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Universitarios en el Santuario de Milwaukee, con Mons,. Dolan University Youth in the Shrine in Milwaukee, with Archbishop Dolan Studenten mit Erzbischof Dolan im Heiligtum von Milwaukee |
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Momentos de oración Moments of prayer Zeit des Gebets |
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Juntos en camino al Santuario Together on the way to the Shrine Gemeinsam auf dem Weg zum Heiligtum Fotos: Iturriaga Berrios © 2005 |
Estados Unidos, Osvaldo Andrés Iturriaga Berríos. El arzobispo de Milwaukee, Mons. Timothy Dolan, es un hombre muy ocupado. Tan ocupado, que cuando los jóvenes de Schoenstatt lo invitaron a tomar el desayuno con ellos aceptó gustoso la reunión, fijándola para tres meses mas tarde.
El primer encuentro de estos jóvenes con Mons. Dolan se produjo en octubre pasado en la apertura del año Eucarístico de la diócesis de Milwaukee, que el obispo celebró en el Centro Internacional de Schoenstatt en Waukesha. Al final de la Sta. Misa, los dos jóvenes chilenos del equipo de la Operación Mario – misión de la Juventud Masculina de Campanario (Santiago de Chile) que desde hace cinco años ha trabajado por la formación de la rama universitaria en Milwaukee – junto con algunos jóvenes norteamericanos se acercaron a saludar al arzobispo. Mons. Dolan había comenzado su sermón de ese día agradeciendo a Schoenstatt y expresando su cariño y admiración por este Movimiento, por lo que no dudó en aceptar la invitación que estos jóvenes le hicieron de compartir un momento con la Rama Universitaria de Schoenstatt en Milwaukee.
Cumpleaños del arzobispo
El encuentro quedo fechado para el domingo 6 de febrero de 2005 en la Casa del Movimiento de Schoenstatt en Milwaukee, a una cuadra del Santuario del Exilio. Pocos días antes los jóvenes se enteraron de que por alguna curiosa coincidencia (o más bien un curioso regalo de la Señora), ese día era el cumpleaños de Mons. Dolan, por lo que el desayuno se convirtió en la fiesta de cumpleaños del arzobispo.
A las 8 de la mañana del 6 de febrero, 15 jóvenes norteamericanos y 4 chilenos llegaron puntualmente a la Catedral de Milwaukee para participar en la Eucaristía celebrada por Mons. Dolan. Al terminar el Arzobispo los saludó muy afectuosamente, y luego de saludar también muy cordialmente a muchas otras personas y dar una entrevista a la televisión, los acompañó a la Casa del Movimiento.
Al entrar a la casa los jóvenes lo esperaban con una deliciosa torta de cumpleaños y cantando hermosamente "Feliz cumpleaños". Mons. Timothy agradeció entre risas la inesperada recepción ("¿Cómo supieron que era mi cumpleaños?"), y rió a carcajadas cuando recibió su "mitra de cumpleaños". Luego comenzó a saludar por su nombre a varios jóvenes a quienes conocía de antes; lo sorprendente es que a muchos de los que saludó no los había visto más que una vez.
Durante el desayuno – preparado entre los jóvenes chilenos y las Hermanas – también los sorprendió con preguntas como "Vince, ¿cómo está tu abuela? Supe que estaba enferma", o "Brian, ¿cómo están tus padres? ¿Siguen viviendo en Pewaukee?". "¿Alguien quiere que le traiga más café?".
"Su trato tan cercano y vinculado a las personas me hizo recordar varias de las historias que cuentan las familias de Milwaukee sobre el Padre Kentenich", comentó uno de los jóvenes.
Un pastor que guía y ama a sus ovejas
Luego de una divertida conversación y una buena cuota de chistes por parte del Arzobispo, también se dio el tiempo para hablar un poco más serio. "Ustedes saben el gran respeto que tengo por Schoenstatt", dijo. "El Evangelio de hoy hablaba sobre la sal y la luz del mundo… ¡ustedes son esa sal y esa luz del mundo! Actualmente ocurren grandes cosas en la Iglesia, y ustedes son una de ellas. Como jóvenes de Schoenstatt tienen mucho que entregarnos", fueron algunas de sus palabras.
Para finalizar este gran encuentro los invitó a acompañarlo al Santuario, donde tuvieron un buen momento de oración y alabanza a la Sma. Virgen. Mons. Timothy le pidió especialmente por la fecundidad de la naciente juventud de Schoenstatt en Milwaukee. Antes de la despedida tomaron algunas fotos con él en el Santuario, donde lució orgulloso su pectoral: la cruz de la unidad.
Luego de esta breve pero intensa mañana con Mons. Timothy Dolan, creo que todos los jóvenes que compartieron ese desayuno con él quedaron con la sensación de haber estado con una de esas personas a las que Dios les concedió algún carisma realmente especial. Fue una gran alegría conocer a este gran hombre y sentir su cariño hacia los jóvenes y hacia Schoenstatt. Y dijeron finalmente los muchachos: "Sólo nos queda agradecer a nuestra querida Madre por el privilegio de haber estado con Mons. Timothy, y pedirle que interceda por él para que pueda seguir siendo el Pastor que guía y ama a sus ovejas".