 |
 |
Dr. Jörg Splett in Schoenstatt Dr. Jörg Splett in Schoenstatt Dr. Jörg Splett in Schönstatt |
|
 |
|
Partiparon unos 100 personas, entre ellas muchos jóvenes Some 100 persons participated, among them many young people Etwa 100 Personen waren gekommen, darunter viele Jugendliche, die zu Tagungen in Schönstatt waren |
|
 |
|
Testimonios y perguntas de jovenes, respuestas de parte de Dr. Splett Testimonies and questions from the youth, answers from Dr. Splett Zeugnisse und Fragen von Jugendlichen, Antworten von Dr. Splett Fotos: POS Fischer © 2005 |
SCHOENSTATT, mkf. "Estuve en Roma, y si bien yo he temblado de ansiedad antes de cada posible encuentro con la Cruz de la JMJ, esta no es ahora la causa más fuerte de mi motivación. No es que haya disminuido, pero hay algo que se ha hecho aún más fuerte: Quiero estar junto a este Papa, quiero ir a Colonia porque quiero volver a estar en medio de esta experiencia de Roma..." dijo una joven. "Nunca como hoy me he dado cuenta tan profundamente como este mes de abril ha cambiado todo. No me importan más las cuestiones anteriores al mes de abril". En un foro sobre el tema "Difícil de creer: la fe de los jóvenes" realizado en Schoenstatt, el Profesor Dr. Jörg Splett asumió en su conferencia la intención fundamental que debe marcar a la JMJ y, tal como Eva María Baumgarten lo afirmó convencida, también va a marcarla: hemos llegado movidos por Él, por Jesús, para adorarlo.
Las preguntas que se les presentaron a los jóvenes en la primera parte fueron un poco "anteriores al mes de abril": cuestiones en torno a la JMJ como parte de la experiencia cultural juvenil o en torno a las tensiones entre la identidad y la masa o la comunidad. Esto no significa que las preguntas no estuvieran justificadas, pero "la experiencia de Roma, se haya estado allí tanto personal como espiritualmente, simplemente ha cambiado la perspectiva. Yo quisiera ahora asombrarme y alegrarme y hacer planes acerca de cómo se puede conservar este acontecimiento. Quisiera agradecer que hemos podido vivir estos momentos", afirmó Eva María Baumgarten. Y en los argumentos de los jóvenes se pudo notar también que hay mucho más testimonio, mucho más identificación y mucho más fe que cuestionamientos y críticas.
Rafael Rieger recordó los cantos religiosos que entonaron en el metro de París, Bernhard Staffa contó como bajo una cierta presión es más fácil dar un testimonio, en vez de cuando todo es "a voluntad". Como ejemplo dijo que siendo soldado en las fuerzas armadas, hizo más fácilmente la señal de la cruz antes de comer que en la cantina de la universidad. Para Christine Gold no hubo "nada tan interesante como la elección del Papa". Una "vivencia" en sí no sea mala, respondió el Dr. Splett a la pregunta de Kathrin Bieler, que trata en su tesis sobre el tema de las vivencias sociales, los eventos y la JMJ. Dio como criterio de discernimiento el preguntarse: ¿me conmueve interiormente una persona o un sentimiento? ¿Estoy conmovido por Jesús o me baño en sentimientos de emoción? ¿Amo a Dios o tengo un baño de religiosidad?
"Hemos venido para adorarlo"
Siguió diciendo el Dr. Splett: desde aquí se puede tender un puente directo al "lema genialmente escogido de la JMJ". Que la JMJ sea una experiencia de fe depende de que se logre realizar lo que dice el lema: adorar a Jesús. Este Jesús que a dado a todos, sin preguntas, sin peros, sin condiciones, pero que exige: vete y no peques más. "¡No dijo: solamente dos veces por mes, no: nunca más!"
La forma fundamental de la creación, dijo el Dr. Splett, es el ser querido; irrevocable y sin arrepentimiento. No hemos sido creados para cualquier fin o cualquier tarea, sino por nosotros mismos, queridos antes de todo rendimiento y a pesar de toda culpa. Pero no somos como Dios ha querido que seamos, ni lo es toda la creación, no se puede ignorar la realidad del pecado original. Por eso necesitamos la conversión y la redención. Y si Dios esta a disposición de nosotros como redentor, debemos también nosotros estar a disposición de Él, hermanados con Jesús. De ello surge una ética y una moral que supera una pura emoción. El cristianismo, según el Dr. Splett, no es en primer lugar una doctrina, sino seguimiento, encuentro. Por eso se llega a lo profundo de este encuentro: adorarlo. El cristiano lo sigue a Él, no a un objeto, tampoco Jesús como objeto continúa vivo, solamente Él. Movidos por Él, lo adoramos con nuestra vida y nuestro testimonio.
"Quisiera entusiasmar a todos los jóvenes con esto" dijo una chica. "¡Y más aún a los adultos!"
Traducción: aat, Argentina