Unos 2700 jovenes… Some 2,700 young people… Gut 2700 Jugendliche...
Millones de fotos Millions of photos Millionen Fotos
Rumbo a Colonia Leaving for Cologne Auf nach Köln
Lavando tazas, platos... Washing dishes... Spülen ohne Ende...
Velas, velas, velas... Candles, candles, candles... Kerzen, Kerzen, Kerzen...
Botellas de agua – casi una obra de arte Simple water bottles – almost a piece of art Schlichte Wasserflaschen – fast ein Kunstwerk Fotos: Kanya © 2005

JMJ - SCHOENSTATT, eka. El Festival internacional de la juventud en Schoenstatt ha terminado. Quedan los recuerdos, una Alianza de Amor por la juventud del mundo y cifras impresionantes: eran casi 2700 jóvenes de 36 países. Aproximadamente 400 las personas ayudaron a armar y desarmar las instalaciones durante el festival. Cientos rezaron por el buen tiempo. Y por otra parte todas las noches se consumieron 8000 rodajas de salame.

"¡Lo logramos!" Hernándes (18 años) de San Pablo (Brasil) estuvo durante un año en Schoenstatt y trabajó por el festival. "Ahora estoy algo cansado", dijo. ¡Es comprensible!. Primero los intensos preparativos, luego, el desarrollo del festival en sí: los ayudantes estuvieron cada día desde las7 de la mañana hasta las 2 o 3 de la mañana siguiente. E inmediatamente después de la ceremonia de conclusión, la "Noche de los Reyes", el miércoles por la noche, comenzó a partir de la medianoche, el desarmado general. Todas las carpas del festival tenían que desaparecer hasta las 6 de la mañana del día siguiente, de lo contrario se debería de pagar un día más de un costoso alquiler. Hernándes: "¡Trabajamos como locos!" El viernes por la noche ya estaba todo ordenado en el área donde se desarrolló el festival, la capilla en la casa de peregrinos volvió a ser capilla y ya no más la animada oficina del festival, los puestos de venta, las heladeras, los escenarios... ¡todo desapareció!.

Simultáneamente había que coordinar la partida de miles de jóvenes que viajaban a las diferentes diócesis alemanas para los días de encuentro. ¿Qué ómnibus tomar, dónde estacionar sin ocasionar un caos en el tránsito?

La lavadora funcionó casi 24 horas

Ha terminado. Juanito, (25 años) de Santiago de Chile, describe: "Me sentía un poco extraño. Estuve aquí cinco meses, ¡y todo pasó tan rápido!. De pronto llegó el festival y pronto terminó. Ahora que todo terminó, uno se siente como huésped, a pesar de haber vivido aquí por cinco meses". Hernándes: "lo más hermoso para mí fue el comienzo y el final del festival. Cuando al inicio de la celebración "Welcome home" flamearon todas las banderas de los países, tuve la sensación de que realmente estaba sucediendo algo grande".

Ha sido realmente un gran festival, un estreno para Schoenstatt. Nunca se reunieron aquí tantos jóvenes de tantos países. Se contabilizaron 2500 personas, pero se estima que finalmente fueron 2700. Algunos jóvenes no pudieron llegar porque no consiguieron la visa – de Senegal, de Filipinas, del Perú – pero hubo otros que llegaron espontáneamente.

Se toma conciencia de las dimensiones del festival cuando se sabe todo lo que se necesitó a lo largo de su desarrollo. Solamente para el desayuno en la casa Sonnenau se necesitaron alrededor de 1500 litros de jugo de naranja y cerca de 1000 litros de leche para los 240 jóvenes que se hospedaron aquí. "Teníamos un auto lleno de hojuelas de maíz y otro lleno de papas fritas y cosas para picar", contó la Hna. M. Lissanne

La lavadora funcionó diariamente casi las 24 horas: "pero no es una máquina como la que uno tiene en casa, sino una lavadora gigante", describe una Hermana. También las conexiones a Internet estuvieron continuamente ocupadas, todos querían enviar algún mensaje electrónico a su casa. "Se utilizaron 80 horas de Internet en estos casi 5 días", calculó la Hna. Lissanne.

Una empresa de aprovisionamiento se ocupó del almuerzo y de la cena: durante el festival se sirvieron 17.500 comidas. "Por ejemplo, para la comida de la primera noche se usaron 365 kilos de fideos y la misma cantidad de carne para el estofado", comenta Martina Rasch, jefa del equipo de aprovisionamiento. "Para una cena fría se necesitaron 7800 tajadas de pan, 5400 fetas de queso, 5400 rodajas de salchicha y 8000 rodajas de salame. Además un pepinillo grande por persona y casi 130 kilos de mantequilla".

También había que lavar casi 3000 platos, cuchillos, tenedores y vasos, por lo que se sumaron 1500 repasadores (paños de cocina). Martina Rasch: "A pesar de estas cifras, gracias al servicio de lavado de las Hermanas de María siempre teníamos a mano repasadores limpios".

No se pudieron cuantificar los litros de lluvia caída

Además de estas cantidades de comida hubo también otras cifras: 1728 rollos de papel higiénico, 50.000 postales del festival, 3.000 cancioneros e igual cantidad de programas, 2.700 mochilas de peregrinos con una vela, una botella de agua y un globo. Muchas cosas, como los globos, fueron patrocinadas por diferentes empresas. Así los participantes del festival pudieron disfrutar de 2000 cálidos impermeables.

Queda sin mencionar la cantidad de litros de lluvia caída durante el festival. Dijo Hernándes sobre esto: "Algunas veces el tiempo fue un poco odioso. Pero para los momentos realmente importantes y sobre todo para la Alianza de Amor por la juventud del mundo, tuvimos un tiempo muy lindo. Hubo muchas personas que rezaron por esta intención, ya que todo pudo haber sido muy diferente".

Durante el Festival trabajaron al menos 20 voluntarios por tiempo prolongado, además hubo unos 400 ayudantes espontáneos, entre los cuales estaban innumerables Hermanas de María y madres schoenstattianas.

Los jóvenes ayudantes tienen ahora una mínima pausa para tomar aliento, luego todo continúa. ¿En dónde? En Colonia, naturalmente. La mayoría ya está allá otra vez disponible, ayudando a organizar el programa de Schoenstatt para la JMJ. El 23 de agosto es definitivamente el último día. Entonces se hará en Schoenstatt la gran fiesta de los "ayudantes sobrevivientes".

Fracturas varias...

"Tuvimos unas cuatro piernas fracturadas, dos dedos del pie ídem, también rotos un par de dedos de la mano, ampollas inflamadas y continuos desmayos, porque los jóvenes estaban exhaustos por tantas actividades, sumadas en muchos casos a largos viajes, cambios de clima y de horarios", comenta el Padre Duncan. Pero las piernas fracturadas siguieron saltando... apoyadas en muletas, claro está.

Finalmente todos sobrevivieron al festival, con excepción de algunos bancos del anfiteatro. Fueron casi 20 bancos los que colapsaron. "Hay algo que está absolutamente prohibido: ¡pararse sobre los bancos!". Esta fue muy pronto la frase que se repitió en todos los eventos. "Estos bancos fueron construidos para que se sienten personas bien educadas y tranquilas" bromeaba una Hermana. "No fueron hechos para jóvenes entusiastas que saltan sobre ellos de alegría. ¡Y encima al ritmo de la música!" Para 2014, seguro, se necesitan bancos mucho mas estables!!!!

Traducción: Vanessa Franke, Alemania