Musikprogramm am Dienstag Abend
Fotos: POS © 2005

JMJ – SCHOENSTATT, Alwin Gerner / mkf. Increíble, fascinante, produce piel de gallina, se respira frescura, cordialidad, vida, entusiasmo, es algo inquietante: el periodista de la emisora WDR (radio televisión del oeste de Alemania) perdió totalmente su profesionalismo al deshacerse en elogios, casi tartamudeando. ¡Esto no cuadraba con la imagen que él tenía de la Iglesia y de la juventud! ¡Claro, venimos por el Papa! ¡Claro, estamos entusiasmados por la Iglesia! Claro, queremos rezar... ¡Increíble!. Con el mismo entusiasmo trabajan los schoenstattianos en Colonia.

Martina Grimm integra el equipo de ayudantes en la iglesia "Trinitatis": "Después de que nosotros, ayer lunes, acomodamos todo en la iglesia Trinitatis, y tanto la iglesia como los alrededores son ahora un lugar en el que se puede estar a gusto y que es realmente tentador, se hizo hoy la así llamada jornada de apertura", escribió. "A las 7 de la mañana el Oasis estuvo nuevamente armado con esmero, y todo perfectamente preparado para la llegada de los invitados. El martes no hubo catequesis en la iglesia Trinitatis y por eso no había allí mucho para hacer. Por consiguiente, Moni y yo nos fuimos a ver que pasa en la zona del centro de Colonia. Hasta ahora casi no habíamos encontrado peregrinos, pero ya en el primer metro (subterráneo) nos dábamos cuenta de que ahora sí habían llegado. No sólo había cambiado la cantidad de viajeros (eran muchos más), sino también el clima mutuo. En todas partes se cantaban lemas, se gritaban consignas y en todo momento reinaba el buen humor. En oposición a los días previos, los habitantes de Colonia tomaron con serenidad la llegada de los nuevos vecinos

Una bulla casi como en carnaval

En la estación central de Colonia había tanta bulla casi como en el promocionado carnaval de la ciudad. En la estación central nos esperaba una verdadera sorpresa. Éramos parte de la multitud que viajaba en el metro, y no vimos allí otra cosa que personas de todos los países, por todos lados banderas que ondeaban con patriotismo, peregrinos del mismo país que se saludaban eufóricos, y grupos que se sacaban fotos a lo loco en las escalinatas de la catedral. Quedamos pasmadas. Cuando finalmente pudimos llegar a lo alto de la escalinata, teníamos ante la vista a miles de personas. De Baviera, de Suiza, de todas las regiones de Alemania y de muchos países. Por todas partes veíamos nuestras banderas de Schoenstatt. En las calles seguían cantando los grupos de distintos países, comunidades y Movimientos. Los supermercados y tiendas estaban extrañamente vacíos, pero el clima lo penetra todo e incluso despierta cierta serenidad hasta en los empleados.

En la calle se saludaba con un "¡Viva Schoenstatt!" y en las tiendas sonaban los propios ideales de comunidad. Bueno, no tenemos miedo ni timidez alguna para que Schoenstatt esté presente ¿no? Y finalmente corresponde el trabajo apostólico. Así se encontraban schoenstattianos por todos lados, en cada esquina veíamos una bandera y uno se alegraba por tantas personas diferentes que se entusiasman por Schoenstatt.

Del mismo modo, el Oasis estaba lleno de vida

"Después de disponer de un solo día para armar todo, y de tener que terminar, además, bien temprano, le esperaba al equipo del Oasis aún mucho trabajo, porque ya antes de las siete de la mañana un montón de diligentes ayudantes terminó el resto del armado.

Cuando a las 10 se abrieron oficialmente las puertas, el Oasis ya estaba ocupado porque Sieglinde Diem y su equipo lo exigieron", como lo dice el informe del equipo de organización. "Como el reparto de la comida por parte de la organización oficial se interrumpió parcialmente, se habló de nuestro centro como una alternativa. Naturalmente contribuyó al resultado exitoso la donación de más de cien tortas hecha por la Familia de Schoenstatt de Colonia y alrededores, como también de las Hermanas de María de la casa María Rast".

Sieglinde estaba muy satisfecha con su equipo y los ayudantes voluntarios, que superaron magistralmente las habituales dificultades de los comienzos durante la primera avalancha de gente.

La escultura de esteatita delante de la iglesia Trinitatis fue una buena propaganda para el Oasis, pues estimulaba el interés de las personas que pasaban por allí y también surtieron efecto los "Reyes Magos" que recorrieron las calles para hacer propaganda.

Fue también interesante la concurrencia de un público muy variado, de todas las edades".

Para Johannes Schenk, la "vivencia del día", fue la "aparición" de dos señoras de la Familia de Schoenstatt de Colonia, que espontáneamente pasaron por allí y "limpiaron todo" en forma brillante.