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 published: 2005-09-02

Santuario Inmaculada en Quarten: El 10 de septiembre se conmemora su cincuentenario, ¡bodas de oro!

Su historia desde la primera palada hasta la colocación de la piedra fundamental

 

Heiligtum in Quarten, Schweiz

Santuario en Quarten, Suiza

Shrine in Quarten, Switzerland

Heiligtum in Quarten, Schweiz

 
Das Heiligtum hat eine spannende Geschichte  

El Santuario tiene una historia interesante

The Shrine has an exciting history

Das Heiligtum hat eine spannende Geschichte

 
Am 10. September wird das Goldene Jubiläum gefeiert  

El 10 de septiembre: Jubileo de Oro

September 10: Golden Jubilee

Am 10. September wird das Goldene Jubiläum gefeiert

Fotos: Zimmermann © 2005

 

SUIZA, czi. Tal como sucedió con tantos Santuarios de Schoenstatt, el Santuario Inmaculada en Quarten tampoco pudo ser construido inmediatamente. Fue preciso tener mucha paciencia y – como lo indica claramente el informe de la Hermana M. Fridoline – también cierta perseverancia. Hoy publicamos acá la segunda parte de la fascinante historia, tal como la escribió la Hermana Fridoline en una carta a las madres. (Fuente: Carta a las madres 2/1980).

"Después del memorable 26 de febrero de 1950 (fecha de la primera palada), damos hoy un gran salto al año 1954. Ese año había sido proclamado por la Iglesia "año mariano". Nosotras teníamos la firme convicción de que en ese año por fin se tomaría la decisión de construir la capillita. Numerosas audiencias con el Obispo de San Gallen habían sido infructuosas, por lo tanto, debíamos profundizar y afirmar más nuestra confianza. En noviembre de 1954 hicimos otra visita al obispo. Y en esa oportunidad, con mucha insistencia le pedimos a Mons. Dr. Josephus Meile que al terminar el año mariano nos hiciera el regalo de otorgarnos el permiso de construcción. El Reverendo escuchó con bondad nuestro pedido, pero a continuación dijo sonriente: "... tienen que seguir teniendo paciencia, ¡habrá más años marianos!"..."

Respuesta afirmativa en el último día

Sintiéndolo en el alma, regresamos a casa llevándoles esta información a nuestras hermanas de comunidad que nos estaban esperando. Le presentamos más derechos de amor a María Santísima, Ella no podía y no debía abandonarnos. Después de la infructuosa visita en San Gallen expusimos otra vez insistentemente nuestro pedido por escrito y al fin pudimos experimentar el gran milagro de haber sido escuchadas. El último día del año mariano el Reverendo Obispo nos envió por escrito y brevemente la tan ansiada notificación: "¡La planeada capilla mariana puede ser construida!"

Ahora sólo podíamos agradecer... Pero luego nos pusimos a trabajar a toda marcha en los preparativos para la construcción, nuestra meta era poder celebrar en mayo de 1955 la colocación de la piedra fundamental. El siguiente fragmento de la crónica de tal suceso da testimonio de la colocación de la piedra fundamental realizada el 30 de mayo de 1955.

Lluvia torrencial y muchas jovencitas

Al concluir el mes de María en el año de la ‚primavera santa’ pudimos colocar la piedra fundamental para la construcción de la capillita. Fue una gran alegría que justo se hallase aquí una gran cantidad de jovencitas para la Jornada de Pentecostés, para quienes todo esto resultó ser un verdadero acontecimiento. El día de vigilia ( el día anterior a la fiesta) llegaron bajo una lluvia torrencial de todos lados, incluso a última hora: un cuarto de hora antes de la medianoche. Y a la mayoría de ellas les tuvimos que dar otra ubicación. Pero ni la lluvia, ni el cambio de morada, nada enturbió el buen humor.

En la noche de sábado a domingo, la juventud hizo guardia de honor en la capilla de la casa. Temprano, a las cuatro de la mañana, ya se pudo oír cantar el Himno de la Familia (Canto: "Protégenos tu manto..."). Al atardecer del primer día de Pentecostés, nuestras jovencitas marcharon hacia el terreno del futuro santuario, en solemne procesión y llevando velas encendidas. De esta manera querían rendir homenaje a la MTA, ofrecerse a Ella como instrumento a su servicio, y colocar sus ‚aportes’ en la piedra fundamental. Después de esta ceremonia regresaron y de rodillas rezaron juntas el Rosario.

Presagios tormentosos

A la mañana siguiente daba la impresión de que, en el día de la fiesta de Pentecostés, el Espíritu Santo quería realmente ‚empaparnos’ con sus corrientes de gracia. Poco a poco disminuyó la tormenta y el lunes de Pentecostés nos trajo un tiempo soleado. Nosotras le dijimos a la Santísima Virgen: ¡Tua res agitur! ¡Se trata de tu causa! Así fue que en la mañana del lunes de Pentecostés se movilizaron muchos corazones colmados de amor y muchas manos diligentes que erigieron el primer altarcito en el sitio destinado a ser consagrado a nuestra querida Madre y Reina. Su ubicación: adelante, a la izquierda, en el coro. (Los muros ya habían sido construidos hasta los huecos de las ventanas.)

Teniendo como telón de fondo una bandera amarilla y blanca, se colocó una imagen de la MTA. Adelante, la vela de nuestra provincia, muchas flores. Al lado, el estandarte de nuestra provincia. A los costados, toda la construcción estaba adornada con ramas verdes. En medio del coro se elevó una cruz. Nuestro eficiente conserje, el señor Zeller, hizo también su aporte. Fabricó la cruz con finas ramitas de madera de abedul. La semana anterior, había fabricado una hermosa vasija de cobre para guardar el acta y todo lo que debería ser enterado. El sábado esculpió los símbolos en la piedra fundamental. La bandera suiza daba un toque de fiesta. La juventud había dispuesto tres cruces negras en una cruz blanca como símbolo. (Símbolo de la primavera santa que era el ideal de la Juventud Femenina de Suiza).

Colocación solemne de la piedra fundamental

A las tres y media de la tarde marchamos rezando en procesión desde la capilla de la casa hasta el terreno del futuro santuario. El desfile estaba precedido por una multitud de niños que habían venido con la Hermana Felicitas desde Weesen, a continuación iban aproximadamente cuarenta chicas de la Juventud de Schoenstatt, miembros de la Liga (comunidad de mujeres solteras), Madres de Schoenstatt, Liga de los Enfermos, varones, treinta Hermanas, el arquitecto y sus acompañantes, seguidos de los sacerdotes: el Padre August Ziegler, que por entonces era Asesor de la Juventud Femenina, además el Señor Obispo encargado de colocar la piedra fundamental. Las autoridades episcopales dieron la autorización para colocar la piedra fundamental, tal como es habitual para la construcción de las iglesias. De esta manera, el Santuario fue bendecido como capilla abierta al público. Después del solemne ‚Veni Creator’, el Padre August Ziegler dio una plática.

Agradecimiento y peticiones

Después de la conmovedora prédica siguió el rito de consagración. La superiora provincial de la Familia de Suiza leyó el acta oficial, que luego fue introducida dentro de la piedra fundamental. A continuación, nosotras las Hermanas rezamos la siguiente promesa:

"¡Querida Madre y Reina tres veces admirable de Schoenstatt!

¡A ti, nuestra gran Inmaculada! ¡Te rogamos! Desciende aquí y toma posesión de este tu Santuario que nosotras te construimos con amor agradecido. Haz que esta capillita sea un lugar de gracias y hogar, símbolo de nuestra fidelidad en la Alianza de Amor, para nosotras, para el Movimiento y para todas las generaciones venideras. Nosotras queremos sellar de nuevo nuestra Alianza de Amor plena: ¡Nada sin ti – nada sin nosotras! Anticípate con tu ayuda, tú, Reina poderosa e ‚Intercesora omnipotente’. Confiando en ti queremos arriesgar gustosas hasta lo último siendo tus instrumentos, para que la corriente de gracias, que surgió en el Santuario Original, brote siempre de nuevo en el mundo.

Muy especialmente, queremos esforzarnos en renovar nuestra patria. Haz que, como personas con fe en la Divina Providencia y poseídas por la misión, anunciemos siempre y en todo lugar el mensaje de Schoenstatt y que llevemos a todo el mundo el fuego del amor entrañable a María. FIAT REGNUNM IMMACULATAE!(Que venga el Reino de la Inmaculada.) Madre y Reina, te damos gracias. ¡Bendícenos a nosotras, bendice nuestra patria y al mundo entero! Amen."

A continuación, rezaron las Madres de Schoenstatt:

"¡Querida Madre y Reina tres veces admirable de Schoenstatt!
Nosotras, las madres, sellamos de nuevo nuestra Alianza de Amor contigo. Recibe con benevolencia nuestras oraciones, nuestro trabajo y sacrificios, nuestra seria aspiración de asemejarnos a ti como custodias vivas y haz que desde aquí corra una gran corriente de gracia en nuestra patria, Suiza. Desde este Santuario, regálales a muchas madres la gracia del cobijamiento espiritual, de la transformación interior y abundante fecundidad apostólica. Amen."

La Juventud Femenina reiteró otra vez oficialmente su promesa de fidelidad: "¡Con amor fuerte en el sacrificio, consagradas a ti, Reina; consagradas al Santuario; fieles siempre a ti! Madre, fieles en la vida diaria y con el espíritu de Rütli*, déjanos entregarnos como prenda en tus bondadosas manos, – asemejándonos a nuestro fundador – para que desde aquí surja tu reino de la primavera en nuestra patria, Suiza!"

Para concluir, todos los allí reunidos cantamos el Himno de la Familia: "Protéjanos tu manto". Luego fuimos a la capilla de la casa para celebrar solemnemente la misa de cierre, allí el Padre Ziegler dio la bendición sacerdotal ."

Nota de la traducción: referencia a un momento muy importante de la historia de Suiza donde, utilizando la terminología de Schoenstatt, se "selló una alianza". En 1291 los cantones de Schwyz, Uri y Unterwald realizan el pacto perpetuo de asistencia mutua. Este acto es considerado como acto de fundación de la Confederación Helvética

Traducción: Pitty Reiche, Vallendar Alemania



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Last Update: 09.09.2005 Mail: Editor /Webmaster
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