published: 2005-08-26 |
No como espectadores, sino como misioneros...Campo de María: otro mundo es posible |
Vigilia en Campo de Maria, Marienfeld Vigil Night at Marienfeld Vigil auf dem Marienfeld Foto: Weltjugendtags-GmbH © 2005
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SCHOENSTATT – COLONIA, mkf. "¡Construid comunidades basadas en la fe!", dice el Papa a los jóvenes en la Misa en el Campo de María, aquel 21 de agosto, y sigue con un párrafo muy aplaudido: "En los últimos decenios han nacido movimientos y comunidades en los cuales la fuerza del Evangelio se deja sentir con vivacidad. Buscad la comunión en la fe como compañeros de camino que juntos van siguiendo el itinerario de la gran peregrinación que primero nos señalaron los Magos de Oriente". Son los jóvenes de los Movimientos y comunidades que no solo participan sino contribuyen conscientemente a las Jornadas Mundiales de la Juventud. "Se quedaron todos muy contentos y entusiasmados", comentó el Padre Alexandre Awi de Mello después de volver a Brasil, "y eso especialmente gracias a la idea de llevar la Auxiliar a Colonia. Ella ciertamente realizó milagros en nuestros corazones y le dio un nuevo color a nuestra participación en la JMJ: no íbamos como espectadores, sino que nos sentimos misioneros de la Mater, teníamos la misión de llevarla más cerca del Papa..." "Un mundo diferente es posible" dice una pancarta gigantesca en el Campo de María, en la colina donde se celebra la Santa Misa. Si, es posible, y el Papa llama a los jóvenes a construirlo. "La Iglesia es como una familia humana, pero es también al mismo tiempo la gran familia de Dios, mediante la cual Él establece un espacio de comunión y unidad en todos los continentes, culturas y naciones. Por eso nos alegramos de pertenecer a esta gran familia; de tener hermanos y amigos en todo el mundo. Justo aquí, en Colonia, experimentamos lo hermoso que es pertenecer a una familia tan grande como el mundo, que comprende el cielo y la tierra, el pasado, el presente y el futuro de todas las regiones de la tierra. En esta gran comitiva de peregrinos, caminamos junto con Cristo, caminamos con la estrella que ilumina la historia", dijo el Papa en la vigilia. Es lo que experimentaron los jóvenes de la Familia de Schoenstatt en la JMJ y ya antes en Schoenstatt, y que se manifestó en la cadena humana del Santuario a la catedral. Lo notan otros tambien. Una pañoleta a la vista y surge la pregunta: "¿eres uno de los locos que hicieron la cadena humana hasta la catedral? ¿Sí? ¡Fue algo increíble!" dice una chica de California. En la noche de la vigilia, los jóvenes de Rumania hicieron la silueta de un Santuario de Schoenstatt con velas, en uno de los caminos. La gente se detenía a conversar. La calidez de las velitas hacía bien. La mayoría cree que es un corazón, pero esto no es importante y, además, también es cierto. Campo de María: frío, barro, hambre, una larga espera y una alegría indestructibleCampo de María: fue el lugar central en la JMJ. Es la meta para lograr un sueño: "vine para ver al Papa". Aunque no haya llovido, todo está completamente sucio, los zapatos, las mochilas... La versión de la lluvia fue algo inimaginable... Hace frío a la noche, alrededor de 12º C, para la mayoría es una temperatura invernal, y no todas las bolsas de dormir son abrigadas. El aprovisionamiento de la comida no funcionó bien, la división del campo tampoco: al final cada uno se ubicó en cualquier parte menos en donde debía estar... Los jóvenes no se imaginaron lo que les esperaba a salir del Campo de María: largas horas de espera, ómnibus cancelados, de alguna manera todo era caótico. ¡Pero todo esto no pudo derrotar a la alegría! Hemos reunido aportes a lo largo de todo un añoSe puede entrever cuán grande debe ser la alegría al final de la JMJ, cuando se sabe cómo se empeñaron los jóvenes para llegar aquí. Casi 2.000 euros cuesta el viaje desde Australia hasta Alemania. "Hemos reunido aportes a lo largo de un año. Hemos vendido chocolate, preparado Stas. Misas, hecho fiestas y otras actividades. Así reunimos el dinero: 16.000 dólares australianos, lo que es alrededor de 8.000 euros", cuenta Jonathan, uno de los cuatro schoenstattianos de Australia que llegaron a Colonia. "No habíamos esperado realmente conseguir el dinero. Pero la Hna. Rebeca nos dijo: Dios se preocupará por el dinero, entonces la suma crecerá más y más..." Tienen con ellos una bandera en la que firmó mucha gente que los apoyó: "No hemos venido solamente cuatro aquí..." dice Jonathan. Para los cuatro será mucho más corto el camino hacia la próxima JMJ. "La próxima JMJ se hará en Sydney" anunció el Papa al terminar la Eucaristía final. "Y yo iré". Naturalmente que también irán los cuatro australianos, que ya dicen que quieren colaborar como voluntarios en la organización. Jonathan piensa que "la JMJ será un gran desafío para Sydney. Espero que esto fortalezca a la Iglesia y a la juventud católica de Sydney y de toda Australia". Y Natalia, también australiana, dice: "Australia queda del otro lado del mundo, pero por favor ¡vayan!. Nosotros hemos venido aquí. ¡No tengan miedo!" Ver al PapaAlgunos jóvenes destinaron muchísimo tiempo para ver al Papa: "yo estuve 6 horas esperándolo junto a la catedral". "Estuve a dos metros de distancia de él", dice María, de Mar del Plata (Argentina). "Ya no cuenta todo lo difícil y decepcionante que fue el día anterior. Lo pude ver desde muy cerca". Un par de jóvenes de Wöbingen de 15 y 16 años, contaron con toda frescura: "La JMJ fue sencillamente especial. Toda la gente aquí es honesta. Mi hermano perdió su celular y su mochila. Recuperó ambas cosas y no le faltó ni un centavo". ¿Y que fue lo más importante en la JMJ? "El Papa es uno de los hombres más importantes del mundo, en realidad quizás el más importante. Pero no lo digo en el sentido de que él tenga poder, como por ejemplo lo tiene un George Bush. Él une a todos, está a favor de la paz y de Cristo" A la renovación del mundoLlama la atención como insiste el Santo Padre en la renovación del mundo. Hablando de los Reyes Magos, dice a los jóvenes: "Se habían puesto en camino para encontrar a este Rey; en lo más hondo de su ser buscaban el derecho, la justicia que debía venir de Dios, y querían servir a ese Rey, postrarse a sus pies, y así servir también ellos a la renovación del mundo. Eran de esas personas que «tienen hambre y sed de justicia» (Mt 5, 6). Un hambre y sed que los llevó a emprender el camino; se hicieron peregrinos para alcanzar la justicia que esperaban de Dios y para ponerse a su servicio." Los jóvenes se ponen al servicio de Dios y de la Mater. Un diario regional de Baviera dice en un articulo sobre las experiencias de los jóvenes en Colonia: "Una joven chilena le regaló a Katharina una imagen de la Virgen" Si, es una de las peregrinitas de Brasil que se entregaron en la "Noche de Reyes" en Schoenstatt. Y ahora está en una casa de Baviera. Traducción: aat, Argentina |
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15.09.2005
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