"Germany is lecker!"Lo que trajeron a Schoenstatt los jóvenes sudafricanos y lo que querían transportar los australianos |
JMJ – SCHOENSTATT, eka. Si se encuentran dentro del ámbito de Schoenstatt 30 jóvenes sudafricanos y cuatro australianos, puede haber mucho ruido. Hay risas, cotorreo, alboroto. Pero bastó que la Hna. Marion levantara su mano con el dedo pulgar, el índice y el meñique hacia arriba, y por una vez no se oyó volar ni una mosca. "Esta señal de la mano significa: I love you – But now shut up! (¡te quiero, pero ahora cállate!)" explica sonriendo la Hna Marion. Su método dio resultado. La niña "benjamín"Solamente una de las participantes no siempre escucha: la pequeña Natia. Ella, con sus 4 años, es la más pequeña de la delegación sudafricana y supuestamente la "benjamín" en el festival internacional de la juventud, en Schoenstatt. "Durante todo el viaje se portó muy bien", explica la madre, "a pesar de que duró unas 15 horas". Aquí la misma Natia informa con orgullo: "en el avión yo vi a "la princesa de hielo". "Kuten Tach!"Para muchos sudafricanos, es la primera vez que salen de su país. Roxeanne (15 años) de Ciudad del Cabo, está entusiasmada: "Germany is lecker! Germany is the best ¡Alemania es rico! Alemania es lo mejor! Aquí todo está muy limpio. Y se ve a muchas personas mayores andar en bicicleta. Me gusta esto". Apenas hay entre los sudafricanos conocimiento del alemán: ya dicen correctamente "muchas gracias" y "Kuten Tach!" -en lugar de Guten Tag, ¡buen día! - y la pregunta "¿Por favor, puedo pedir un jugo?" también se entiende bien. Para ver al PapaMthunzi (17 años), también de Ciudad del Cabo, sabe para que está aquí: "Quise venir a la JMJ para celebrar y ver al nuevo Papa". Se interrumpe brevemente: "¿Cómo es que se llama? He olvidado su nombre" y se ríe. "Deseo ver al Papa porque deseo agradecerle. Valoro mucho lo que él hace por el mundo. naturalmente no tengo la posibilidad de agradecerle personalmente, pero deseo simplemente estar allí cuando él llegue". No solamente le importa a Mthunzi ver al Papa: "Yo me alegro desde ahora por ver al Papa", dice Monique (22 años), de Ciudad del Cabo. Roxeanne se alegra además por el intercambio que podrá hacer sobre su fe, con otros jóvenes católicos: "Hay muchos cristianos en todo el mundo, y ahora estaremos juntos". Rebecca (19 años), de Sydney (Australia) siente algo parecido: "Me alegro por los miles de jóvenes con los que compartimos la fe y el amor a Schoenstatt. Somos una gran Familia universal". Jonathan (18 años), hermano de Rebecca, desearía con gusto traer al festival un poco de la cultura australiana: "Desearía mostrar a la gente de los otros países como seguimos los australianos el llamado de Cristo y como compartimos su amor con los demás. Quisiera que vean algo de la cultura australiana: osos koalas y canguros", dice Jonathan. "Quisimos traer un canguro, pero tuvimos considerables problemas en el aeropuerto. Tuvimos que cambiar rápidamente nuestros planes. ¡Pero tendríamos que haber traído un canguro!", dice guiñando un ojo. Rosarios y velasMthunz desea llevar del festival muchos nuevos amigos de todo el mundo, y "quizás pesque uno de esos rosarios o velas especiales, para llevar a mis amigos de Ciudad del Cabo" Los jóvenes también desean llevar a sus casas muchas experiencias, vivencias y sentimientos. "En los próximos días quiero aprender mucho, sobre todo de las Hermanas. Ellas son realmente increíbles", dice Jaquie (15 años) de Ciudad del Cabo. Más de uno no puede esperar más para volver a casa. Roxeanne: "Deseo que todas la gente cuente en su casa lo que ha vivido aquí" Traducción: aat, Argentina Entrevistas y otros "sonidos de Schoenstatt", en el audioblog: http://www.schoenstattblog.blogspot.com |
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08.08.2005
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