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Elva Gonzales, en la Libreria Patris en Buenos Aires Elva Gonzales, in the Patris Bookstore, in Buenos Aires Elva Gonzales, im Patris-Buchladen, in Buenos Aires Foto: Crivelli © 2005 |
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Tita Ríos con el „Santuarito“ en su Santuario Hogar Tita Ríos with the “Little Shrine” in her home shrine Tita Ríos mit dem “Mini-Heiligtum” im Hausheiligtum Foto: Ríos © 2005 |
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Al lado derecho, unos de los „Santuaritos“ At the right side, some “Little Shrines” Auf der rechten Seite einige “Mini-Heiligtümer” |
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Cruces de la Unidad y cuneros Unity Crosses and crib medaillons Kreuze der Einheit und Wiegenbilder |
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Cuneros y simbolos del Padre Crib medaillons and Father Eye symbols Wiegenbilder und Vatersymbole |
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Cruz de la Unidad Unity Cross Kreuz der Einheit |
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Fotos: Crivelli © 2005 |
ARGENTINA, Elva Gonzales/mkf. "Tierra del Santuario Original y piedritas de Belmonte en mi Santuario Hogar!", escribe Tita Ríos, de Paraná, Argentina, entusiasmadísima con el regalo que acaba de recibir. Dado que nunca tuvo posibilidad hasta ahora de estar en esos dos lugares tan queridos para la familia de Schoenstatt, se siente sumamente emocionada de poder "tocar" la tierra que la une al lugar de sus sueños... gracias a la feliz idea de una artista de cerámica de Argentina.
Mons. Dr. Peter Wolf se mostró encantado al recibir uno de los "santuaritos" hechos por Mariana Layota. "Realmente pusieron piedras de Belmonte, eso me conmueve...", y añadió, sonriendo, tras una pausa: "Nos quedan aún muchas piedras más en Belmonte, ¡así que continúen haciendo esto!".
"Esto" son pequeños santuarios hechos en cerámica, con un "jardín" en el frente, que contiene tierra del Santuario Original y piedras de Belmonte. "Nunca vi algo así en Schoenstatt", comenta una schoenstattiana de Alemania, "sé que existe algo similar en Fátima y otros centros de peregrinación, donde la gente quiere llevarse tierra de esos lugares". - "Voy a regalarle unos a los misioneros de Senegal", dice muy decidida Martina Rasch, de la rama de Profesionales de Alemania. "¡Es una idea lindísima!".
Cómo nació la idea
"Mi hija Mariana estudió en la Escuela Nacional de Cerámica y comercializaba sus trabajos", cuenta Elva Gonzáles, de Buenos Aires. "Viendo las necesidades del mercado, más tarde se volcó al arte religioso, donde había pocos artículos o muy antiguos. Al comenzar en Schoenstatt, fue realizando los símbolos, como Cruz de la Unidad, el Símbolo del Padre, medallones de cuna con la MTA, entre otros". La cruz de la unidad hecha por Mariana Layota es muy singular: parece de metal pero tiene la calidez y la suavidad propias de la cerámica. "Lo que más me gusta es la cara de la Virgen,", dice una joven de Brasil. "Como la de una niña, y Jesús la mira con una ternura que te conmueve... Uno quiere estar en el lugar de la Virgen para recibir esa mirada de Jesús!". Pocos días atrás, Birgit, de la Rama de Profesionales, llevó un símbolo del Padre, color plateado, que colocó en su Santuario Hogar. "Siempre busqué algo así, como esto, ¡estoy feliz!". Los cuneros – en color rosa o celeste – obsequio tradicional en Argentina cuando nace un bebe, son preciosos también: pequeños medallones con la cara de la MTA en relieve que se colocan en las cunas, de allí su nombre.
Recuerdos de momentos de gracias
Pero ¿cómo fue que surgió la idea del "santuarito"? Comparte Elva: "El Santuarito surgió a raíz de mi viaje a Schoenstatt. Quería traer algo de recuerdo para mis amigas, pero son demasiadas. De pronto recordé que para un aniversario de su Santuario, los Padres nos habían regalado unas vasijas pequeñas conteniendo tierra de Sión, en Florencio Varela. Mi hija me dijo que yo trajera tierra y ella se encargaría de hacer el contenedor. Cuando llegué de mi viaje, me encontré con la sorpresa de los santuaritos! Les pusimos la tierra y también las piedritas que había traído de Belmonte. Mis amigas quedaron encantadas con el regalito, y de allí me pidieron que los hiciéramos para vender, ya que muchos querrían tener: "Tierra de Schoenstatt y piedras del nuevo Santuario de Belmonte, en Roma". Así nació el santuarito "recuerdo". Un recuerdo precioso para los que no han podido estar en Schoenstatt todavía... a la vez que un maravilloso recordatorio de momentos de gracias vividos allí para quienes han tenido la dicha de visitar la fuente original de gracias. Y más aún, para tantos schoenstattianos que "en espíritu se trasladan todos los días al Santuario Original" -hayan estado alguna vez en Schoenstatt o no– seguramente será un tesoro invalorable.