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 published: 2005-10-14

Cuando el amor y la solidaridad abren las puertas a una vida mejor

Dale alas a un niño, dale alas a su educación: el 6 de octubre la Fundación Dequeni lanzó la campaña de becas solidarias para el año escolar 2007

 

Becas solidarias: cambiar la vida en la calle con el colegio, con educación y los herramientos para un futuro digno

Solidarity scholarships: changing life on the streets and child labor to school, education, and the instruments for a future in dignity

“Schultüten-Aktion” von Dequeni: das Leben auf der Straße und Kinderarbeit tauschen gegen Schule, Ausbildung und die Werkzeuge für eine Zukunft in Würde

 

Gracias, Dequeni!

Thank you, Dequeni!

Danke, Dequeni!

 
 

Emilia

Emilia

Emilia

 
 

Francisco

Francisco

Francisco

 
 

Isidro

Isidro

Isidro

 
 

Jessica Lorena

Jessica Lorena

Jessica Lorena

Fotos: www.dequeni.org.py © 2005

 

 

 

PARAGUAY, Boletín Dequeni / mkf. Jessica Lorena tiene seis años y es hija de doña Facunda, vendedora de tereré en las inmediaciones del Santuario de Caacupé. Esta señora tiene 6 hijos, todos ellos venden velas en el lugar mencionado. Jessica es una niña muy callada e introvertida, asiste al Centro Abierto Casa del Niño que atiende a 137 niños trabajadores de la ciudad de Caacupé. Su vida cambió gracias a una beca de solidaridad... y a la gente de Dequeni. El 6 de octubre la Fundación Dequeni lanzó a campaña de becas solidarias para el año escolar 2006, con el anhelo de posibilitar la educación de 1000 chicos, una oportunidad de crecer en un ambiente diferente al de la calle.

La pequeña Jessica Lorena trabaja desde los 3 años en la calle, su madre la obligaba a vender velas durante todo el día. La educadora de Dequení la invitó a visitar el Centro, desde aquel día la niña no deja de asistir al proyecto. Ella al igual que sus otros seis hermanitos recibieron Becas Escolares mediante las cuales ingresaron a la escuela.

Jessica fue inscripta en el primer grado de la escuela "Don Ramón Barrios" de Costa Pukú, una lejana compañía de Caacupé. Acude regularmente al programa de erradicación progresiva del trabajo infantil. Las clases de refuerzo escolar, el contacto con otros niños y la orientación de las responsables del proyecto la ayudan a cultivar su autoestima, responsabilidad y respeto, pero por sobre todo está recibiendo amor y comprensión, valores que ella no conocía.

BECAS SOLIDARIAS, la oportunidad para los niños de Paraguay

Con un único aporte de G. 280.000 (37,00 € o 47 US$) un niño recibirá una Beca Solidaria que comprende: una mochila con todos los útiles necesarios, el uniforme completo, la inscripción en la escuela de su comunidad y el seguimiento hasta concluir el ciclo escolar. La campaña concluye el 31 de enero de 2006. La campaña invita a fomentar el acceso a la educación, derecho indiscutible de todo niño y cubrir los gastos anuales inherentes al estudio. Las becas serán entregadas a niños beneficiarios de Asunción, Fernando de la Mora, Caacupé, J. Augusto Saldivar, Caáguazú y Arroyos y Esteros.

Según datos del Ministerio de Educación y Cultura, en Paraguay se estima que 230.000 niños quedan año tras año fuera del sistema educativo. Solo cuatro de cada diez niños logran concluir la educación escolar básica. Según la UNESCO, un 25% de la niñez paraguaya que realiza alguna actividad laboral y más del 10% de la niñez trabajadora, no asiste a ninguna institución formal.

El año pasado DEQUENÍ entregó 1.030 becas solidarias. Recibieron la Beca Escolar; 150 niños del Proyecto Casa de Acogida de Fernando de la Mora,  50 niños de Juntos por la comunidad y 190 niños de Mitãrenda de Asunción; también 190 niños del proyecto Derecho a la Educación de J. A. Saldívar y 150 de Caáguazú; 100 niños del Centro abierto Casa del Niño de Caacupé y 200 adolescentes del Centro de Capacitación Vigilantes de María. Es un aporte pequeño que hace una diferencia grande en la vida de un niño.

Francisco

Francisco tiene 19 años, terminó sus estudios secundarios este año en el colegio San Nicolás de Asunción, proviene de una humilde familia, victima de innumerables dificultades internas, tiene 6 hermanos, sus padres se separaron, él y otros dos hermanos viven con el papá, el resto quedó con la madre.

Francisco es beneficiario de Dequení desde los 11 años. En  sus inicios asistió al Centro abierto de Mitãrenda, se acogió a todos los beneficios que ofrece el centro: apoyo escolar, beca escolar, atención médica, alimentación, seguimiento familiar y escolar. 

Al culminar el noveno grado, Francisco pasó a integrar el grupo de jóvenes del Proela, Programa de Entrenamiento Laboral. Oportunidad laboral que le permitió concluir sus estudios secundarios y mantener a su padre ya anciano y enfermo.

Realizó su pasantía durante tres años en el siniestrado Supermercado Ycuá Bolaños Botánico. Francisco afirma que ésta fue una experiencia que inevitablemente dejó huellas en él, casualmente debía ingresar a su puesto laboral esa misma tarde del incendio, el 1º de agosto. Aún hoy no puede creer lo ocurrido. Recuerda con tristeza y desazón a sus compañeros del Programa que fallecieron ese día. Quedan en su memoria recuerdos imborrables de los buenos y divertidos momentos con sus amigos, afirma que uno nunca sabe como ni cuando Dios lo llevará, sin embargo uno siempre debe estar preparado. Luego de esta dolorosa experiencia, Francisco ingresó a los cursos de capacitación del Centro Vigilantes de María. Recibió instrucción en Marketing y actualmente se capacita en Mantenimiento y reparación de computadoras. Está trabajando en una panadería céntrica en el horario de la tarde. También adquirió conocimientos de computación. Su ideal es iniciar el año que viene sus estudios universitarios en Análisis de Sistema en la Universidad Nacional de Asunción.

Francisco recuerda muy agradecido el apoyo que siempre recibió de Dequení, desde aquel momento en que su madre, agobiada por las dificultades económicas y familiares lo llevó a él y a dos de sus hermanos al centro abierto de la Fundación. A partir de entonces el apoyo fue constante. Su fortaleza y dedicación lo ayudaron a superarse y a hallar nuevas alternativas de vida.

Isidro

Isidro Blanco Estigarribia es un niño de 12 años, tiene siete hermanos, todos menores de edad. Desde los siete vende velas en las inmediaciones del Santuario de la Virgen de Caacupé. El año pasado llegó al Centro Abierto para niños de la calle "Casa del niño" a través de una de las  educadoras.  Isidro recibió la Beca Escolar para continuar con sus estudios. A sus 12 años recién cursa el tercer grado, repitió dos veces el año escolar, y entró en forma tardía al sistema educativo por razones económicas de sus padres.

Su padre se dedica a la venta de chipa (un panecillo muy sabroso hecho con almidón de mandioca, queso, y otros condimentos) en la ciudad junto con otros hijos mayores que Isidro, y su madre a los quehaceres domésticos. A  ambos les resta muy poco tiempo para compartir otras actividades con sus hijos, razón por la cual la mayor parte del tiempo Isidro la pasa en la escuela y en Dequení.

Isidro es un niño muy alegre y por sobre todo muy perseverante: mediante la orientación familiar y el seguimiento escolar, mejoró su rendimiento en la escuela. Asiste todos los días a las clases de refuerzo escolar ofrecidas por el centro, además va disminuyendo sus horas de calle. El apoyo de su madre es fundamental en el proceso de reinserción del niño, ella lo incentiva a asistir al centro y a cumplir con esta responsabilidad.

María Emilia

María Emilia Recalde, de 9 años, vive en una precaria vivienda en el asentamiento Maka´í de Luque con sus 11 hermanos, el menor de todos tiene apenas 1 año. Sus padres se dedican a realizar trabajos temporarios. Don Pedro generalmente trabaja en la herrería y Doña Teresa se dedica al lavado y planchado de ropa. María cuenta que su mamá la trajo hasta el Centro Comunitario Educación, Bienestar y Paz hace un año, porque ella tenia que salir a trabajar y nadie la podría cuidar, sus hermanos mayores trabajan en la calle vendiendo caramelos, pero muy de vez en cuando están en la casa.

A la pequeña le gusta estudiar principalmente matemáticas, afirma que ya domina las tablas de multiplicar pero aún le cuestan las divisiones, va al 4° grado en la escuela de su comunidad "San Roque González de Santacruz" en el turno de la mañana, y a la tarde asiste a Dequení donde recibe refuerzo escolar, las merienda y la compañía de las educadoras que le entregan todo su cariño y atención.

A pesar de sus nueve años, Maria aparenta ser una niña de seis años, el estado de desnutrición en que se encuentra es muy visible. La pobreza de sus padres no les permite visitar a un médico aparte del que presta atención médica en el Centro Comunitario. Maria Emilia señala que le gusta jugar y entretenerse con los demás chicos, pero lamenta no tener una muñeca, dijo que nunca la tuvo, pero el deseo de tenerla sigue estando ahí.

Dame una oportunidad

Francisco, Jessica Lorena, Isidro, Maria Emilia: cuatro historias que dan esperanza, cuatro historias de una generación que crece con la conciencia de que hay solidaridad en el mundo y que es posible cambiarlo. Pero hay otras historias: por ejemplo, la de un joven alemán, padre de un niño de segundo grado, que decide pedir que los regalos de su cumpleaños sean para Dequeni, y siente una enorme alegría por poder ayudar a un chico a ir al colegio. O la historia de un matrimonio que en Navidad de 2004 encontró un folleto sobre las Becas Solidarias en un centro de Schoenstatt, y en julio de 2005 volvió para entregar, anónimamente, una beca... O la historia del primo de una Hermana de Maria de Schoenstatt que se sorprendió con una iniciativa tan hermosa y que espontáneamente decidió regalar una beca el día en que su hijo mayor entró al colegio; la historia de una maestra que animó a sus pequeños alumnos de jardín de infantes a regalar una beca para sus amigos en el Paraguay... y que por el cariño que irradiaron las caras de los chicos becados se emocionó tanto que decidió donar lo que recibió por un servicio que prestó a unos amigos... La alegría de la solidaridad es una alegría compartida.

Gracias, Francisco, Jessica Lorena, Isidro, Maria Emilia, por darnos la oportunidad de ser solidarios.

Los aportes se pueden hacer de varias maneras: 

  • Por cobrador (en Paraguay): el cobrador se acerca hasta el socio para recibir el aporte en el día y la hora indicada. Financiado en cuotas hasta el término de la campaña 31-01-2006
  • Por autorización de débito de cualquiera de las tarjetas de crédito en plaza. 
  • A través del Plan Cuotas con las tarjetas: Visa, Mastercard, Cabal, Credicard.
  • Dequení pone a disposición de todas las personas interesadas el sistema de donación e-commerce a través de la Web de Dequení, www.dequeni.org.py . De esta manera, tanto los paraguayos como amigos de todo el mundo que deseen sumarse a la campaña desde donde estén, pueden realizar el pago a través de esta vía.
  • Otra posibilidad es entregar la donación a los Padres de Schoenstatt, con el pedido de enviarla al P Enrique Schaefer en la Argentina.
Video
Mas informaciones en Internet: www.dequeni.org.py

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Last Update: 14.10.2005 Mail: Editor /Webmaster
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