"Jesús no quita nada"

Vestición de las novicias de las Hermanas de María en Atibaia, Brasil

Muchos sacerdotes presentes Many priests accompanied them Viele Priester begleiteten sie
Mons. José María Pinheiro, Obispo de la diócesis de Bragança Paulista Bishop José María Pinheiro, of  Bragança Paulista Bischof José María Pinheiro, Diözese Bragança Paulista
Estoy dispuesta... I am ready... Ich bin bereit...
Acción de gracias Gratitude Dankgebet
Una novicia con su parroco y sus padres A novice with ther parish priest, and parents Eine Novizin mit ihrem Pfarrer und Eltern Fotos: Ir. M. Nilza © 2005

BRASIL, Hna. M. Nilza. "¡No tengáis miedo de Cristo! Él no quita nada, y lo da todo. Quien se da a Él, recibe el ciento por uno. Sí, abrid, abrid de par en par las puertas a Cristo, y encontraréis la verdadera vida". Así lo afirmó alegremente el Papa Benedicto XVI el 24 de abril de 2005, al asumir su misión como Pastor universal de la Iglesia. Impulsadas por el deseo de entregarse enteramente a Jesús, cinco jóvenes recibieron el vestido de las Hermanas de María de Schoenstatt en Atibaia, San Pablo, el 3 de septiembre pasado. Ellas provienen de los estados de Paraná, San Pablo y Minas Gerais.

Quienes participaron en la ceremonia estaban impresionados con la alegría que irradiaba cada una. "Es una felicidad que viene de adentro", dijo un amigo. El padre de otra novicia afirmó: "¡en esta ceremonia sentí que el cielo tocaba la tierra!" "El cielo debe ser como lo que vivenciamos hoy" intenta describir otro invitado.

La emoción embargó a los padres al ver a sus hijas en camino al Santuario, vestidas de blanco, en una entrega virginal a Cristo.

En la Santa Misa, presidida por Mons. José María Pinheiro, Obispo de la diócesis de Bragança Paulista y concelebrada por diez sacerdotes, la sacralidad de ese sí a Jesús se fue haciendo cada vez más realidad.

En la homilía el obispo explicó a los presentes que la felicidad de esas jóvenes reside en el hecho de haber descubierto un secreto: ¡Jesús! Comparó este momento con el clima del Tabor, e invitó a todos a continuar unidos con ellas en la oración.

Con el vestido de María

Lo que parecía un sueño para los invitados, se tornó realidad cuando la superiora provincial leyó sus nombres: Hna. Mariana, Hna. Sonara María, Hna. Andresa, Hna. Marilia y Hna. Marcia. Las jóvenes recibieron el vestido azul y pronto regresaron ya no con el vestido blanco, sino con el vestido de María. ¡Ellas son ahora Hermanas de María!

La emoción cundió entre los presentes y se manifestó en una larga ovación. La Santa Misa concluyó con el encuentro de toda la comunidad de las Hermanas de María junto a la imagen de la Madre y Reina, para renovar la Alianza de Amor y rogar por la fidelidad al llamado de Dios.

La fiesta continuó durante todo el día: saludos, encuentro con los parientes y amigos, con la parroquia a la que pertenecía cada una. ¡Es momento de festejar!

En los días siguientes esas jóvenes Hermanas estarán nuevamente recogidas en el noviciado, que durará dos años. Así cada una va creciendo y madurando hasta que su respuesta al llamado de Cristo sea respondido con una entrega total, día tras día, y la Sma. Virgen pueda pasar nuevamente por el mundo por medio de ellas.

De: www.maeperegrina.com.br

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