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 published: 2005-04-14

Los cardenales de la Iglesia trabajan y rezan en preparación al Conclave

Novena al Espíritu Santo - Entre los cardenales electores hay también un miembro del Movimiento de Schoenstatt

Todo el mundo ahora mira a los cardenales

Everybody is looking at the cardinals these days

Alle Welt schaut auf die Kardinäle (hier bei der Beisetzungsfeier)

Foto: Donnelly © 2005

 
 

Uno de los cardinales en el conclave: Cardinal Francisco Javier Errázuriz

One of the cardinals in the conclave: Cardinal Francisco Javier Errázuriz

Einer der Kardinäle im Konklave ist Kardinal Francisco Javier Errázuriz

Foto: Reid © 2005

 

ROMA, P. Alberto Eronti. Los Cardenales, al igual que la iglesia toda, rezan intensamente a lo largo de este tiempo que precede al cónclave. A su vez, se reúnen en plenarios y trabajan en grupos a fin de percibir, en el Espíritu, el perfil del futuro Papa según las necesidades de la Iglesia y del mundo. No quiero dejar de hacer referencia a un hecho que debe involucrarnos como Familia de Schoenstatt: un hijo espiritual del Padre Kentenich será Cardenal elector del futuro Papa, el Cardenal Francisco Javier Errázuriz Ossa.

El Cardenal Errázuriz fue durante 18 años Superior General de los Padres de Schoenstatt y presidente de la Presidencia Internacional de la Obra. El 6 de enero de 1991 fue ordenado obispo por Juan Pablo II y nombrado Secretario de la Congregación para la Vida Consagrada y Apostólica. En 1996 regresa a Chile y tras un fugaz paso por la diócesis de Valparaíso asume como arzobispo de Santiago. Actualmente es también Presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM).

"Entrar todos en el Cónclave"

Esto significa que, a través de uno de sus hijos, también el Padre estará espiritualmente presente en este evento esencial de la vida de la Iglesia. Por eso, más allá del resultado final de la elección, lo que hemos de hacer es "entrar todos en el Cónclave" acompañando a nuestro hermano Cardenal y a todos los Cardenales con los aportes al Capital de Gracias.

Se trata de una súplica incesante al Espíritu para que se realicen las palabras de los Hechos de los Apóstoles: "el Espíritu Santo y nosotros hemos decidido" la elección del nuevo Papa. También hemos de apelar a la intercesión de San Vicente Pallotti y del beato Karl Leisner, de nuestro Padre Fundador, José Engling y los hijos de la Familia que están en proceso de beatificación.

¿Qué hacen durante esta semana los Cardenales de la Iglesia? ¡Rezan y trabajan! Cada día participan mayoritariamente en la Misa del novenario por Juan Pablo II, realizan uno o dos encuentros plenarios y trabajan en grupos afines en un gran esfuerzo de discernimiento. Se trata de percibir, en el Espíritu, el perfil del futuro Papa según las necesidades de la Iglesia y del mundo. No hay, como algunos medios insinúan, luchas internas o facciones irreconciliables. Son pastores que asumen, en esta hora de "sede vacante", la responsabilidad por la Iglesia. Lo que sí hay, son las normales diferencias de percepción en lo tocante a qué acentos ha de poner el futuro Papa en la conducción de la Iglesia, y quién reúne las condiciones mejores para ello. Este es trabajo de lo que se ha dado por llamar el "pre-cónclave".

"Todo por la Madre de la Iglesia, todo por la Madre Iglesia".

El Cónclave se inicia formalmente el lunes 18 de abril por la tarde. No hemos de tomar la fecha como mera casualidad, sino como un signo de la Providencia: ¡es el día de la Alianza! Por eso, unidos a nuestra Madre Tres Veces Admirable -Madre y Corazón de la Iglesia- hemos de asumir nuestra responsabilidad de miembros de la familia de Dios, según el lema: "Todo por la Madre de la Iglesia, todo por la Madre Iglesia".

Querría transcribir ahora la parte final de la "Introducción" del libro "La renovación de la Iglesia", con la recopilación de textos del Padre Kentenich, editadas por el Dr. Peter Wolf (Monte Moria-Alemania). Se trata de una síntesis de "la imagen de la Iglesia de la nueva ribera". Son palabras dichas antes y después del Concilio Vaticano II. Creo que los textos pueden alentar nuestra oración y compromiso con lo por venir.

La Iglesia que anheló el Padre Kentenich

El Padre Kentenich "estaba muy seguro de que en este Concilio la Iglesia había adquirido una nueva imagen de sí misma, netamente distinta de la imagen y concepción anteriores. Y expresó esta diferencia con la figura de la roca que abandona su inmovilidad. La peña comenzaba a moverse, pasaba a ser una roca peregrina. Asimismo la antigua imagen de la barca comenzó a adquirir nueva fuerza expresiva… de manera atractiva expuso… los rasgos de la Iglesia" de la nueva ribera:

  • "Es una Iglesia que, por una parte, está llena de alma hasta en lo más profundo y arraigada en la tradición; y por otra, es extraordinariamente libre, desprendida de formas tradicionales anquilosadas".
  • "Es una Iglesia unida por una fraternidad extraordinariamente honda pero, a la vez, guiada y gobernada jerárquica, más aún, paternalmente".
  • "Es una Iglesia que tiene la misión de convertirse en alma de la cultura y del mundo presentes y futuros".
  • Con particular amor, el Padre Kentenich trazó luego el rostro mariano de la Iglesia. La nueva Iglesia será una Iglesia mariana. La Santísima Virgen es "modelo y Madre de la iglesia".
  • Más tarde completó las características de esta Iglesia renovada. Lo hizo en una conferencia sobre la imagen de la Iglesia luego del Concilio Vaticano II, pronunciada el 2 de febrero de 1966. Para el Padre era importante que la Iglesia fuese "una Iglesia pobre", "que se aleje cada vez más de la pompa usual", "sea una amiga de los pobres y no esté mendigando continuamente la benevolencia y complacencia del estado".
  • Una Iglesia que no pone su esperanza en la riqueza ni en el poder político, estará abierta a la acción del Espíritu de una manera totalmente nueva. En este sentido describe pues "una Iglesia gobernada enteramente por el Espíritu Santo".
  • Finalmente expuso el ideal de una "Iglesia humilde, que se reconoce a sí misma culpable y tiene el coraje de pedir perdón".
  • "Una Iglesia des-europeizada", más universal.

Quizás podamos decir con el Padre: "¡Ha llegado la hora de tu amor!". Sí, es una nueva hora de amor a la Iglesia. Con amor oramos y esperamos la alegría de conocer al nuevo Papa como el don de Dios a la Iglesia y al mundo. Y como Familia renovamos el compromiso a nuestro Fundador: "¡Padre, contigo amaremos a la Iglesia!".

Por ello asumimos la sugerencia de rezar cada día y hasta la elección del Papa, la "hora de vísperas" del "Oficio de Schoenstatt", "Hacia el Padre" nº 211-215.

"Alegres por la esperanza y seguros de la victoria, con María hacia los tiempos más nuevos".



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Last Update: 14.04.2005 Mail: Editor /Webmaster
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