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 published: 2004-10-06

Visita del Nuncio Apostólico y los Obispos al Terruño

La Familia de Schoenstatt de Ciudad del Este al servicio de la Iglesia del Paraguay

Obispos de Paraguay en el Santuario de Ciudad del Este

Bishops of Paraguay in the Shrine of Ciudad del Este

Paraguays Bischöfe im Heiligtum von Ciudad del Este

 
 

Los obispos, cantando el Magnificat

The bishops singing the Magnificat

Die Bischöfe singen im Heiligtum das Magnifikat

 
 

Con el Nuncio Apostolico, Mons, Lucibello

With the Apostolic Nuncio, Archbishop Lucibello

Mit dem Apostolischen Nuntius, Mons. Lucibello

 
 

Mons. Martinez

Bishop Martinez

Bischof Martinez

 
 

Cena festiva en el terruño

Festive dinner in the Schoenstatt Center

Festessen auf dem Schönstattgelände

Fotos: Cabral © 2004

 

 

 

PARAGUAY, Javier Cabral. El sábado 2 de octubre, un día después del 4° aniversario de la bendición de su Santuario, en horas de la noche, la familia de Schoenstatt de Ciudad del Este tuvo el honor de contar con la presencia en el Terruño del Nuncio Apostólico Monseñor Antonio Lucibello y de los Obispos de la CEP – Conferencia Episcopal Paraguaya.

Ellos se habían hecho presentes en Ciudad del Este para la Ordenación Episcopal de Monseñor Rogelio Ricardo Livieres Plano, de la Prelatura del Opus Dei, nuevo Obispo de Ciudad del Este, que tuvo lugar el domingo 3 de octubre en la Catedral local.

A pedido del Párroco, Padre Gerardo Mereles - quien en estos días selló su Alianza de Amor -, la Familia se encargó de la cena para los mismos el sábado a la noche.

Recibidos con cantos y aplausos

A las 20 horas, numerosos Guardianes del Santuario, con sus chalecos celestes, estaban apostados en el nuevo acceso al Terruño que será inaugurado el próximo 18 de octubre. A medida que llegaban los Obispos, los recibían con cantos y con aplausos.

También los recibía un cuadro de la MTA, ante el cual varios de ellos se detenían un momento, lo tocaban y se persignaban.

Fueron llegando en pequeños grupos; en el primero estaba Monseñor Claudio Giménez – Padre de Schoenstatt, Obispo de Caacupé, Presidente de la Conferencia Episcopal Paraguaya -, quien junto con otros siete Obispos se dirigieron hacia el Santuario. Ingresaron al mismo y de pie cantaron el Magnificat. A continuación, Monseñor Mario M. Medina rezó una oración en latín, y antes de dirigirse al lugar de la cena, admiraron el lugar dando muestras de satisfacción.

Minutos después llegó el Nuncio Apostólico, Monseñor Antonio Lucibello, quien se dirigió al Santuario, se arrodilló en la primera fila de bancos de la izquierda y estuvo largo rato rezando.

Al salir, algunos le preguntaron tímidamente si podían tomarle unas fotos, a lo cual respondió afirmativamente, con muy buena disposición. "Vengan, vengan", dijo, llamando a algunos presentes para sacarse las fotos con él.

"Este lugar es una revelación..."

En la explanada quedó mirando el Terruño y señaló: "Este lugar es una revelación para mí, no lo conocía". Luego agregó: "Los católicos tenemos que hacer así toda las cosas, de la mejor manera, de la forma más bella. De esa manera podremos ser modelos y las personas que nos miran querrán ser como nosotros. Este lugar tiene una fuerza educativa. Si hacemos las cosas de una manera descuidada, sin compromiso, con desgano… nadie querrá ser como nosotros".

Fue una alegría escuchar esas palabras, pues uno de los cuidados que siempre tiene la Familia es que todas las cosas que se realizan el Terruño deben ser de lo mejor, pues es la casa de la Mater. No precisamente que sean costosas, pero sí bien hechas, de buena calidad, etc.

Nuncio y Obispos compartiendo con la gente

Luego subieron hacia el lugar de la cena y en el camino los Guardianes recibieron al Nuncio con aplausos, cantos y voces de bienvenida. "Muchas gracias, muchas gracias. Esto no me lo esperaba", indicó con una gran sonrisa mientras abría los brazos para saludar a los presentes. Se detuvo en varios momentos para compartir, no se lo notaba apurado, tanto que una de las señoras se acercó para indicarle en voz baja que se enfriaba la comida y lo llevo al lugar de la cena.

Luego de saludar a los Obispos presentes, se sentó a la cabecera y compartió con el Diputado Nacional Eduardo Nery Huerta, quien con su esposa estuvo en la mesa.

Mientras cenaban en una magnífica mesa muy bien preparada, unos guitarristas ejecutaban unas melodías como fondo.

Entretanto, otros Obispos continuaban llegando, compartiendo con la gente y visitando el Santuario.

Mientras volvía a casa, recordaba la sonrisa de satisfacción de nuestros ilustres visitantes, por el ambiente, por la recepción.

Si alguien me preguntara si lo que se hizo esa noche fue poco o fue mucho, les respondería que no lo sé. Pero sí diría que esa noche la Familia de Schoenstatt de Ciudad del Este estuvo al servicio de las autoridades de la Iglesia del Paraguay.



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Last Update: 06.10.2004 Mail: Editor /Webmaster
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