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 published: 2005-09-27

Una aliada en el cielo

Raquel Sáenz Valiente, fundadora del Voluntariado de María de Schoenstatt, regresó a la Casa del Padre

 

Logo del Voluntariado de María

Logo of the Volunteers of Mary

Logo der Voluntarias de Maria

 
 

Raquel Sáenz Valiente, fundadora del Voluntariado de Maria

Raquel Sáenz Valiente, foundress of the Volunteers of Mary

Raquel Sáenz Valiente, Gründerin der Voluntárias de Maria

 
 

Serviendo a los enfermos

In service of the sick ones in the hospitals

Im Dienst der Kranken in den Krankenhäusern

 
 

La bandera del Voluntariado en el Santuario

The flag of the volunteers is carried into the Shrine

Die Fahne der Voluntarias wird ins Heiligtum getragen

Fotos: Echenique © 2005

 
 

ARGENTINA, Claudia Echenique. El 12 de septiembre de 2005, día del Santísimo Nombre de María, regresó a la Casa del Padre Raquel Sáenz Valiente, fundadora del Voluntariado de María de Schoenstatt en Argentina.

Al día siguiente, sus restos, cubiertos por la bandera del Voluntariado de María, fueron llevados al Santuario de Nuevo Schoenstatt, en Florencio Varela, y luego de una oración en el Santuario, comenzó la misa en la Iglesia de Dios Padre. Entre la multitud que llenaba la Iglesia, se destacaban numerosas Voluntarias de María con su uniforme azul. El P. Juan Pablo Catoggio presidió la celebración, en la que concelebraron el P. Guillermo Mario Cassone y el P. Pablo Pol y varios sacerdotes diocesanos, todos ellos capellanes de los hospitales. En su homilía, el P. Catoggio hizo una reseña de la vida de Raquel, en la que destacó el amor a su familia, su servicio a Dios en la Iglesia y la entrega total a la misión del Padre Kentenich en la vivencia plena de la Alianza de Amor con María.

Al finalizar la misa, se vivió el momento más emotivo cuando sus hijos y algunos nietos cantaron todos juntos una última canción a su madre. Los restos de Raquel fueron sepultados en el cementerio "Hacia el Padre" de los Padres de Schoenstatt, en Florencio Varela.

Quería llevar esa mirada al mundo

Raquel Ochoa de Sáenz Valiente nació en Buenos Aires el 7 de marzo de 1937, y estaba casada con Ignacio Sáenz Valiente, con quien tuvo 7 hijos: Ignacio, Gervasio, Fernando, Raquel, Juana, Esteban, Julia, que les dieron 15 nietos.

Se consagró a su familia, y a la vez como mujer católica, asumió compromisos y trabajó incansablemente en distintas iniciativas dentro de la Iglesia.

Entró por primera vez a un Santuario de Schoenstatt en Florencio Varela en 1981 y la mirada de la Mater cambió su vida para siempre. "Salí del Santuario y sabía que ya nada sería igual. Quería llevar esa mirada al mundo", contaba Raquel al recordar ese encuentro.

Teniendo siempre como modelo a María, descubrió en Schoenstatt y en la Alianza de Amor el camino para alcanzar la santidad a la que siempre aspiró. Fiel instrumento de la Madre Tres Veces Admirable, encarnó el ideal que el Padre Kentenich enuncia en la oración del Cántico del Instrumento:

"Aseméjanos a ti, y enséñanos
a caminar por la vida tal como Tú lo hiciste,
fuerte y digna, sencilla y bondadosa,
repartiendo amor, paz y alegría."

Animada por el Padre Esteban Uriburu

Hija de un médico, Raquel conocía las necesidades espirituales de los enfermos en los hospitales. Animada por el Padre Esteban Uriburu, el 8 de septiembre de 1982 fundó el Voluntariado de María del Movimiento Apostólico de Schoenstatt, instrumento de la Divina Providencia. Su misión es asistir a los enfermos en sus necesidades físicas y espirituales, brindándoles consuelo y afecto en sus angustias y soledades, llevándoles paz, alegría y esperanza para que puedan vivir todos los momentos con la dignidad de hijos de Dios.

En la actualidad, 300 voluntarias y voluntarios brindan su asistencia en 23 hospitales de Argentina, habiendo visitado ya más de 1.800.000 enfermos.

Con aportes de personas e instituciones, el Voluntariado de María ha construido y equipado en el Hospital Muñiz (Buenos Aires) la Sala "Ave María" de Terapia Intensiva para enfermos con SIDA, primera en su género en Sudamérica, y la sala de espera para los familiares. También se construyó el Oratorio y la Capilla en dicho hospital, donde tantos enfermos y sus familiares, como también el personal del hospital, encuentran un lugar de paz y cobijamiento espiritual.

El Voluntariado de María donó al Hospital Ramos Mejía (Buenos Aires) un ecógrafo para punciones dirigidas y un monitor fetal; una bomba de infusión a la Maternidad Santa Rosa, y un tomógrafo al Hospital de Florencio Varela. En 1999 colaboró con la Fundación Fuente Viva en la edificación del Hogar de María para madres y niños con SIDA.

A través de donaciones de distintas instituciones y parroquias, se han entregado medicamentos, pañales, alimentos, prendas de vestir, sábanas, toallas, artículos para la higiene personal de los enfermos.

Un llamado de Dios al servicio, para ser transparentes del amor que Él nos tiene.

A Raquel Sáenz Valiente le preocupaba no sólo la atención del enfermo sino también la formación espiritual de las voluntarias y voluntarios de María. En los encuentros personales como ante grandes audiencias, irradiaba su certeza de que la misión del Voluntariado es un llamado de Dios al servicio, para ser transparentes del amor que Él nos tiene. Y así, como pequeñas Marías, establecer vínculos fraternos en el Voluntariado, en el ambiente hospitalario y en la familia de Schoenstatt.

Convencida de la importancia de la Eucaristía en la vida de fe, impulsó la Adoración Eucarística, entre otros lugares, en la Catedral Metropolitana, formando la Comisión por la Unidad, en 1990.

Consciente del rol protagónico de la mujer en la sociedad actual, proyectó y llevó a cabo, en unión con diferentes organizaciones de la Iglesia, el primer Congreso de la Mujer Católica en el año 2001. Como consecuencia de la gran repercusión que tuvo, al año siguiente promovió la realización de un Congreso de Mujeres de Fe Monoteísta, donde se formó la Asociación, de la que era su presidenta.

Cuando le preguntaban cuál era su próximo proyecto, Raquel, con sencillez y convicción, decía: "Quiero ir a fundar el Voluntariado al Burundi", ante la sorpresa de quienes la acompañaban.

Si quisiéramos definir en pocas palabras a Raquel Sáenz Valiente, nada mejor que rezar la oración del Padre Fundador en el Hacia el Padre:

"Estoy tan íntimamente ligado a los míos,
que yo y ellos nos sentimos siempre
un solo ser:
de su santidad vivo y me sustento
y, aún, gustoso estoy dispuesto a morir por ellos".


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Last Update: 27.09.2005 Mail: Editor /Webmaster
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