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 published: 2004-10-08

Amó con el amor más grande. ¡Y hasta el final!

Bendición de la imagen de Santa Teresa de los Andes en el Vaticano

La estatua de Teresita de los Andes

The staute of Teresita de los Andes

Die Statue von Teresita de los Andes

 
 

En el taller del artista: P. Joaquín Alliende, P. Marcelo Aravena, Juan Fernández

In the artist's workshop: Fr. Joaquín Alliende, Fr. Marcelo Aravena, Juan Fernández

In der Werkstatt des Künstlers: P. Joaquín Alliende, P. Marcelo Aravena, Juan Fernández

 
 

Artista: Juan Fernandez

Artist: Juan Fernandez

Künstler: Juan Fernandez

 
 

Amor sin medida

Love without reserve

Vorbehaltlose Liebe

 

El artista regala rosas a Teresita

The artist offers roses to Teresita

Der Künstler schenkt Teresita Rosen

 
 

Pie de la estatua

Bottom of the statue

Fuß der Statue

Fotos: Aravena © 2004

 
 

Santuario de Teresita de los Andes

Shrine of Teresita de los Andes

Heiligtum von Teresita de los Andes

Foto: Cabral © 2004

 

 

 

ROMA, P. Alberto Eronti. El 6 de octubre el Santo Padre bendijo la estatua de Teresita de los Andes, colocada en un nicho exterior de la Basílica San Pedro. La imagen es obra del artista schoenstattiano Juan Fernández, chileno como la santa así honrada.

El 6 de octubre amaneció sin nubes, el sol se alzaba rojizo sobre Roma y la temperatura otoñal era realmente agradable. Con este marco me encaminé temprano hacia el Vaticano para participar en la bendición de la imagen de Santa Teresa de los Andes, colocada en un nicho exterior de la parte occidental de la Basílica de San Pedro, mirando los hermosos jardines interiores. La iniciativa de colocar una imagen de la Santa "en el corazón de la Iglesia" – como dijeran coincidentemente el Ministro de Relaciones Exteriores de Chile y el Cardenal Errázuriz – fue del actual Embajador de Chile ante la Santa Sede, Sr. Máximo Pacheco Gómez. No fue fácil hacerle el lugar a Teresa, no porque no se lo mereciera, sino porque las normas de la Administración vaticana establecen que son los santos fundadores quienes ocupan esos sitios. Finalmente, con la ayuda de algunos miembros de la Curia por medio, se obtuvo la autorización.

Amor sin medida

La obra fue encargada al artista chileno Juan Eduardo del Carmen Fernández Cox. La obra, realizada en mármol blanco, es de una singular belleza y levedad. Teresa está como "saliendo" del bloque de mármol que se diluye tras de ella. Su rostro vuelto hacia lo alto mira fijamente "al Amado", mientras sus manos cruzadas sobre el pecho sostienen la cruz, signo del "amor sin medida". El cuerpo, envuelto en el hábito carmelita, delata la presencia de la transfiguración realizada por el amor de ella a Dios y de Dios a ella. Sus pies, descalzos, están como elevándose "hacia el Cielo", lugar del amor sin final. En el pedestal, a sus pies, están esculpidos los escudos de Juan Pablo II y de Chile, éste con la estrella en el centro. Estrella que para la Iglesia chilena es signo de María, pero también de todos aquellos que por su identificación con Cristo se han constituido – como Teresa – en estrellas–guías para los hombres.

Faro luminoso para la juventud

En la ceremonia participaron cuatro cardenales, cinco obispos, los Cancilleres de Chile e Italia, y un gran grupo de peregrinos llegados de Chile, Alemania, Austria, España e Inglaterra, representantes del Empresariado de Chile que solventó los gastos – para realizar, como dijeron, "la mejor empresa" – y muchos amigos y simpatizantes del pueblo de Chile. El primero en hablar fue el Canciller chileno, quien hizo una magnífica síntesis de lo que Juanita Fernández, Teresa en la vida religiosa, significa para Chile y en especial para su juventud. Recordó que el Papa, con motivo de la canonización en 1993, la había llamado "faro luminoso para la juventud". A continuación lo hizo el Cardenal Francisco J. Errázuriz, quien entre otras cosas se refirió al "Hermoso mosaico que Dios construye poco a poco en su Iglesia a través de los santos. Tersita es un trozo bello del bellísimo mosaico…" Siguieron luego las palabras del Cardenal Arcipreste de la Basílica y del Embajador Pacheco Gómez. Finalmente habló el escultor. Comenzó diciendo que hizo "uso" de una parte de su nombre: "del Carmen", para su labor. Para él no fue un "trabajo" sino días de oración y contemplación, única manera de plasmar la grandeza del espíritu. Agregó – ¡genial expresión! – que le pidió permiso a Teresita para "tocar" su cuerpo e ir plasmándolo. Luego, al referirse a lo hecho dijo que la estatua "no admite discusión, simplemente es así", es el genio del arte.

La bendición de Papa

Seguidamente escuchamos cantos alusivos a Teresita y a la Virgen del Carmen, mientras esperábamos la llegada del Papa tuvimos tiempo para contemplar calladamente la escultura. A la hora indicada vimos venir el jeep del Sumo Pontífice, que se dirigía a la audiencia general. Lo recibimos con aplausos plenos de calidez y cariño, el vehículo se detuvo frente a la imagen de Teresa y la silla del Papa fue girada hacia la Santa. En voz baja la bendijo y la aspergió con agua bendita. Luego, muy brevemente, fue saludado por algunas de las autoridades presentes, por el Cardenal Errázuriz y – ¡cómo no! – bendijo con enorme cariño a tres niños y sus madres. El "papamóvil" siguió su viaje y nos quedamos como hipnotizados, gustando el impacto espiritual de lo vivido. Luego tuvo lugar la Santa Misa concelebrada en la Cripta de la Basílica Vaticana, presidida por el Cardenal Ángelo Sodano, Secretario de Estado. Todo finalizó con una recepción en el Palacio de la Canónica, en la Plaza de Santa Marta.

Los jóvenes que peregrinan al Santuario de Teresita de los Andes

De lo vivido retuve algunos conceptos coincidentes expresados por los diferentes oradores. Juanita Fernández fue una chica absoluta y maravillosamente natural. Era hermosa, alegre, espiritual, sensible a las necesidades de los demás, buena amiga, deportista… ¡Las tenía todas!, como suelen decir los jóvenes. Sí, "las tenía todas", pero solo buscó un todo, el Amor más grande. Sin despreciar nada humano, sin minimizar lo natural, ella sintió que las alas de su alma buscaban el Infinito y se lanzó tras él. Fue una opción tomada cuando otros jóvenes a esa edad se preguntan por el sentido de sus vidas. Juanita lo encontró pronto y siguió el llamado con naturalidad y radicalidad sublimes. Fue fascinada y se dejó fascinar por Jesucristo y, como otras antes que ella, se entregó a él con amor indiviso y para siempre. ¿Habrá sido este amor que la desbordaba la que le hizo "saber" que moriría muy pronto? Tenía 19 años cuando murió, un mes antes le había confiado a su confesor que "moriré muy joven". El amor no tiene edad y a la edad en que todos comenzamos a vivir, ella fue llamada a la Vida. ¿Puede una contemplativa ser modelo para la juventud? Hay que preguntárselo a los jóvenes que peregrinan al Santuario de Teresa de los Andes, sin embargo puedo agregar lo que oí esta mañana ante la imagen radiante de Teresita: "No es su opción contemplativa lo que la hace modelo para la juventud, sino el haber aceptado amar con el amor más grande y hasta el final. Esto es lo que todos queremos y los jóvenes más que nadie". ¡Qué así sea!



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Last Update: 08.10.2004 Mail: Editor /Webmaster
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