Una estrella luminosa

Mons. Dr. Reinhard Marx, Obispo de Tréveris, visitará Metternich en el quincuagésimo aniversario del fallecimiento de la Hermana Emilie Engel

Jovenes de Chile en la tumba de la Hna Emilie Engel

Youth from Chile at the tomb of Sister Emilie Engel

Jugendliche aus Chile am Grab von Schwester Emilie Engel

Hna Emilie Engel: se celebra el 50° aniversario de su fallecimiento Sr. Emilie Engel: the 50th anniversary of her death is celebrated this year Schw. Emilie: dieses Jahr ist ihr 50. Todestag
Encuentro con una hija del Padre... Meeting a child of the Father... Begegnung mit einem Menschen, der sich ganz dem Vatergott anvertraute
... con alguien que vivió con sus limites ... with someone who had to live with her limitations … mit einem Menschen, der Grenzen erfahren hat
... y que tiene un mensaje ... a person with a message and a mission …mit einer Botschaft für heute Fotos: Sr. Theres-Marie Maier © 2005

ALEMANIA, Hna. Theres Marie Maier. Para las Hermanas de María que viven en Metternich es algo poco común ver a los jóvenes chilenos ante la tumba de la Hermana Emilie. Se sientan sencillamente en el suelo, lo más cerca posible de la tumba. Se quedan allí como si se reunieran en torno a una persona viva, con la que se pudiera conversar con toda confianza. Y, de hecho, la Hermana Emilie está viva. Vive a través de su ejemplo edificante y siempre se puede hablar con ella. Algunos jóvenes escriben lo que quieren decirle a y ponen su carta en la tierra, entre las flores del sepulcro. Los jóvenes sienten algo de lo que una Hermana de 90 años de edad pudo decir en un encuentro personal: "Emilie siempre tenía tiempo. Siempre se podía llamar a su puerta y hablar con ella". Y otra atestigua: "¡Ella sabía escuchar! Y siempre fue buena conmigo".

"¡Su vida me infunde respeto!" dice una chica, "la Hermana Emilie es totalmente normal y sin embargo tan grande!".

La Hna. Emilie Engel nació en 1893. Su familia era profundamente religiosa y le permitió realizar su sueño: ser maestra. Conoció casualmente Schoenstatt y al Padre Kentenich en 1921 e ingresó al Movimiento.

En octubre de 1926, Emilie Engel estuvo en el momento de la fundación de las Hermanas de María. Había dejado su casa paterna, su existencia segura y se puso totalmente a disposición de la nueva fundación. Cuando llegó a Schoenstatt era joven y dinámica. Podía poner en marcha algo... Fue maestra de novicias, formó parte de la dirección de la comunidad y hasta el fin de su vida, en 1955, tuvo realmente tareas de conducción en la comunidad de las Hermanas en forma casi ininterrumpida.

Ya en 1927, en los comienzos de su vida en la comunidad, la Hermana Emilie le ofreció a Dios la disponibilidad para recibir todos los "sufrimientos imaginables", para que de Schoenstatt "se propagara un clima de santidad hacia todo el mundo" (1927)

Dios aceptó su ofrecimiento al pie de la letra: le regaló todos los "sufrimientos imaginables" y la Hermana Emilie aprendió a creer que el sufrimiento es un signo del amor, una escalera con la que Dios conduce a su cercanía. Ella tomó la mano de Dios y vislumbró y experimentó cada vez más su infinito amor.

Luchó con los problemas del hombre moderno

Su mayor sufrimiento: una excepcional presión interior, miedo y sentimiento de fracaso, fue para ella el camino a la felicidad. Su camino de santidad es el camino del hijo hacia el Padre.

Pero esto no sucedió de un día para el otro. Su modo de ser melancólico, profundamente sensible, se volvió siempre contra ella misma. Experimentó dolorosamente la falta de atención, el sentirse incomprendida, y luchó con sentimientos de inferioridad.

Su historia interior refleja la típica tensión entre el ideal y la realidad, entre conquista y fracaso. Esto se acentuó cuando enfermó de tuberculosis. Las operaciones más dolorosas no le proporcionaron ningún alivio. Estuvo recluida casi cuatro años en clínicas y sanatorios. Sufrió las consecuencias a lo largo de 20 años, hasta el fin de su vida. Disminuyó su belleza exterior. Se encorvó, dependía de una silla de ruedas para desplazarse...

Finalmente perdió también el habla y sólo se podía comunicar mediante una pizarrita. Su fuente de vigor fue comprender esto: "Padre, yo creo que me has elegido como a tu hija predilecta desde la eternidad y para toda la eternidad. Me has mostrado también que yo no debo hacer fructificar a la Obra de Schoenstatt por medio de mis talentos y capacidades exteriores, sino por medio del amor y el sacrificio" (Octubre de 1940)

La Hna. María Emilie experimentó que el Padre Eterno mira a su hija, la ama realmente y la necesita para grandes tareas. Su debilidad corporal y anímica no fue ningún obstáculo para seguir el camino de la santidad, todo lo contrario. Ella lo arriesgó todo y se transformó en una estrella luminosa.

Para el 50º aniversario de su muerte llegaron muchas personas para beneficiarse con su luz. Pues aún hoy es eficaz.

Su aniversario: el 22 de octubre

Los amigos y admiradores de la Hna. Emilie recordarán su partida al cielo el próximo 22 de octubre en Coblenza – Metternich. Allí pasó sus últimos años y está enterrada en ese lugar. Ya se recibieron noticias de personas que llegarán de su pueblo, de Suabia, del Sarre, de Tréveris y de otras partes de Alemania. De Liebfrauenhöhe llegará una peregrinación expresamente el mismo día del aniversario. La fecha ya está confirmada en sus agendas. También anunciaron su visita el Obispo de Tréveris, Mons. Dr. Reinhard Marx, y el Vicario general, Padre Dr. Georg Holkenbrink.

La Hermana Emilie ¿tiene algo que decir a los hombres de hoy?. Es evidente que sí, pues para más de quinientos jóvenes de todo el mundo que participaron en el Festival de la juventud en Schoenstatt, fue importante visitar Metternich. Eran de Sudáfrica, Chile, los Estados Unidos, Hungría, Rumania, Austria, Brasil, España y Puerto Rico y fueron motivados por ella a formar su vida en la certeza del amor del Padre Eterno.

Traducción: aat, Argentina