kardinal Clemens August von Galen |
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El „Leon de Münster“ The „Lion of Münster“ Der „Löwe von Münster“ Fotos: Archiv © 2005 |
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ROMA, P. Alberto Eronti. Es notorio desde el día miércoles 5, que Roma vive una "invasión" de alemanes. Para los poco informados será una sorpresa, no en cambio para quienes sepan que el domingo 9 de octubre ha sido beatificado el Cardenal Clemente Augusto Von Galen (1878-1946), que fuera obispo de Muenster (Westfalia). En las calles, ómnibus y "trattorie" se escucha "la lengua del Papa", como dicen algunos medios. Es que el pueblo y la Iglesia alemana han sido conmovidos por una serie de sucesos eclesiales no fáciles de reunir en un mismo año: la elección del Papa Ratzinger, la Jornada Mundial de la Juventud en Colonia y ahora la beatificación de uno de los obispos más conocidos del siglo XX.
Este hombre excepcional es recordado en muchos círculos como "el León de Muenster", por su categórica oposición al régimen nazi. Es cierto que en un principio, y a causa de la dura realidad que vivía el pueblo y la nación alemana, el obispo Von Galen se había ilusionado con los primeros pasos del régimen. De muchos es conocida la frase surgida con motivo de la visita del Padre José Kentenich al Cardenal, cuando este le manifestara al Fundador de Schoenstatt que "creía que el Nacional Socialismo podía ser bautizado" y recibió del Padre Kentenich la siguiente respuesta: "no veo en qué parte del cuerpo se le pueda echar el agua bautismal". Cuando el régimen nazi se reveló con todo su contenido de iniquidad, el Cardenal lo enfrentó con valentía evangélica. Su voz se oía tan potente que alguien la comparó con el rugido del león. Se puede resumir su sentir y pensar frente al Nacional Socialismo en esta frase, dicha cuando se supo con certeza de la matanza de muchos discapacitados: "Una vez admitido el derecho de matar a personas consideradas improductivas, ninguno de nosotros podrá estar más seguro". Fue un hombre que arriesgó mucho en un tiempo en que proclamar el Evangelio, podía conducir a los campos de concentración e, incluso, a la muerte.
Audaz en el riesgo
Su beatificación se da en un momento particular de la historia de Europa. Nuevamente muchos principios se discuten y muchos valores son desconocidos. Una vez más el hombre se enfrenta al nihilismo, a la dictadura del poder económico y político, al relativismo y al permisivismo ético y moral. Es en este contexto que tiene lugar esta beatificación, quizás porque la Providencia quiera hacer oír nuevamente "el rugido del León", defendiendo al hombre en su ser esencial. Cuando el Cardenal José Saraiva Martins, Prefecto de la Congregación de los Santos, proclamó beato al Cardenal Von Galen, no se trató de "una beatificación más". La fe nos dice que Dios responde a las necesidades de los tiempos por medio de instrumentos. Esta beatificación es un signo luminoso para orientarnos en la actual "dictadura del relativismo ético y moral", lo que nos hace recordar estas palabras que solía citar el Fundador de Schoenstatt: "Cuando el hombre se aleja de Dios, comienza un proceso de degradación tal, que primero lo embrutece y después lo bestializa". La beatificación del Cardenal Von Galen nos convoca a una lucha esperanzada por los hombres y por cada hombre.
¿Lo sabían? Unas palabras del Cardenal von Gallen al Padre Kentenich – "Usted ha arriesgado muchísimo en su vida" - han inspirado el título de uno de los más conocidos "best seller" de Schoenstatt: la novena "Audaz en el riesgo".