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 published: 2005-01-07

Alma del mundo de hoy

Reflexiones Romanas: El tema de "la misión" vuelve al vocabulario de la Iglesia

 

 

ROMA, P. Alberto Eronti. Me siguen llegando algunas publicaciones sobre el "Congreso Mundial de Vida Consagrada Apostólica", realizado en Roma a fines de noviembre. Una "entrevista" que trae la publicación española "Vida Religiosa", me ha parecido de particular significación. Como todos sabemos, hay temas y palabras que aparecen, desaparecen y tornan a aparecer en la vida de la Iglesia. Uno de esto de estos temas es "la misión". La cristología no dejó de usar e iluminar esta expresión, sea referida a Jesús como a la Iglesia, pero en la vida diaria se había diluido. Sin embargo en los aportes al Congreso Mundial el tema vuelve con fuerza particular, lo que significó para mí una gran alegría: es una palabra que el Padre Kentenich hizo profundamente suya y que la inculcó intensamente a la Familia de Schoenstatt. Hoy esta palabra adquiere nuevamente actualidad y debemos sacar las consecuencias.

La "entrevista" a que me refiero fue hecha a la Hna Sujita Kallupurakkathu, Superiora General de las Hermanas de Notre Dame, nacida en el Estado de Kerala, India.

Ser religiosa es ser Jesús para los demás

En el diálogo con los entrevistadores hace referencia a la misión en doce oportunidades. Se percibe en ella un aire nuevo, una mirada puesta más allá de lo inmediato, como queriendo percibir los movimientos del Espíritu con relación a la Vida Consagrada. Cuenta de su apostolado desde que profesó hasta que fue elegida para el cargo de "presidir a sus Hermanas". Tras la formación, su "escuela" fue el trabajo con los pobres, viviendo "en medio y como ellos". Impresiona cuando describe que el lugar donde vivían, por ejemplo no tenía puerta, sino apenas una delgada cortina. Entre sorprendida y alegre cuenta que, tanto ella como sus Hermanas, jamás tuvieron problema de seguridad alguno con la gente de los poblados. "Encontré a Jesús en algo parecido a un portal, a un establo. Aquella experiencia cambió mi corazón y mi mentalidad. Caí en la cuenta que ser religiosa es ser Jesús para los demás". Preguntada por cómo se siente al ser la primera Superiora no europea de su Comunidad, dice: "…creo que Dios no me ha traído aquí para que me dedique a la administración, sino a la misión". Luego pasa a hablar de su preocupación: "…me preocuparía que perdiéramos la esencia de la vida religiosa, la llamada, la centralidad de Jesús y de su misión". Refiriéndose a la disminución de las vocaciones dice: "...que nuestra preocupación no se centre en el número, en la disminución, sino en la calidad de la respuesta vocacional. La energía hay que ponerla en la misión y no en los números". "La mejor promoción vocacional es que la gente pueda ver a Jesús en nosotros (…) Me gusta la palabra ‘profético’: somos proféticos cuando nos atrevemos a poner a Jesús y a la misión en el centro de nuestras vidas".

Una nueva manera de vivir la vida religiosa está naciendo en la gente joven.

Preguntada por el futuro de la vida religiosa responde: "Una nueva manera de vivir la vida religiosa está naciendo en la gente joven. Tienen una visión distinta, otra manera de mirar el mundo. El modelo actual tiene que cambiar para que esto pase. Tiene que ver con lo que ya he dicho: cuando pongamos a Jesús y su misión en el centro de la Iglesia de hoy y del mundo actual, de nuestro momento, los jóvenes se darán cuenta. Los números no importan (…) la vida en radicalidad hará la diferencia. Esta es mi esperanza cuando pienso en el futuro. No creo que se dé una vida religiosa de grandes números, de muchas Instituciones. Cada tiempo, cada momento histórico tiene sus necesidades, sus deseos, su modo de responder. El Señor hará que encontremos el adecuado si estamos abiertos al Espíritu. Esto supone que estemos dispuestos a perder aquello a lo que nos hemos acostumbrado, las cosas y las situaciones que nos hacen sentir cómodos (…) Hemos de dejarnos conducir hacia lo inseguro, es posible que ahí esté lo nuevo". Le preguntan por la "valentía" de las religiosas, por aquellas que fueron y están en lugares de frontera: "La contribución femenina al mundo pasa por la asunción de riesgos. Esto tienen mucho que ver con Jesús: hay que asumir el riesgo del amor. Estamos capacitadas para hacerlo, pero las comodidades del presente pueden limitar ese coraje, agostarlo"

La vida comunitaria: el lugar donde se nutren y adiestran los apóstoles

¿Cómo ve la vida comunitaria de cara al futuro? "Antes el acento se ponía en ser llamados juntos, orar juntos, comer juntos, estar juntos (…pero, podemos decir que hoy la) comunidad no es un hostal, un lugar en el que encontramos alimentos, donde comer y dormir. La comunidad (hoy) es el lugar donde se nutren y adiestran los apóstoles (…), esto y un fuerte empuje espiritual es lo que yo recibo de la comunidad. Recibir en ella el eco de la Palabra de Dios, el compartir, la solidaridad, me ayuda a construir, ya fuera de ella, esa solidaridad y a trabajar por la misión: a estar en misión (…) Lo importante es la comunión que se da entre personas que tienen la misma visión de las cosas, la misma misión, que comparten el mismo fuego. Los tipos de comunidades, su comprensión, cambiarán con el tiempo. Ya están cambiando. La razón nuclear de la comunidad es la misión. Para mí, misión y comunidad son inseparables". Le plantean el tema de la virginidad y responde sencilla y naturalmente: virginidad es, también, libertad para la misión. "Gozamos de una libertad realmente hermosa. Nos permite una gran libertad de movimientos, una entrega completa. Esa libertad es la gracia de la vida religiosa. Yo la amo y aprecio muy intensamente. (…mi libertad me permite) poner toda mi atención en Jesús y en la misión, de un modo muy diverso al de las personas encantadoras que se han casado. A este don lo estimo mucho: estoy disponible para ir a donde haga falta, y si me matan no tengo marido e hijos llorando mi ausencia. Me siento muy, muy libre…"

La entrevista termina con estas palabras: "Como he dicho ya, mi esperanza es que los religiosos y las religiosas nunca lleguemos a pensar, ni soñando, que estamos al final de la vida religiosa. ¡Siempre están pasando cosas nuevas! Tenemos que descubrir esa novedad y seguir poniendo nuestros esfuerzos en ella y en la misión de Jesús. Tenemos que descubrir una nueva manera de ser religiosos, y encontrar en ella vida y alegría, sin estar preocupados por lo que no tenemos".

"Debemos aceptar los cambios en beneficio de la gran misión de la Iglesia"

El Padre Fundador fue un maestro en el arte de detectar los impulsos del Espíritu en la vida. Esa capacidad de discernimiento lo mantuvo siempre abierto y atento a las "cosas nuevas" del Espíritu. Es lo que, al percibir los cambios y novedades que impulsaba el Concilio Vaticano II, le hizo decir: "…si la Iglesia quiere volver a ser alma del mundo de hoy, ser forma vital, principio vital del mundo de hoy, entonces en el fondo no puede ser sólo una reliquia de antiquísimas concepciones, que correspondían bien a aquel tiempo, pero que prácticamente nada tienen que decir al hombre actual. Debemos aceptar los cambios en beneficio de la gran misión de la Iglesia y también en beneficio de la misión que cada uno tiene en particular. Debemos actualizar la Iglesia en cuanto ésta tiene hoy una misión" (15/XI/64). "Sabemos lo que la Iglesia quiere decirnos a través del Concilio…debemos dejarnos introducir por la Iglesia en su autocomprensión renovada. Esto significa que debemos dejarnos introducir en su misión original" (22/XI/64). "He aquí que hago nuevas todas las cosas" (Ap.21,5). ¡Siempre están pasando cosas nuevas! Que este año nuevo nos traiga una renovada fe, un renovado fuego y una renovada creatividad cara a la misión. Feliz Año nuevo para todos.



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Last Update: 07.01.2005 Mail: Editor /Webmaster
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