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 published: 2004-12-10

Llegó el dia de su vestición

Testimonio de los padres de Milagros, ahora Hna. María Jesús

Los Lanusse, de Salta, con „su“ novicia

The Lanusse from Salta with “their” novice

Familie Lanusse aus Salta mit “ihrer”Novizin

 
 

Las novicias

The novices

Die Novizinnen

Fotos: Lanusse © 2004

 
 

El día de la vestición, vivido por padres...

The day of the reception, seen with the eyes of parents...

Der Tag der Einkleidung der eigenen Tochter… aus der Perspektive der Eltern

Foto: Castro © 2004

 

ARGENTINA, Salta, Marcela y Matías Lanusse. Éramos muchos los que esperábamos delante del portón del noviciado cuando las vimos aparecer a las cinco con sus vestidos de novias, rodeando a la Inmaculada para pedirle, seguramente, que las acompañara en este su desposorio con Jesús. Lourdes, Milagros, Rosita,Tamara y Samanta, ingresaron a la Casa Provincial y desde allí iniciaron su peregrinación hacia la Iglesia de Dios Padre acompañadas por la Comunidad de las Hermanas de María y los sacerdotes que presidirían la ceremonia, a lo largo de un camino enmarcado por muchas "flores" de la Juventud Femenina de distintos puntos del país y de nuestra hermana República del Paraguay.

Estaba llegando el día tan esperado desde aquel 25 de abril, día de su Misa de Admisión, cuando ellas iniciaron este camino luego de dar su sí al llamado de Dios para consagrar sus vidas a su servicio. Les aseguro que todo lo que decimos y enseñamos - sobre confiar en la Divina Providencia, buscar y seguir nuestro Ideal Personal, vivir cada día dispuestos a ser verdaderos instrumentos suyos - cuando el llamado es a una hija propia, todo se replantea, todo hace dudar, todo se presenta alimentando el egoísmo personal, esperando que sea un sueño y que en algún momento sonará el despertador que nos hará volver a esa vida que se desarrolla como nosotros queremos.

Pero mes a mes, durante los 7 meses que duró su postulantado, llegaban cartas que nos mostraban lo contrario, nos mostraban unos corazones que galopaban por llegar al día en que cada una de ellas pudiesen dar su sí a Jesús. Crecían en alegría, crecían en amor, tenían sus momentos difíciles sin duda, pero manifestaban una vivencia permanente de la mano de la Mater, en el corazón del Hijo, hacia la mano del Padre.

Mezcla de sentimientos que inundan los corazones

Y así fue. Ingresaron a la Iglesia vestidas de blanco con una sonrisa que llenaba sus rostros, que contagiaba a quienes estábamos con ellas, que daba un sabor dulce a las lágrimas que se nos escapaban, que no fueron pocas, y que mantuvieron durante toda la ceremonia hasta que recibieron sus vestidos. Y entonces, más alegres, más seguras y haciendo malabares para que no se les cayera ninguna de las numerosas prendas y el cirio encendido que recibieron, se retiraron a cambiarse.

Mujeres al fin y como no podía ser de otra manera, se hicieron esperar. Y al fin llegaron con sus elegantes vestidos azules, enmarcando sus lindos rostros con sus finísimos velos. ¿Cómo poner en palabras lo que vivimos desde ese momento? A los pocos minutos nos tocó a nosotros, en representación de todos los padres, leer una oración. Fue una manifestación pública de la mezcla de sentimientos que inundan nuestros corazones, porque les aseguramos que cuando uno reconoce la Voluntad de Dios, y participa de la alegría y gozo que inunda el corazón de nuestras hijas al dar semejante paso, no podemos más que reconocer la presencia viva de Dios y la Mater en todo esto, no podemos dejar de reconocer que son hijas predilectas del Padre cobijadas con inmenso amor por nuestra Mater.

La Mater llena los vacíos físicos y del corazón con gracias muy especiales

Hna. M. Lourdes (Lourdes, de Paraguay), Hna. María Jesús (Mili, de Salta), Hna. M. Rosario (Rosita, de Bariloche), Hna. María de los Ángeles (Samy, de Florencio Varela) y Hna M. Constanza (Tamy, de Florencio Varela), así se las conocerá de hoy en más. Para nosotros, sus padres, y para sus hermanos, será difícil que las llamemos por su nuevo nombre, pero lo que no será difícil – porque no se lo discute sino que se vive – es lo que ha pasado en nuestra familia y seguro en las otras cuatro también. La Mater, seguramente por voluntad del Padre, nos llena los vacíos físicos y los del corazón con gracias muy especiales. Hay a quienes les cuesta más, sí, pero incluso ellos también están viviendo ya en sus corazones el orgullo de ser familiares de estas nuevas Hijas Predilectas del Padre.

Ahora que ya estamos de vuelta en nuestras casas y en nuestras actividades normales, repetimos con mayor fundamento, con más ganas, y con el deseo más profundo de que así podamos retribuir este regalo de la Providencia: "por manos de mi Madre, recibe Señor la donación total de mi libertad soberana..."

 Fotos



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Last Update: 10.12.2004 Mail: Editor /Webmaster
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