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 published: 2005-10-20

El Cristo místico es profesor y comerciante, es ingeniero, abogado y obrero, preso y monarca

Una semana de adoración al cerrar el Año de la Eucaristía - Canonización del Padre Alberto Hurtado

 

Toda la iglesia esta llamada a unirse en adoración esa semana

The enitre church is called to unite in adoration this week

Die ganze Kirche ist aufgerufen zur Anbetung in dieser Woche

Foto: POS Fischer © 2005

 
 

Canonización el 23 de octubre: Padre Alberto Hurtado, Chile

To be canonized on October 23: Father Alberto Hurtado, Chile

Heiligsprechung am 23. Oktober: Pater Alberto Hurtado, Chile

Foto: Archiv Chile © 2005

 

 

 

ROMA, P. Alberto Eronti. El Sínodo de los Obispos sobre la Sagrada Eucaristía ya ha concluido su segunda semana y se entra en el tiempo de definiciones. El martes de esa semana se entregarán las primeras conclusiones, luego habrá un tiempo de enmiendas y agregados para votar el día sábado 22 las conclusiones finales que serán entregadas al Papa. El texto servirá a Benedicto XVI para redactar su primera reflexión pos-sinodal.

En los medios italianos el Sínodo no ha tenido gran repercusión, quizás porque es un tema muy específico, su comprensión les desborda y, además, no prevé ninguna declaración impactante. Pero, más allá de lo que los medios callen o publiquen, hay otra dimensión que señalar. Se trata de la red de adoración eucarística que tiene lugar en Roma, Italia y toda la Iglesia. Es un hecho que no hace ruido, pero que se torna esencial a la hora de participar en el Sínodo por la oración y la súplica confiada al Espíritu. Los mismos Padres Sinodales dan testimonio, ya que cada día pueden participar de una hora de adoración al Santísimo en la capilla anexa al aula sinodal. Sin embargo, por iniciativa del Santo Padre, entre este sábado y el próximo se acrecentará la adoración de la Eucaristía en toda la Iglesia. Se trata no sólo ni en primer lugar de acompañar el final del Sínodo, sino de cerrar el año de la Eucaristía mediante una fuerte centralidad del "Misterio de la fe".

Hay una clara conciencia de que se ha logrado lo que el Papa Juan Pablo II manifestaba en su Encíclica "Ecclesia de Eucaristía": "Deseo suscitar este asombro eucarístico"(E.E.Nº 6) "Deseo involucrar más plenamente a toda la Iglesia en esta reflexión eucarística, para dar gracias a Dios por el don de la Eucaristía y del sacerdocio (…) señalando con nueva fuerza a la Iglesia la centralidad de la Eucaristía. De ella vive la Iglesia" (E.E.Nº 7).

La canonización del Padre Alberto Hurtado

Por otro lado el cierre del año dedicado al Misterio de la Eucaristía, coincide con la canonización de nuevos santos que presidirá Benedicto XVI. En este contexto hay una canonización que, además de ser una fuente de alegría para toda la Iglesia, toca particularmente a la Iglesia latinoamericana. Se trata de la canonización del jesuita chileno, Padre Alberto Hurtado. Es mucho lo que se podría escribir de este excepcional sacerdote, pero basándome en la última Carta Pastoral del Arzobispo de Santiago de Chile, Card. Francisco Javier Errázuriz, querría detenerme en la luminosa y particular relación de Alberto Hurtado con la Eucaristía. Creo que para acercarnos al insondable misterio del "Testamento de Jesús" en la Última Cena, nada nos ayuda más que el testimonio de quienes la vivieron como el centro de sus vidas y aprendieron por eso que, "…la Eucaristía contiene todo el bien espiritual de la Iglesia" (E.E.Nº 1).

El Padre Hurtado desarrolló una actividad apostólica impresionante, pero jamás dejó lo que alguien llamó "el alma de todo apostolado": la oración, la contemplación, la adoración. Así consiguió un particular equilibrio entre "Marta y María" (Lc.10) y se constituyó en el "buen samaritano" (Lc. 10) de los "chicos de la calle"; en el que iluminaba y alentaba la acción social de la Iglesia, el que formó a los jóvenes para el compromiso político y social a la luz del Evangelio… Escribe el Card. Errázuriz: "La obra del Padre Hurtado sería inexplicable si no tuviera un fundamento oculto que la sostiene. Su vida de entrega generosa, sin medida, no puede carecer de cimientos profundos… Al descender hasta los cimientos de la vida del Padre Hurtado, aparece la Eucaristía. Múltiples testimonios de quienes lo conocieron de cerca, concuerdan en lo mismo" (Nº 4-5).

Obrar como Cristo

Una de las frases que el santo más repite a lo largo de su vida es: "Ya no vivo yo, es Cristo quien vive en mí" (Gal. 2, 20). He aquí el centro vivo de su alma: ¡Cristo! Con él quiso configurarse, como él vivir y actuar. En un retiro dado al clero dirá: "¡Qué simple resulta nuestra espiritualidad! Ser Cristo; obrar como Cristo en cada circunstancia de mi vida, en lo que Cristo me ponga adelante". Y dirá también: "Mi única obligación es andar por la senda que es Cristo.... vivir... imitarlo, en otras palabras, ser Cristo. Mi obligación no es triunfar, no es hacer obras inmensas, sino obrar en conformidad con lo que soy". El jesuita, Padre Paolo Molinari, postulador de la causa del santo escribió: "El Padre Hurtado pasaba largas horas delante del tabernáculo en adoración silenciosa; en la celebración de la Eucaristía diaria él unía su corazón al del Salvador(…) De este vínculo de amor con Jesús, Alberto Hurtado sacó la fuerza, el coraje, la delicadeza y la bondad que caracterizaron su apostolado...". Prolongó la misión de Jesús, porque estaba unido íntimamente a Él, porque su vida entera tendía a reproducir la vida de su Maestro.

Esta relación con la Eucaristía encenderá el alma de Alberto Hurtado y desarrollará en él esa pasión por ser Cristo en el corazón del mundo. Lo expresa así: "El Cristo histórico fue judío viviendo en Palestina en tiempo del Imperio Romano. El Cristo místico es chileno del siglo XX, alemán y francés y africano... Es profesor y comerciante, es ingeniero, abogado y obrero, preso y monarca... Es todo cristiano que vive en gracia de Dios (...) y que aspira siempre a esto: ha hacer lo que hace como Cristo lo haría en su lugar". "El acto central de nuestro día debiera ser nuestra Misa. Después de la comunión, quedar fieles a la gran transformación que se ha apoderado de nosotros. Vivir nuestro día como Cristo, ser Cristo para nosotros y para los demás: ¡Eso es comulgar! La Misa, centro del día y de todo el día".

Hombre y sacerdote de la Eucaristía

Es todo un símbolo que el año dedicado especialmente a la Eucaristía coincida con la canonización del Padre Alberto Hurtado. Podemos parafrasear la expresión de Juan Pablo II referida a María como "Mujer de la Eucaristía", diciendo que el Padre Hurtado fue "hombre y sacerdote de la Eucaristía", por eso hizo de su vida una ofrenda, se entregó, se partió y se repartió hasta el extremo, como su Señor y Maestro.

Que el domingo 23 de octubre quede en nuestra memoria como un programa: termina el año dedicado a la Eucaristía, pero lo que no termina es la Eucaristía de cada día y que todo el día sea una Eucaristía. Se trata de lo que el Padre Kentenich expresa así: "¡De la Misa a la vida! ¡Siempre desde el altar a la vida! Si separo mi vida del altar, entonces mañana mi vida ya no será una vida vivida en Dios, será vida del mundo (…) La Misa de cada día debe llegar a ser la Misa de la vida. ¿Qué significa esto? Todas las acciones durante el día , deben llegar a ser repetición constante del ofertorio, de la consagración y de la comunión" (29/XI/64). ¡Que así sea!

 


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Last Update: 19.10.2005 Mail: Editor /Webmaster
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