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 published: 2005-07-19

¡Es mi tierra de Schoenstatt – en la cárcel de Bururi, en Burundi!

El impacto de lo de Burundi en mí - Resonancia a: La Virgen peregrina visita la cárcel de Bururi

Burundi, ein kleines Land im Herzen Afrikas…

Burundi, un país pequeño en el corazón de Africa...

Burundi, a small country in the Heart of Africa...

Burundi, ein kleines Land im Herzen Afrikas…

 
&ein Land, in dem die Gottesmutter Wunder in den Herzen wirkt  

... un pais donde la Mater obra milagros en los corazones

... a country where the MTA Works miracles in the hearts

…ein Land, in dem die Gottesmutter Wunder in den Herzen wirkt

Fotos: Seitzer © 2005

 
   

RESONANCIA, acm. Al ver las fotos del artículo en alemán, quedé deslumbrada... pero nunca imaginé el tesoro grandioso que escondían, como descubrí más tarde gracias a la traducción en castellano. Jamás en mi vida pensé que podía suceder algo así, que me obliga a confrontarme con mis propias limitaciones y miserias, ante semejante nobleza de estos presos de Burundi.

La realidad que los circunda, más allá de la cárcel, está lejos de ser muy grata: pobreza, violencia, carencias y excesos de toda índole. Y aún así, a pesar de todo, estos hombres nos recuerdan el valor de la dignidad humana, lo que significa el verdadero amor a la MTA, de qué se trata la fidelidad, la esperanza, la solidaridad, la fe, la conciencia de misión. El saberse hijo de un Padre que lo ama, por sobre todas las cosas, mucho más precisamente cuanto menos se tiene, menos se considera, menos se lo tiene en cuenta. No sólo a pesar sino con y por sus límites, errores, faltas y pecados, reconocidos con amor filial. En este testimonio ejemplar cobra vida nuevamente la parábola del Hijo Pródigo – o del Padre Misericordioso, como algunos la llaman.

El camino de retorno hacia el corazón de Dios

Y es que estos presos, al igual que el hijo que abandona el hogar paterno, muestran el camino de retorno hacia el corazón de Dios. Se sienten cobijados y amados en el corazón del Padre Fundador, prisionero en Dachau. A través suyo, seguramente, llegan al corazón de la MTA y su Hijo Jesús, a quienes deciden construirles un "Santuario" también allí, donde hacen falta, más que nunca y que en ningún otro lugar. Se experimentan verdaderos schoenstattianos y como tales se preparan para sellar la Alianza de Amor, con capital de gracias, y su propio "lugar de gracias", ese taller donde María educa a sus hijos.

Son ellos un canto a la fe y la esperanza "que nunca defrauda". Que no se rinde tampoco, en medio de los contratiempos tan tremendos como la falta de libertad. En lugar de abandonarse, de rebelarse, venirse abajo, claudicar, ellos se elevan por sobre su realidad y su entorno, haciéndose más hijos y, como tales, más dignos que nunca. Ni siquiera caen en una resignación pasiva, sino que se ponen en acción con todas las fuerzas del alma. Cuántas veces a uno se le viene el mundo abajo ante el más mínimo contratiempo. A veces hasta hay que hacer un esfuerzo por vencer el desaliento, saberse y sentirse querido entrañablemente por un Padre de infinito amor, por una Madre que está siempre a nuestro lado.

El Santuario de Dachau

Recordé también el Santuario de Dachau, misión de vida de las profesionales de Alemania. A menudo me pregunté cómo llegarían a construirlo, qué sucedería a partir de allí, en qué medida o de qué manera lograría transformar los Dachau de la vida diaria. Hoy encontré la respuesta en este Santuario Prisión de Bururi, que bien podría estar ubicado en Dachau, como símbolo de la herencia que nos dejó el Padre allí, dando sentido y camino a seguir en cada una de las circunstancias similares por las que atravesemos. Este Santuario Prisión nos invita y desafía a elevarnos también por sobre todas las dificultades para, como este grupo de hermanos de Burundi, contemplar hacia el cielo y a partir de allí ser instrumentos fieles en manos de la Mater, quien nos envía a "dar a los pueblos un nuevo destino", "revelar día a día a un mundo lleno de miserias las grandezas de Cristo", "saciar la sed de amor que padece el mundo", transformar con prontitud la tristeza en alegría", "dispuestos a entregar por amor, con júbilo, la sangre y la vida".

¿Conoces aquella tierra, imagen fiel del cielo, ese reino de libertad tan ardientemente anhelado: donde la inclinación a lo bajo es vencida por la magnanimidad y la nobleza; donde los menores deseos de Dios comprometen y reciben alegres decisiones por respuesta; donde, según la ley fundamental del amor, la generosidad siempre se impone victoriosa?...

Claro que sí, yo conozco esa maravillosa tierra – como la describiera el Padre - donde reina nuestra Señora tres veces Admirable en la porción de sus hijos escogidos, donde retribuye fielmente los dones de amor manifestando su gloria y regalando una fecundidad ilimitada. ¡Es mi tierra de Schoenstatt – en la cárcel de Bururi, en Burundi!



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Last Update: 19.07.2005 Mail: Editor /Webmaster
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