La audacia de "Ser Custodias hoy"Un ramillete de madres, regalo para la Mater y el Padre en Paraná, Argentina |
ARGENTINA, Tita Ríos. Después de una hermosa preparación de siete semanas, un grupo de madres de la zona de Sta. Teresita selló su Alianza el 2 de julio en el Santuario de La Loma, Paraná. En un momento de las reuniones reflexionaron sobre el por qué estaban allí. Distintas fueron las razones, pero todas confluyeron en la convicción de que María las había invitado a formar una comunidad dentro de las Madres de Schoenstatt. Las madres se guiaron por una serie de fichas de trabajo que ofrece la rama de madres, a partir de las cuales elaboraron y enriquecieron con sus testimonios el ideal ser mujer y además, ser custodias vivas. También aportó mucho contenido el texto de la conferencia "Ser Custodias hoy" de la Hna. Maria de la Gracia Sales (18 de mayo 1996, Schoenstatt, Alemania). "Fue providencial que después de tantos años llegara a mis manos esta conferencia y que haya dado tantos frutos", expreso la encargada del grupo. Cabe destacar algunos párrafos que emocionó a más de una: "La Sma. Virgen sabe de la tensión que existe entre nuestra realidad concreta y el ideal de ser custodias, y nos señala cómo esa tensión en lugar de abrumarnos puede ayudarnos a crecer: sólo basta con ofrecerle al Amor Misericordioso de Dios, nuestro Padre, toda nuestra pobreza, heridas y limitaciones. Y así entonces confesaremos, como lo hace María Santísima en el Magníficat: miró la pequeñez de su servidora" El niño en la escaleraTambién con referencia a la pequeñez, el Padre y Fundador decía a las madres de Schoenstatt: "Santa Teresita utilizó hermosas metáforas para ilustrar la infancia espiritual. Una es la de la escalera. Imagínense un niño frente a una gran escalera por la que quiere subir. La escalera es nuestra espiritualidad, nuestra santidad, el ideal de las auténticas madres de Schoenstatt – vale decir el ideal de ser custodias – Los que estamos al pie de la escalera somos siempre niños, más allá de la edad cronológica que tengamos o de las experiencias acumuladas. Si somos sinceros admitiremos que somos como niños pequeños, y ¿qué hace un niño? Toda su grandeza está en que abre sus brazos y espera... y Aquel que está sentado allá arriba, donde acaba la escalera, desciende y toma al niño entre sus brazos..." "Dios también me ama a mí tal como soy, con toda mi pobreza. Así y no de otra manera. Él me ha llamado y guiado hacia la Alianza de Amor con María Santísima. Él me regala el ideal de ser custodia, porque yo necesito su Tú amoroso en mí y no porque yo lo haya merecido o sea digno de Él." |
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19.07.2005
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