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 published: 2005-03-18

Un lugar del horror, un lugar de la gracia

Sexagésimo aniversario de la liberación del Padre Kentenich del Campo de Concentración de Dachau: 6 de abril 1945 – 2005

P. José Kentenich, día de su llegado a Dachau

Fr. Joseph Kentenich, arrival at Dchau

P. Josef Kentenich bei der Ankunft in Dachau

 

En Ennabeuren, camino a Schoenstatt

In Ennabeuren, on his way to Schoenstatt

In Ennabeuren, einer Station auf dem Weg von Dachau nach Schönstatt

 

Dachau, barracas

Dachau, barracks

Baracken in Dachau

Fotos: Archiv © 2005

 
 

Dachau: lugar de horror, lugar de gracias

Dachau: place of horror, place of grace

Dachau: Ort des Grauens und der Gnade

 
 

Asemejanos a ti...en Dachau

Let us walk like you through life...and Dachau

Lass uns gleichen deinem Bild…in Dachau

Fotos: POS Fischer © 2005

 
 

Vista de Dachau

View of Dachau

Ein Blick auf Dachau

Foto: Archiv © 2005

 

ALEMANIA, mkf. "Hace 60 años la segunda guerra mundial volvió al lugar donde fue desatada. Los alemanes fueron objeto del odio que sembró la locura de Hitler. Cuando finalmente el 8 de mayo se silenciaron las armas, habían muerto más de siete millones de alemanes. En todo el mundo hubo que lamentar más de 50 millones de víctimas. A pesar de todo, fue también un año de un nuevo comienzo en la Alemania ocupada..." Así lo dice un avance del programa acerca de uno de los muchos documentales que en estas semanas en Alemania intentan describir los acontecimientos del año 1945. Las celebraciones recordatorias en torno al día de la liberación de Auschwitz intentan comprender lo incomprensible; "La gran huída", "Treinta días en Berlín", "Ataque en Dresden" son los títulos de las películas que muestran en las historias individuales el desarrollo y el final de la segunda guerra mundial en Alemania. El 6 de abril de 1945 salió del campo de concentración de Dachau un sacerdote de poco menos de 60 años de edad, después de estar prisionero allí por más de tres años... y sesenta años después mucha gente se pone en camino a Dachau para agradecer por su liberación.

En aquel entonces fue uno de los muchos prisioneros que en las últimas semanas de la guerra fue liberado por el régimen nazi, poco antes de la llegada de los aliados. Debían desaparecer estos testigos de tanta crueldad inhumana. En un ir y venir de decisiones algunos fueron liberados, otros, asesinados... El Padre Kentenich fue liberado el 6 de abril de 1945. No había nadie allí que lo recogiera. Él fue a Dachau, buscó al párroco y habló con él sobre como los cristianos debían dar una respuesta a esa terrible injusticia que era el campo de concentración. Hablaron de hacer allí adoración... y de un Santuario de Schoenstatt en Dachau.

El cielo está donde hay amor a Dios y al prójimo

El 6 de abril de 2005 partirá del Canisiushof, centro de Schoenstatt cerca de Ingolstadt, una peregrinación a Dachau para agradecer por la liberación del Padre Kentenich del campo de concentración. Lo organiza la Familia de Schoenstatt de la diócesis de Eichstätt. Quizás todavía se unan con algunos schoenstattianos de Munich, Regensburg y Augsburg. "Son sesenta años: aquí tenemos que agradecer, aquí tenemos que recoger aún al Padre Kentenich", dijo la Hermana Elinor.

La partida será poco antes de las 9 de la mañana desde el Santuario de Ingolstadt. Esperan llegar a Dachau a las 11,45 hs. y rezar juntos e individualmente en los diversos lugares destacados del campo de concentración. A las 13,30 hs celebrarán la Sta. Misa en la capilla del Carmelo.

Dachau, un lugar del horror y un lugar de la gracia. Aún existe la tensión. Quien llega a Dachau como turista o por razones de estudio de la historia, verá solamente el lugar del horror, al que posiblemente quiera abandonar cuanto antes... Otros llegan allí para rezar y encontrarse con Dios, que ha estado y está en Dachau; el Dios que trasformó hombres en santos en ese lugar de horror y de gracia. Hay hombres que dijeron haber encontrado el cielo en Dachau, en la cercanía del Padre Kentenich. Y no porque él no haya visto la realidad de Dachau, sino que les mostró como el cielo estaba en medio de ellos. El cielo está, así les dijo, donde se ama a Dios y al prójimo con todo el corazón... En el corazón del Padre Kentenich y de muchos otros, María caminó por las calles de Dachau: fuerte y digna, sencilla y bondadosa, repartiendo amor, paz y alegría.

No solamente los peregrinos de Ingolstadt viajan a Dachau para rezar y agradecer. Muchos jóvenes que participarán en la JMJ irán allí, como grupos de peregrinos de todo el mundo. ¿Qué buscan en Dachau? Desean rezar, agradecer, buscar fuerzas, y en medio del actual Dachau (en una época tan dura) hacer sensible el cielo, el amor de Dios.

Traducción: aat, Argentina



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Last Update: 18.03.2005 Mail: Editor /Webmaster
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