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8 de septiembre de 2004: Silvia Losada en la procesión de entrada, Belmonte September 8, 2004: Silvia Losada in the entrance procession, Belmonte 8. September 2004: Silvia Losada beim Einzug in Belmonte |
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El Santuario de todos nosotros… The Shrine of all of us… Unser aller Heiligtum.. Fotos: POS Fischer © 2005 |
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…nos espera de Nuevo …is inviting us again …erwartet uns wieder |
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Nos vemos en Pentecostes 2006 See you Pentecost 2006 Auf Wiedersehen Pfingsten 2006! Fotos: Alejandro Reid © 2005 |
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ROMA, Silvia de Losada. ¡Un año ya! Pasó rapidísimo. A esta hora estaba por terminar la vigilia... y la Auxiliar acompañándome luego en el bus... Pensaba qué esperaba Ella de mí al día siguiente, ¡qué nos tenía preparado para la Audiencia con Juan Pablo II!
¡Qué fácil y qué emoción es recordar esos días! Todo lo que pasó parece un sueño. Subir por los jardines del Vaticano, con la Mater en brazos; la bendición del Santuario Matri Ecclesiae, con toda la familia internacional unida en oración, cánticos y amor de hermanos que piensan y sienten de la misma forma.
Me parecía ver al Padre José Kentenich sonriendo ante su familia y el Santuario, realización de su gran sueño: regalar ese Santuario y su Movimiento a la Iglesia.
La Audiencia con Juan Pablo II fue un capítulo aparte. Le dije a la Mater: "Llegaremos hasta donde Tú quieras". ¡Y sí que llegamos! La Auxiliar estuvo frente a nuestro Santo Padre, en el ocaso de su vida. Quién sabe, tal vez le dijo: ¡Te espero!
No puedo pedirle nada más a Dios, sólo agradecer esta causalidad que unió tres hechos tan históricos, en los que participé, y que quizás no volverán a repetirse: Schoenstatt-Roma-Castelgandolfo...
Mañana nuestro Santuario de Roma cumple un año. ¡Gracias, Mater, por acompañarnos y establecerte en tu morada, en el corazón de la Iglesia!
Roma y Belmonte nos llaman nuevamente
Una vez más nos dirigimos nuevamente hacia Roma, y hacia Belmonte... El Papa ha convocado a todos los Movimientos y Comunidades Nuevas a la Vigilia de Pentecostés 2006 en Roma, y la MTA nos llama a ir a Belmonte, para incendiar todo Roma de amor a la Iglesia, para gritar al igual que los jóvenes: ¡Benedetto! y "Viva Schoenstatt"!, para mostrarle al Santo Padre – y decirle a nuestro Padre: Aquí estamos...