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Hna Ursula y Hna.Elisa, superiora provincial Sister Ursula with Sister Elisa, provincial superior Schwester Ursula mit Schwester Elisa, der Provinzoberin |
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P. Juan Pablo Cattoggio en la homilia de la misa de homenaje P. Juan Pablo Cattogio during the sermón in the Mass for Sister Ursula P. Juan Pablo Cattogio bei der Festpredigt in der Messe für Schwester Ursula |
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Saludo testimonial del P. Benjamin Pereira Testimonial address, Fr. Benjamin Pereira Grußwort und Zeugnis: P. Benjamin Pereira |
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Hna. Ursula festejando Sister Ursula enjoying the feast Schwester Ursula feierte kräftig mit |
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Hna. Ursula con Superiores de Instituto de Familia Sister Ursula with the superiors of the Institute of Family Schwester Ursula mit den Oberen des Instituts der Familien Fotos: Lavini © 2004 |
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Fotos: © 2004 |
ARGENTINA, jkl. "Naciste con la guerra y la guerra se quedó en ti", esas fueron las palabras que en un momento de su vida le dijo la mamá a la Hna. Ursula y que signan la fuerza con que a lo largo de los años portó la misión del Padre a todos los rincones de la Argentina y más allá.
Sí, recientemente nuestra querida Hna. Ursula cumplió 90 años, y aprovechando la reunión de toda la dirigencia argentina de Schoenstatt con motivo de la Jornada de Delegados, se celebró dicho acontecimiento.
Raíces más profundas que el ombú
En primer lugar lo hizo el P. Juan Pablo Catoggio, Superior Regional, al culminar la plática de la Misa Dominical en la Iglesia de Dios Padre, donde se refirió a la Hermana destacando 3 puntos:
Su rica vida es paralela a la vida de Schoenstatt, nació en 1914 junto a la Alianza, creció en la guerra y creció con Schoenstatt. Muy joven, con 19 años, conoció Schoenstatt en 1933, en momentos en que Hitler asumía el poder en Alemania.
En 1938 llegó a nuestras tierras y aquí echó raíces más profundas que el ombú.
En 1947 recibe al Padre Fundador en Argentina, y con su visita cambio la suerte y la misión. El Padre la nombra Superiora por más de 20 años y se convierte en la Secretaria del Padre, acompañándolo a todos lados.
En agosto de 1947, junto a las Hermanas de la provincia de Nazareth sella la Alianza Filial con el Padre.
Luego continuó trabajando como asistente de la dinámica, transmitiendo la persona y el mensaje del Padre a través de sus testimonios, traducciones, conferencias, etc.
Mujer extraordinaria, con vitalidad fundadora, muy fuerte, luchadora, con espíritu de sacrificio y fidelidad a toda prueba, de entusiasmo y alegría contagiosa, testigo del Padre en tiempos especiales; son sólo algunas de sus cualidades que podemos citar.
Con motivo de la Alianza Filial de agosto de 1947, el Padre dijo: "Estaba previsto en los designios de Dios que Uds. y yo nos perteneciéramos en forma singular, estaba previsto que…". Hoy parece que esas palabras, el P. Kentenich se las hubiera dicho a la Hna. Ursula.
Aquí está la vocación que algún día la Hermana Ursula encontró en Schoenstatt, Hija del Padre, pero una hija heroica, hija testigo. Maestra del 20 de Enero y de la misión de Dachau. Escucharla es escucharlo al Padre Fundador.
"Deseo que cuando celebremos los 100 años de la fundación de Schoenstatt, también celebremos los 100 años de la Hermana Ursula", culminó diciendo el Superior de los Padres del Sión del Padre.
"Enciende en los corazones el amor al Padre y llévalos al Movimiento"
Finalmente, durante un simpático almuerzo festivo, hubo tres saludos: de una representante de la Juventud Femenina, Verónica Duhín, de un representante de la Obra Familiar de la Plata, Sr. Lombardi, que fue testigo de ricas vivencias de la Hermana en aquella ciudad y finalmente del P. Benjamín Pereira, que relató una vivencia muy rica y personal en torno al Padre Fundador con relación a la Hna. Ursula.
Para culminar, la Hermana Ursula dirigió unas breves y claras palabras a los dirigentes, entre las que dijo:
"El festejo de hoy ha sido para mí una gran sorpresa, tengo tres grandes gracias que me regalaron la Virgen y Dios. Nací junto a la guerra de 1914 y mi mamá dijo: contigo vino la guerra y contigo quedó la guerra. Conocer Schoenstatt. Y haber encontrado a nuestro Padre. Estuve toda la vida junto al Padre, fui educada por él y a través de él conocí lo que es el amor filial y paternal.
El Padre me dijo: Enciende en los corazones el amor al Padre y llévalos al Movimiento. Recorrí todos los lugares donde estuve encendiendo el amor al Padre.
Ustedes tienen que transmitir a todos: "El Padre tiene que vivir en nosotros y ser el corazón de una patria nueva".
Gocé mucho cuando el 20 de enero de 2002 más de 1000 personas sellaron su Alianza Filial con el Padre.
Tengo el silencioso deseo de llegar a los 100 años para que junto a nuestro Padre podamos vivirlo en torno al Santuario.