 |
 |
Los chicos con su ermita The children with their wayside shrine Die Kinder mit ihrem Bildstöckchen |
|
 |
|
Una ermita para chicos A wayside shrine for children Es soll ein Bildstöckchen für viele Kinder sein |
|
 |
|
Una ermita para chicos A wayside shrine for children Es soll ein Bildstöckchen für viele Kinder sein |
|
 |
|
„La conquistamos nosotros!“ „It was us who conquered it! “Wir haben es erarbeitet!” Fotos: www.maeperegrina.com.br © 2005 |
|
BRASIL, Maria Dulce Torres. Con enorme entusiasmo preparamos la Ermita de los niños, durante las vacaciones de julio. Después de recorrer el campo, los chicos eligieron la estación como el mejor lugar para colocarla. Tenemos 7 hijos, entre 2 y 13 años de edad.
Escribe Julia, de 10 años: "La idea fue de Tía Fátima. Para construirla, nos pidieron que diseñásemos la ermita, y la armamos con parte del diseño de cada uno". De uno de los diseños tomamos el formato; de otro, la cruz; de otro, la campana; de otro, el cantero de flores; de otro, la caja del capitalario; y del restante, el pedestal. La base donde fue colocado el cuadro es parte de un ventanal antiguo que había en el campo. La cruz pertenecía a un pedestal para santos que estaba en la capilla. La campana era la que usábamos en la mesa cuando comíamos. El cantero era de una casita de muñecas. Falta la caja postal, para depositar el capital de gracias.
Isabel, de 8 años, dice: "En unos días fuimos construyendo la Ermita. Colaboraron varias personas: Tío Eduardo, Tía Thelma, Tía Fátima, Tío Rubens, Osmar, João y la abuela. Los chicos ayudaron a pintarla y adornarla. Colaboramos también con oración. Los que hicieron la mayor parte de la construcción de la Ermita fueron los adultos, pero el capital de gracias (oraciones y sacrificios) fue aportado por los chicos".
¡La conquista fue de ellos!
Cada uno preparó su papel cuadriculado, donde fue marcando sus aportes al capital de gracias. ¡No se imaginan cuántas crucecitas!
Tres rosarios preparados especialmente para ellos fueron rezados con gran interés y concentración. El primero se rezó en el jardín, pidiéndole a cada uno que buscase un elemento de la naturaleza que representase aquel momento. La meditación de los misterios fue una reflexión sobre la vida espiritual de cada niño: Bautismo, Primera Comunión, Confirmación.
El segundo fue el de los juegos: utilizando piezas de juego, cada chico colocaba una pieza en cada Avemaría. Había que formar una cruz, y cuando miramos, habían armado también una peregrina sobre la mesa. Meditaron allí sobre la vida de Jesús.
En el tercer rosario, cada misterio fue rezado con una parte de la Ermita. En el último, para mostrar el peso de la oración, cada uno colocó una pesa en uno de los platillos de la balanza, que en el otro tenía 5 kg de arroz, una calabaza grande y dos cajas de chocolate. Al colocar la última pesa, los platillos quedaron perfectamente equilibrados. Obra de Tío Eduardo.
En los cimientos de la Ermita se enterró una cajita donde cada uno escribió lo que anhelaba que experimentasen los niños que pasen cerca de ella.
Manuela, de 13 años, cuenta que la celebración de bendición de la Ermita consistió en un rosario y una Misa. Como se hizo de noche, el Padre dejó agua bendita y el domingo por la mañana fuimos todos a bendecir nuestra Ermita. Todos desparramaban agua ni bien terminamos de rezar la consagración a la Virgen.
Concluye diciendo Julia: "Así fue construida nuestra Ermita en el campo Santa Helena, en São José do Rio Pardo, en el interior de San Pablo, ¡y está abierta a la visita de todos los chicos!".
Fue el acontecimiento más importante de estas vacaciones, y quizás el más importante de sus vidas.
Gracias, Mater, por atraer a nuestros hijos hacia Ti.
Traducción: M. Crivelli, Argentina