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 published: 2005-05-25

Compartiendo una tarde de cine con el Santo Padre

Premier de la película "Karol, el hombre que se convirtió en Papa", en el Vaticano

Programa de la pelicula sobre Juan Pablo II – con postales queridos

Program of the movie about John Paul II – with holy cards

Programm des Films über Johannes Paul II – mit “Heiligenbildchen”

 
 

Mi billete especial

My orange ticket

Meine orangefarbene Eintrittskarte

 
 

El actor

The actor

Der Schauspieler

 
 

Programa, tapa

Cover of the program

Titelblatt des Programmheftes

 

Mis Papas

My Popes

Meine Päpste

Fotos: Donnelly © 2005

 

ROMA, Simon Donnelly. El jueves 19 de mayo de 2005 tuve oportunidad de ir al cine con el Santo Padre Benedicto. Por extraño y curioso que suene, gracias a uno de los sacerdotes de nuestra comunidad conseguí una entrada para asistir en el Vaticano a la premier de la película sobre la vida de Juan Pablo II, titulada: "Karol, el hombre que se convirtió en Papa", del guionista y director italiano Giacomo Battiato. La película, realizada en idioma polaco, cuenta con un elenco mayoritario de origen polaco, integrado también por actores de otras nacionalidades: italianos, norteamericanos, un actor alemán y uno canadiense. Recayó en Piotr Adamczyk la responsabilidad de asumir el rol de Karol Wojtyla.

El jueves por la tarde, cientos de personas nos dimos cita en el Aula Pablo VI: los protagonistas de la película, un vasto público italiano, sacerdotes, religiosos y Hermanas junto a un par de Obispos, de un amplio especto. Nos ubicamos al lado de los monjes cisterciences, presentes en el lugar para ver el film. Parecían un tanto incómodos fuera del ambiente monástico, pero estaban felices de poder estar allí.

Pudimos percibir su fuerza, su sentido del humor y su amor.

Por ultimo, se nos unió el Santo Padre Benedicto XVI, el que luego de una larga ovación, se acomodó en su asiento para ver el film. Pudimos contemplar allí a un Karol cuando joven, junto a su padre durante la Segunda Guerra Mundial; a un Karol actor en el teatro "a la sombra" en tiempos de la ocupación de Polonia por parte del régimen nacionalsocialista; a un Karol ayudando a la gente en el gueto judío; a un Karol en busca de su vocación; como joven sacerdote bajo el régimen comunista en Polonia, más tarde como Obispo y luego como Cardenal en la época del Concilio Vaticano II, y por último como Papa tras ser electo por el cónclave en 1978. Impacta y sorprende la manera en que los productores han logrado transmitir una imagen de carne y hueso de la persona de Karol Wojtyla (el film no se ciñe estrictamente a una biografía ni a un libreto) la que al mismo tiempo irradia una santidad meridiana, puesta de relieve en su misericordioso perdón a sus perseguidores, y en su profundo amor al pueblo de Dios. Vemos allí al firme cardenal que se opone y se traba en lucha con el gobierno comunista, lucha que se distingue por un hondo respeto ante sus oponentes. La negativa por parte de Karol a adoptar una crítica abierta hacia el gobierno despertó la ira por parte de los mismos funcionarios de gobierno, a la par que este Cardenal de apellido Wojtyla logró mientras tanto erigir la iglesia en el seno mismo del así llamado "paraíso proletario", Nowa Huta. Nos confrontamos allí con su extraordinaria fuerza, sentido del humor y amor.

Aplaudimos a rabiar...

Era algo sorprendente, y hasta un pocosurrealista, estar sentado junto al Papa actual, compartiendo con nosotros la misma sala en la que nos encontrábamos. Durante la época a la que hacía referencia el film, nuestro nuevo Papa era cardenal. Como tal, estuvo presente en el cónclave de 1978, del que formó parte. El único personaje representado en la película que se hallaba presente esa tarde era quien fuera secretario de nuestro queridísimo Papa recientemente desaparecido: Padre - hoy Arzobispo - Stanislaw Dziwisz, quien precisamente el día anterior celebró la Eucaristía donde descansan los restos de Juan Pablo II, en el día de su 85 cumpleaños. Otro personaje del film, cercano también a la esfera del Vaticano actualmente, es el amigo de Juan Pablo II desde su niñez, Jerzy Kluger, a quien el Cardenal Wojtyla había dado por muerto, y con quien se encuentra nuevamente en Roma, una vez electo Papa.

Cada vez que oíamos a Karol Wojtyla pronunciar algunas de sus tan bellas palabras en la película, aplaudíamos a rabiar (bien a lo italiano). ¡Lo ovacionamos cuando se enfrentó a los regímenes nazi y comunista en aras del pueblo oprimido, como su portavoz! A continuación, pudimos ver la filmación verídica del Papa Juan Pablo II asomándose al balcón como nuevo sucesor de Pedro, tan joven y lleno de vitalidad, sonriendo a los peregrinos congregados en la Plaza, aferrado a la baranda del balcón, de la manera en que sólo él sabía hacer cuando se dirigía a la audiencia, y escuchamos su voz hablándonos con ese acento ítalo eslavo tan singular y maravilloso. Aguardamos el instante aquel, tan presente en los corazones de todos, en que le escuchamos decir: "Non so se potrò ben spiegarmi nella vostra lingua, la nostra lingua italiana. Se mi sbaglio, se mi sbaglio mi corrigerete", que en castellano vendría a ser: "No sé si lograré expresarme correctamente en su idioma, nuestra lengua italiana. Si me equivoco, corríjanme por favor". La gente aquí está tan interiorizada con estas palabras que hasta las repetimos en voz alta, al unísono, esa tarde en el auditorio. Un aplauso cerrado unió a todos los presentes, a la par del mar de lágrimas que brotó también ante su recuerdo. Habíamos olvidado casi por completo lo joven que era en 1978: de pronto todos los años de sufrimiento y deterioro físico se derrumbaron ante nuestros ojos, y refulgió de nuevo en nuestro recuerdo su imagen del pasado. Un día, llegó él a nuestras vida, tocando nuestros corazones para siempre, que a partir de allí ya nunca volvieron a ser los de antes. Nos ha dejado hace tan sólo seis semanas, pero parece un siglo.

Nuestro cariño a Benedicto XVI y a Alemania

El film terminó con esas palabras tan conocidas de nuestro querido Juan Pablo II al inicio de su pontificado: "¡No tengan miedo!".

Una vez finalizada la proyección de la película, el Papa Benedicto expresó su alegría y aprecio a la misma, compartiendo con todos nosotros sus propios recuerdos sobre la guerra, y el tiempo que le siguió a ella. Lo queremos muchísimo a nuestro nuevo Papa también – que en poco tiempo se ha conquistado nuestro corazones a través de su voz y sus actitudes - por lo que aplaudimos a rabiar también la dicha de escuchar sus palabras. Habló sobre los horrores del nacionalsocialismo. Conmueve hasta las fibras más íntimas de nuestro ser escuchar a nuestro Papa alemán hablar sobre su propia experiencia de esa guerra tan atroz. Cuando ad Benedicto XVI mencionó a su país, Alemania, surgió una ovación espontánea en la sala. Poniendo en evidencia ante él cuánto lo queremos personalmente y a Alemania también.

Los actores se hicieron presentes, asimismo, para saludar al nuevo Pontífice. Permaneció largo rato conversando con ellos, y con otras personas también. Luego se retiró del lugar, dejándonos con nuestros propios recuerdos y reflexiones.

Finalmente, abandonamos lentamente el lugar, adentrándonos en la noche italiana. Poco después, en la parada del colectivo 40, rumbo a la Estación Termini, compartimos con varias religiosas y otros espectadores nuestras impresiones sobre la película. Una señora italiana comentó: "Me acuerdo cuando todavía era el Cardenal Wojtyla. Un hombre tan vital y de lo más buen mozo. Por último, descendimos del bus para disfrutar parte de las 40 horas de Adoración Eucarística en Santa María Maggiore. Nos encontramos aún en el Año Eucarístico proclamado por Juan Pablo II. De modo tal que seguimos ligados al protagonista de la película y al Papa actual, una vez más, esa tarde.

Traducción: mca, Argentina



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Last Update: 31.05.2005 Mail: Editor /Webmaster
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