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 published: 2005-08-20

Jesús llama a la puerta

Como encontrar a Dios en la vida diaria

 

Our Covenant moves...

Unser Weg bewegt...

Camino a Cristo...

Fotos: Schadt/Kanya © 2005

 

Mons. Robert Zollitsch, Arzobispo de Friburgo, Misa en la Iglesia “Trinitatis” en Colonia

Archbishop Robert Zollitsch, Freiburg: Mass in the Trinitatis Church

Erzbischof Dr. Robert Zollitsch, Freiburg: Einzug zur Messe in der Trinitatis-Kirche

 
 

Concelebración festiva

Festive concelebration

Festliche Konzelebration

 
 

Esperamor: canciones y música

Esperamor: songs and music

Esperamor gestaltete die Messe musikalisch

 
 

Catequesis

Catechesis

Katechese

 

Publico

Audience

Aufmerksames Publikum

 
 

Autógrafos

Autographs

Autogrammstunde

 

Fotos: Schadt/Kanya © 2005

 

JMJ – SCHOENSTATT, eka. La JMJ es una situación excepcional para todos los que toman contacto con ella. Para el tránsito, para la policía, para los panaderos, para los habitantes de Colonia, incluso para el Papa. Cientos de miles de jóvenes se encuentran allí. Han llegado de todos los países del mundo, pero todos comparten el idioma de la fe. Forman una gran comunidad: comparten los sentimientos y las oraciones. ¿Qué quedará de todo esto cuando la JMJ haya concluido?

"Vine a la JMJ porque quería cargar las baterías y seguir luchando por mis ideales" dice una joven chilena. La JMJ es una estación de servicio. El combustible es la fe y la oración. "¿Qué sucederá después de la JMJ?" preguntó el Arzobispo schoenstattiano, Mons. Dr. Robert Zollitsch en la catequesis del viernes. "Cuando en las próximas semanas estemos de nuevo en casa, cuando no se celebre ninguna solemne Eucaristía, ni haya miles de personas cantando en muchos idiomas ¿qué sucederá? ¿Dios también se alejará? ¿Alcanzará el "combustible" de la JMJ solamente para el viaje de regreso y luego de dos días el tanque estará vacío?"

"Grüss Gott - Dios te saluda"

No, Mons. Zollitsch está seguro que no será así, y desearía animar a los jóvenes a integrar a Dios en sus vidas también después de la JMJ. Es la tercera y última de las catequesis preparadas por Schoenstatt dentro de la JMJ, que se realizaron en el centro de encuentros de la iglesia Trinitatis. La primera catequesis trató la cuestión de la verdad en la vida; la segunda, como se lo puede encontrar a Cristo en la Eucaristía, y la tercera estuvo guiada por el lema: "Vivir en el mundo como verdaderos adoradores de Dios"

Como en las demás catequesis, también en esta la iglesia Trinitatis estuvo llena hasta el último lugar. Además se pudo escuchar también por "Radio María", que transmitió la catequesis en vivo mediante una unidad móvil ubicada en el lugar.

Contó Mons. Zollitsch que estando cierta vez con amigos excursionistas, se encontraron con otros grupos de excursionistas. "’Grüss Gott’ ("Dios te saluda") les dijimos, como se suele hacer en el Sur de Alemania. Uno de los peregrinos desconocidos dijo: ‘Sí, lo saludaré a Dios cuando lo encuentre’. En ese momento le dije que sería una verdadera pena si él no lo pudiera encontrar. El excursionista desconocido se detuvo y quiso saber que significa eso de "encontrar a Dios".

Mi noticioso personal de hoy

Mons. Zollitsch invitó a los jóvenes a iniciar la búsqueda de las huellas de Dios en sus propias vidas como modo de encontrarlo. Se refirió a San Benito: "San Benito dijo claramente a sus monjes que ellos podían contar sobre todo con la presencia de Dios. Esto significa que Cristo me habla y puede acercarse a mí a través de cada persona. Si esto es correcto, entonces tengo muchas oportunidades para encontrar a Dios en la vida diaria".

Un medio para lograrlo puede ser llevar cada noche un diario personal, en el que se puede anotar lo que se vivió en el día. Mons. Zollitsch: "De este modo se me presentan muchas imágenes, imágenes que en pocas horas van inmediatamente a la conciencia y que puedo revisar con un "telediario" personal. Esto ejercicio no es específicamente cristiano y religioso. Pero puedo muy bien vincularlo con Cristo y transformarlo en oración".

Dios llama a mi puerta

Dios y la vida diaria no son ámbitos separados. Mons. Zollitsch animó a los jóvenes a no llevar una doble vida, a reservarle a Dios una hora – entre las 10 y las 11 – de los domingos, y dejarlo de lado el resto del tiempo. Los jóvenes deberían ir muy atentos por la vida, pues "no solamente nosotros le golpeamos la puerta a Dios continuamente, sino que con frecuencia Él llama a la nuestra".

Después del intercambio de los jóvenes, una chica de Augsburgo contó de un encuentro con Dios: "Ayer estuve en la Catedral de Colonia y repentinamente me encontré con mis huéspedes italianos de los ‘días del encuentro’ en las diócesis. Esto es realmente algo excepcional, si se piensa que en este momento circulan por aquí cientos de miles de jóvenes. Naturalmente podía decir que fue una casualidad. Pero también puedo ver una huella de Dios en mi vida; sencillamente que Dios quiso alegrarme con este encuentro".

Un autógrafo del Arzobispo

No habló espontáneamente, sin exquisiteces retóricas, no lo hizo en un modo especialmente juvenil y su conferencia fue al menos 10 minutos más larga de lo previsto. Y sin embargo los jóvenes estaban pendientes de sus palabras, lo escucharon atentamente y al final no se oyó nada más que aplausos. Mons. Zollitsch irradia algo que fascina a los jóvenes. "Se podía sentir que realmente tenía algo para decirnos", opinó una chica después de la catequesis.

Al final se formó una cola: unos querían sacarse una foto con el Arzobispo, otros pedirle un autógrafo en la mochila, en la pañoleta, en el cancionero... ¿Cómo es para él firmar autógrafos? Está acostumbrado. Esto comenzó muy pronto después de ser consagrado Obispo. Una vez debió estar firmando a lo largo de una hora, un par de días antes firmó alrededor de cien mochilas de peregrino. "Estaban todos muy orgullosos de tener una mochila con mi nombre" bromeó Mons. Zollitsch. Una chica de unos 13 años se abrió camino a través de la fila. "Señor Arzobispo ¿cuál es su canción predilecta?" quiso saber. "¿Y su hobby?". Escribió aplicadamente la respuesta. Ella es monaguillo, y la entrevista era para una revista de los monaguillos.

La Iglesia no es "vieja y maltrecha"

"Nos identificamos con mucho de lo que dijo" declaró Ángela, de Regensburg. "En nuestro grupo de trabajo hablamos sobre todo de las dificultades que aparecerán después de la JMJ. Incluso se nos ocurre que para nosotros el problema no es como integrar en el futuro a Dios en la propia vida, sino como compartir esta experiencia con el ambiente mundano que nos rodea. Con frecuencia incluso se desearía ocultar lo que es cristiano y en lo que se cree. La Iglesia y la fe frecuentemente se asocian con cosas negativas. Creo que a través de estas JMJ cambiará mucho la percepción de la fe, sobre todo en Alemania. La gente ha visto que no sólo las personas ancianas y maltrechas tienen algo que ver con la Iglesia"

Dios está verdaderamente aquí

Continuación del encuentro del Arzobispo con el excursionista desconocido: "En algún momento le hice saber al excursionista que yo era sacerdote, esto él no lo podía saber. Entonces tenía más preguntas para hacer. Al final dijo que se le abrieron los ojos: comprendió que realmente podía encontrar a Dios en la vida diaria".

Traducción: aat, Argentina



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Last Update: 23.08.2005 Mail: Editor /Webmaster
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