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Cardenal Francisco Javier Errázuriz, Misa en el Santuario Original Cardinal Francisco Javier Errázuriz, Mass in the Original Shrine Kardinal Francisco Javier Errázuriz, Messe im Urheiligtum |
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Entrevista en Monte Sión Interview at Mount Sion Interview auf Berg Sion |
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Entrevista en Monte Sión Interview at Mount Sion Interview auf Berg Sion Fotos: POS Fischer © 2005 |
Antes de su regreso a Chile y luego de haber participado del cónclave en Roma, el Cardenal Francisco Javier Errázuriz, arzobispo de Santiago de Chile y Presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), visitó Schoenstatt el 29 y 30 de abril. Allí celebró una misa en el Santuario Original y se reunió con su Comunidad de los Padres de Schoenstatt. La Oficina de Prensa de Schoenstatt no dejó pasar la oportunidad de entrevistarlo en exclusiva. Publicamos aquí la primera segunda parte de la nota. (Parte 1)
- ¿Puede relatarnos algunas vivencias personales con el nuevo Papa?
Sí, con gusto puedo contar un par de pequeñas anécdotas. Su vivienda, el departamento papal no estaba listo (probablemente habría que pintarlo y también hacer lugar para su nutrida biblioteca y otras cosas por el estilo). Por esta razón se había acondicionado para él un departamento cerca de las habitaciones papales. Pero no lo ocupó: permaneció en la casa donde vivió durante el cónclave, comió con los demás cardenales, los saludó como un hombre sencillo... ¡Interesante! Cuando tenía que trabajar, preparar algunas homilías, iba a su antiguo departamento, fuera del Vaticano, y se quedaba allí dos o tres horas. También es hermoso que lo primero que hizo al ir a ese edificio haya sido llamar puerta por puerta en los demás departamentos y saludar a todas las Hermanas que trabajan en las casas de los cardenales. O sea: un habitante de ese edificio se ha hecho Papa y saluda cordialmente a los demás.
Anteayer los miembros de la presidencia de la Conferencia Episcopal Latinoamericana tuvimos una audiencia con él. No esperó a que entráramos sentado ante su escritorio, sino que salió del salón, saludó a cada uno personalmente y nos invitó a entrar. Después de la audiencia salimos de la sala y nos fuimos charlando. De pronto se escuchó: "¡viene el Papa!". Caminando, naturalmente, a la Casa Santa Marta. No va en el vehículo grande, va a pie. Lo que a él naturalmente no le gusta de este coche, es el pequeño trono que tiene en su interior ¡seguramente lo hará quitar. Esta sencillez y esta humildad lo hacen feliz. En la Misa del inicio de su pontificado quiso dar la homilía de pie, y cuando estaba por pararse, el maestro de ceremonias le dijo: "sentado". En esa ocasión cumplió con tal protocolo, pero ¿cómo lo hará en el futuro? Sin duda se afloja la tensión estando sentado, pero él quiso ponerse de pie. Su humildad lo hace muy simpático. Es un hombre muy afable.
- ¿Cuánto conoce el Papa Benedicto XVI de Schoenstatt? Sabemos que ha estado con frecuencia en distintos Santuarios. ¿Qué otra relación tiene con Schoenstatt? Y siendo que Ud. estuvo algunos años en Roma ¿qué nos puede decir sobre la opinión del Papa sobre Schoenstatt?
Esta pregunta la puede responder mejor la Hermana de María que ha sido su secretaria. (Aclaración: La Hna. Birgit Wansing, Hna. de María de Schoenstatt, ha sido la secretaria personal y mano derecha del Cardenal Ratzinger en el Vaticano por los últimos 14 años).
Su conocimiento de Schoenstatt es variado. La primera vez que hablé con él, fue sobre la "Consagración – contrato" en los Institutos de Schoenstatt. (Aclaración: los miembros de los Institutos Seculares de Schoenstatt tienen como vínculo solamente un contrato con la comunidad, que puede ser revocado en cualquier momento por el miembro)
Respondió al instante: No lo comprendo, pero esto va en la dirección de la mayor libertad que el Concilio ha querido para cada cristiano, y con gusto lo quiero apoyar. Quiero luchar en la misma línea. Si esto fue importante para el Padre Kentenich, y dado que va dirigido a la mayor libertad, con mucho gusto quiero apoyarlo con decisión.
En una ocasión posterior hemos hablado sobre las decisiones del Santo Oficio sobre nuestro Padre Fundador en octubre de 1965. Él me permitió acceder a las actas secretas del Santo Oficio. Así pude leer cómo se desarrolló la sesión correspondiente; también lo que más tarde escribió el Cardenal Ottaviani sobre nuestro Padre, y varias cosas más. Él es un hombre que busca la verdad y que brinda acceso a ella. No defiende privilegios de nadie. ¡Esto nos causa mucha alegría!
He hablado con él en distintas ocasiones, siempre con la mayor simpatía de su parte. Yo supongo que él sabe mucho de Schoenstatt, pero es tan humilde que no habla mucho de esto. No se puede saber cuánto sabe sobre Schoenstatt, o sobre muchas otras cosas. Es un hombre que ha estudiado mucho y no olvida lo que ha estudiado.
- Alguien dijo después de la elección del Papa Benedicto XVI: Ahora creo realmente en la acción del Espíritu Santo... ¿Cómo ha vivenciado Ud. en Roma, en el cónclave, la acción del Espíritu Santo?
Todos los cardenales que participamos del cónclave fuimos con un corazón abierto al Espíritu. El proceso de la elección es único. El encuentro es en la gran Capilla, se reza la letanía de todos los santos, y se invoca la presencia del Espíritu Santo. Un profundo silencio invade los corazones. Luego se proclama el Evangelio, el que es seguido de una larga homilía. Y luego es tan impactante cuando cada uno va depositando su voto.
No puede haber acuerdos de antemano, ni uno se puede comprometer a favor ni en contra de un candidato. A esto se le da tanto valor que sería excomulgado quien hiciera propaganda para conseguir votos, o quien presionara a alguien a votar por alguna persona o a que no vote por un determinado candidato. Se quiere libertad, debe ser un ámbito de la libertad, un ámbito abierto para que hable la conciencia de cada uno y esté abierta para la acción del Espíritu Santo. Cuando se deposita el voto se está ante un gran crucifijo y detrás, el gran fresco del Juicio Final. Entonces se debe proclamar en voz alta: Tomo a Dios, a Jesucristo, por testigo, que deposito mi voto por la persona que creo debe ser Papa. Este juramento se escucha 115 veces. Esto es para abrir el ámbito interior de la conciencia para que obre el Espíritu Santo y sea elegida la persona que Dios quiere. Esto es un proceso muy bonito.
- Este es justamente el proceso que a la opinión pública le cuesta comprender. ¿No es acaso más palpable así que las elecciones, las decisiones, no siempre están determinadas por tomar un partido, armar coaliciones y hacer una "campaña electoral"?
Antes del cónclave, cuando se reunieron los cardenales, ya tenían una visión de la Iglesia en el mundo y sobre la situación del mundo en los distintos continentes, en los diversos países. Los cardenales informaron sobre la situación en la India, en Uganda, en América Latina, en Suiza, en todas partes. De esta forma percibimos cómo se encuentra la Iglesia en todo el mundo, los conflictos y luchas que enfrenta. Este es un lado de la medalla.
Antes del cónclave los cardenales tienen que tener una idea concreta sobre los candidatos que podrían llegar a ser elegidos como Papa. Los periodistas no se equivocaron grosamente en este campo. Conversaron con muchos y al final tenían en sus manos una lista de nombres bastante acorde a la realidad. Se podría decir, bien, yo quiero tener claridad sobre cada uno de estos quince nombres más mencionados. Esto no es sencillo. Por ejemplo interesa la opinión que el cardenal tiene de los Movimientos, lo que es algo esencial para el futuro de la Iglesia; cómo está su salud… En situaciones controvertidas, ¿por qué decidió de tal o cual manera? ¿Cómo ha guiado a su diócesis? ¿Cómo se desempeñó como presidente de una Conferencia episcopal? Y habría que hacer muchas otras preguntas para conocer con claridad el perfil de un cardenal.
Después se debe abrir el ámbito interior, para que Dios hable con total claridad. Se notó en la cara de algunos cardenales que todavía no tenían idea por quien votar. Uno de ellos me dijo: después de la charla en la que este anciano cardenal habló sobre la elección, tuve por primera vez claridad por quién debo votar. El cónclave es un proceso muy religioso, una experiencia muy espiritual.
- ¿Es la Jornada Mundial de la Juventud, el legado de Juan Pablo II, una oportunidad de alimentar el entusiasmo que ahora se despertó en la Iglesia? ¿Cómo?
Recuerdo la Jornada Mundial de la Juventud en París. Los obispos franceses no esperaban la participación de muchos jóvenes. Calculaban que llegarían a París entre 200.000 y 500.000, como máximo. Y de pronto, apareció allí un millón de jóvenes. Quedaron atónitos. ¿Qué atractivo tiene este hombre, este Papa? Pero lo verdaderamente interesante es lo que hicieron después. Todos los obispos y muchos párrocos franceses peregrinaron a Roma para la Jornada Mundial de la Juventud en el año del jubileo 2000, con el objeto de "atrapar" jóvenes para el trabajo parroquial, porque en Francia no tenían ningún contacto con ellos. ¡Adonde iba el Papa, allí estaban los jóvenes franceses!
Fueron a Roma como confesores, para estar en contacto con la juventud. Y más tarde los obispos franceses y muchos sacerdotes peregrinaron a Toronto, para "pescar" nuevamente a los jóvenes franceses para la Iglesia en Francia. Este es un ejemplo interesante. Ellos estaban abiertos, se dijeron: ¡este es un fenómeno, tenemos que ir a pescar allí donde está el Papa para tener contacto con nuestros jóvenes!
- Muchos dicen que ante esta gran irrupción de peregrinos en Roma –el hecho de que resplandece tanto la persona de Juan Pablo II, y de un nuevo Papa que rápidamente conquistó los corazones– se podría pensar que todo tiene algo que ver con la bendición del Santuario Matri Ecclesiae en septiembre pasado. ¿Vivimos quizás esto ahora por todo lo que entonces hemos rezado? ¿Ve Ud. una relación que quizás será una tarea para nosotros, como Movimiento de Schoenstatt?
Sin duda hay aquí una relación. Yo espero que nosotros en Schoenstatt por un lado estemos muy conscientes de la herencia espiritual de nuestro Padre Fundador. Nuestro Padre ha hecho muchos aportes para el futuro de la Iglesia, y esto es algo demasiado evidente para nosotros. Debemos tener mucho más contacto con otras corrientes en la Iglesia, con otros carismas; así podremos ver con total claridad cual es el aporte de Schoenstatt. Este aporte es muy valioso y la Iglesia lo necesita. Y por otro lado debemos jugarnos más en la evangelización. No hay que pensar: llevo una buena vida, tengo el Santuario del Hogar, mis hijos le rezan de vez en cuando a la Virgen... Debemos ver en qué grado los hombres tienen sed de Dios. Si les abrimos el camino a la Virgen, entonces llegarán a un profundo encuentro con Cristo.
¡Y cómo se destruyen los vínculos entre los hombres, cuantos problemas tienen actualmente los matrimonios! Debemos anunciar con mucho más coraje lo que hemos recibido como herencia espiritual y ver que nosotros, vinculados con muchos Movimientos y miembros de otras comunidades, podemos hacer mucho bien en las parroquias, en las asociaciones, en el vecindario, y llevar la Virgen Peregrina a los que buscan a Dios.
Esta es una hora en la que la fe será fermento o víctima de la historia. No se puede permanecer neutral. Se debe ser muy activo. Así lo ha hecho nuestro Padre durante toda su vida. Él se ha confrontado con muchas corrientes del tiempo y se ha dedicado con todas sus fuerzas a la formación de las comunidades de Schoenstatt. Es increíble como le abrió el corazón de padre a tanta gente, como ha ayudado a tantos a transformar sus vidas. Para nosotros es claro: la aspiración a la santidad debe estar entrelazada con el empeño por las almas, por la renovación de la Iglesia, por la evangelización.
Es muy hermoso cómo en muchos lugares los sacerdotes diocesanos valoran lo que reciben de Schoenstatt, ya sea solamente por el trabajo con las corrientes del tiempo, algo que no hacen normalmente y que lo reconocen como importante. O en la pedagogía pastoral, la importancia de la libertad, de la vinculación al ideal... Estos son aportes de Schoenstatt muy valorados, ¡pero nosotros debemos brindarlos, proclamarlos con convicción!
Traducción: aat/es, Argentina