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 published: 2005-07-12

Cuarenta y un años después

Reflexiones en torno al aniversario de la muerte de Mario Hiriart

Mario Hiriart

Mario Hiriart

Mario Hiriart

Mario Hiriart

 
Mario Hiriart mit Freunden am Strand  

En la playa con dos compañeros

At the seaside, with two friends

Mit Freunden am Strand

 
Hiriart Ausstellung  

Exhibición

Exhibition

Ausstellung

 
Amelia Peirone, Hermann Arendes, Johannes Hug  

Amelia Peirone, Hermann Arendes, Johannes Hug

Amelia Peirone, Hermann Arendes, Johannes Hug

Amelia Peirone, Hermann Arendes, Johannes Hug

 
Mario Hiriarts Grab

Tumba de Mario Hiriart

Tomb of Mario Hiriart

Mario Hiriarts Grab

Fotos: Archiv/Springer © 2005

 
   

SCHOENSTATT, Ingrid Springer. Este año se amontonan los días conmemorativos relacionados con el fin de la guerra, hace 60 años. En aquel entonces parecía que muchas cosas llegaban a su fin, después de tanta destrucción y tanta muerte. No se veía en el horizonte un nuevo comienzo y sin embargo lo hubo, y con mucha fuerza. Otras fechas nos recuerdan, durante este año, algunos hechos históricos que para nosotros siempre tienen un mensaje especial. Para el Padre Kentenich fue muy importante, durante toda su vida, mostrarle claramente a su Familia de Schoenstatt que los hechos históricos son las raíces de las que el presente saca sus fuerzas y orienta el futuro. Es válido buscar las huellas de Dios en el mundo y en la historia de la Iglesia, en la historia de Schoenstatt y aprovecharlas ahora. Los derrumbes, muertes y carencias pueden llegar a ser así semillas para un nuevo comienzo. Si recordamos la vida de Mario Hiriart a 41 años de su muerte, entonces estos componentes cumplen una función.

La vida del joven Hermano de María, portador de esperanza para su comunidad y toda la Familia Internacional de Schoenstatt, termina en el hospital Santa María de Milwaukee. El diagnóstico era: cáncer. No hay contradicción entre la profesión, el apostolado y la intensa vida de oración del ingeniero y profesor universitario chileno. Murió en Milwaukee al día siguiente de recibir la visita del Fundador del Movimiento de Schoenstatt en el hospital. ¿Terminó todo?

Mario Hiriart podría aún haber acompañado a mucha gente con su espiritualidad, en la vida diaria, en su profesión y en muchas cuestiones vitales. Pronto se ve un nuevo resurgir. La gente llega a su sepulcro y le pide que interceda ante Dios por sus necesidades. ¡El Padre Kentenich está convencido que "Mario es canonizable"! Muy pronto la Familia de Schoenstatt chilena comenzó a esforzarse para trasladar a Mario a Santiago de Chile. Hoy su sepulcro está detrás del Santuario de Bellavista. Es un lugar que atrae a muchos que piden su intercesión en sus preocupaciones y necesidades.

Entre la acción y la contemplación

Cuando después de cuarenta y un años se recuerda en Chile y en Alemania la muerte de Mario Hiriart, se comprueba que cada día es más y más conocido, no sólo como intercesor sino como indicador y acompañante en el camino. El proyecto de vida de Mario y su ejemplo son una orientación y una posibilidad de recibir fuerzas para seguir el propio camino, tanto para los jóvenes en edad como para los que conservan un corazón joven. Mario vivía en un permanente diálogo con María en su inquieta vida diaria, incluido en su propia familia y en sus múltiples actividades para la Familia de Schoenstatt. Él muestra que la santidad de la vida diaria no consiste en saltar con esfuerzo entre la acción y la contemplación, sino en una mutua interrelación y enriquecimiento entre los dos polos. En el sepulcro de Mario muchas veces hay estudiantes que llegan allí después de las clases, y le llevan una rosa roja del mismo modo como Mario muchas veces le llevaba rosas a la Mater en el Santuario. Al mismo tiempo le piden ayuda para sus exámenes o consejo para sus problemas de relaciones. Pocos días después se ve a las mismas personas con una rosa en la sepultura... Esta vez vienen para agradecer la ayuda. El lugar de encuentro con Mario Hiriart que tienen los Hermanos de María en su casa de Bellavista convoca continuamente a mucha gente. Durante una jornada de la juventud masculina de Schoenstatt en enero de 2005, con más de 800 participantes, la mayoría de los jóvenes visitó este lugar. Cada vez tiene más importancia la cadena de oración con la que invocan a Mario para que interceda por otros y con otros. En su patria lo están conociendo cada vez más, y esto excede el ámbito de la Familia de Schoenstatt.

Testimonio en la JMJ

En el mes de agosto se realizará en Alemania la Jornada Mundial de la Juventud. A primera vista pareciera que este gran acontecimiento no tiene nada que ver con Mario. Su último viaje tenía como meta su primera visita a Schoenstatt. Ahora se ve con claridad que Mario no podía ir personalmente a Alemania: lo llevan los jóvenes de América del Sur y del Norte. Llegarán a Colonia muchos grupos de Schoenstatt de los más diferentes países con la Cruz Peregrina, que es una réplica más pequeña de la cruz del sepulcro, hecha como una cruz procesional. Ellos les contarán a otros jóvenes sus experiencias con Mario. Los van a invitar a que vayan a Schoenstatt: ¡vengan y vean! ¿Estamos preparados? ¿Podemos contarles a los jóvenes de Mario, si ellos nos preguntan?

Un encuentro en Roma

El proceso de beatificación de Mario está en Roma desde el 8 de septiembre de 2004. Hay otros pasos formales y jurídicos que están llegando con éxito a su fin. De hecho, parece que Mario está presente en Roma de otra manera. Cuando Amelia Peirone, que está trabajando desde junio del 2005 en el proceso en Roma, iba de su casa al Vaticano se encontró con un joven sacerdote alemán que también iba a su trabajo. Mientras los dos esperaban en una esquina, cruzaron algunas palabras irrelevantes. El sacerdote le preguntó por su trabajo. Cuando ella le respondió brevemente, él la interrumpió asombrado y le dijo: "es increíble, esta mañana leí algo sobre él en Internet". La señora de Peirone quedó muy asombrada. Ella se preguntaba: "¿Qué será cuando se dé a conocer un poco más a nuestro hermano?" Por lo visto él ya se está moviendo imperceptiblemente por estos lugares del Vaticano, a su estilo, sin hacer ruido. Sería de esperar que del mismo modo, él crezca lentamente entre los jóvenes del mundo que llegarán a Colonia y a Schoenstatt y en rincones del mundo que ni imaginamos.

¿Lo sabían?

El Instituto de los Hermanos de Maria de Schoenstatt abrió una muestra en la Casa Mario Hiriart con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud. En la planta baja, en la entrada de la casa, se lo ve a Mario en una gran foto y en un panel con textos se puede intuir el secreto de su vida y llegar a un diálogo con él. La exposición tiene un carácter internacional debido a que hay un folleto con los textos en alemán, castellano e inglés (los textos de la exposición están solo en alemán). El horario de visita no es limitado, para darles a muchos la posibilidad llegar allí. Quien llame a la puerta en cualquier momento del día tendrá la posibilidad de sentarse silenciosamente junto a Mario o de recibir más información por parte de los Hermanos que viven en la casa.

Una de las etapas más importantes de la vida de Mario es la relacionada con el Valle del Elqui en Chile. Debido al impresionante paisaje, él se encontró con lo sobrenatural de una manera muy especial. Son experiencias muy profundas las que tuvo allá. A quién quiera tomarse el tiempo de seguir los recuerdos de Mario, lo espera la sala en la casa: gigantografías, material escrito y grabado que estimula a descubrir recorridos propios. ¡Hay que dejarse sorprender!

Quién quiera encerrarse a leer, está cordialmente invitado a la Casa Tabor. Allí hay textos biográficos, videos, CD en alemán, castellano y portugués y paneles con fotos. Y quién quiera comprar algo para dar a conocer a Mario, está precisamente en el lugar adecuado. También la Casa Tabor, detrás del Santuario Tabor, está abierta para los visitantes. Es conveniente avisar cuando se trata de grupos. El número de teléfono es: 0261-640980. También se puede pedir el material por correo electrónico a: mario.sekretariat@schoenstatt.net.

Eucaristía conmemorativa en el Santuario Tabor

La víspera del 15 de julio, día de la muerte de Mario Hiriart se celebró una Sta. Misa conmemorativa en el Santuario Tabor. Lo que en un primer momento no se esperaba, es verdad: Mario tenía un vínculo muy especial con este Santuario. En los años 50 comenzaron los preparativos para la construcción de este Santuario. Mario vivía en ese entonces en la casa de los Hermanos de María en Santa María, en Brasil y se vinculó espiritual y materialmente con la construcción del Santuario. Reunió contribuciones para el capital de gracias: las pequeñas y grandes renuncias y los signos de amor, los ofreció al Santuario. También aportó dinero. El Santuario Tabor tiene un significado especial por el compromiso de Mario, permite abrirse ahora a una corriente de gracias, y no en último término entrar en contacto con Mario mismo y contemplar con él a la Sma. Virgen.

Cuarenta y un años después no vemos el fin de una vida ejemplar, sino su renacer en una nueva presencia.

Traducción: Maria Gabriela Kyling, Valdivia, Chile



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