ROM, isp. Pocas horas antes de la bendición del Santuario en Belmonte los peregrinos chilenos tienen un objetivo especial: junto con algunos representantes argentinos y alemanes de la Familia Internacional de Schoenstatt van camino a la Oficina de la Congregación para la Causa de los Santos. Llevan consigo 41 Kg. de equipaje: son los documentos para el proceso de canonización de Mario Hiriart, ingeniero chileno y Hermano de María. Entre los presentes hay algunos que lo conocieron personalmente: compañeros de grupo de Mario, personas que tuvieron contacto personal con él durante la juventud y que lo acompañaron en su desarrollo. En la entrega de las actas a Mons. Giuseppe Cipriano están presentes los postuladores de otros procesos: el del Padre Kentenich, P. Ángel L. Strada; el de José Engling, P. Joachim Schmiedel y el de la Hermana María Emilie, Hermana Thomasine Treese. También se encuentran allí representantes de Instituto Secular de los Hermanos de María, entre ellos el Sr. Ernest M. Kanzler, Superior General y Cohermano de Mario Hiriart.

El Padre Joaquín Alliende, postulador del proceso de canonización, entrega oficialmente los documentos. Dirige algunas palabras a los representantes de la Congregación para la Causa de los Santos: "Para nosotros los santos y beatos son un signo esplendoroso de la santidad de la Esposa de Cristo en la tierra. Por ello hemos trabajado intensamente, con una gran objetividad, con dedicación, prolijidad y con mucho amor. Ahora será la Congregación para la Causa de los Santos quien deberá expedirse."

La radio del Vaticano ha mostrado interés por Mario Hiriart

Con el sello de la Congregación finaliza el acto de la entrega de los documentos. Varios representantes de la prensa, entre ellos Radio Vaticano, entrevistan al postulador. Él menciona que Mario Hiriart fue un ingeniero excepcional, que vivió sencillamente como laico, teniendo a la vez una profunda vida espiritual. En medio de su trabajo como ingeniero, él era como una ventana abierta a otro mundo...

Hay también algunos hechos que posiblemente podrían ser reconocidos como milagros. Un matrimonio chileno del Movimiento de Schoenstatt tuvo un accidente muy grave. Algunos médicos están convencidos de que desde el punto de vista médico, es inexplicable que la señora haya despertado del coma y no le hayan quedado secuelas de ningún tipo. Su esposo había sido compañero de Mario Hiriart en la Juventud de Schoenstatt. Sus hijos iniciaron una cadena mundial de oración por la intercesión de Mario Hiriart y le recordaron la promesa hecha a su grupo. Hace unas pocas semanas ellos festejaron en Schoenstatt sus bodas de oro.

Para el Padre Alliende el día de hoy es la coronación de diez años de trabajo dedicados a reunir y elaborar material.

El Señor Kanzler está muy contento por el comienzo de la nueva etapa. "Para nosotros, los Hermanos de María, es un paso más para que sea reconocida la misión de Mario para el mundo actual, para que él aliente a muchos con su ejemplo y para que se vea fortalecida su tarea en la Iglesia y en el mundo. Es la unión vivida entre el cielo y la tierra; a través de su testimonio nos da nuevos accesos a una oración en medio del mundo y a una vida en tensión entre la profesión y la vocación. Para nosotros es una alegría que se haya dado al fin este paso".

Mario Hiriart en el corazón de la Iglesia

Una primera reacción después de la entrega de los documentos: "¡Qué acontecimiento! Ayer formamos un Santuario vivo en la Plaza de San Pedro, rezamos las oraciones del Hacia el Padre, renovamos nuestra Alianza de Amor y nuestro amor a la Iglesia en la gruta de Lourdes. Hoy trajimos a Mario al corazón de la Iglesia. Con los profetas vienen sus hijos. ¡Esto es tan imponente! ¡Dios es tan grande!

A continuación los participantes se reúnen frente al obelisco en la Plaza de San Pedro. Es la gran columna que desde hace muchos siglos testimonia la irradiación de la cristiandad. El P. Joaquín Alliende dirigió unas breves palabras.

Un ingeniero de profunda fe

Todos los participantes rezaron junto con el P. Mariano Irureta por la canonización de Mario Hiriart. Una vez recibida la bendición se cantó por primera vez en la Plaza de San Pedro el canto "Mario, nuestro hermano". ¡Él llegó al corazón de la Iglesia! El proceso de canonización de Mario Hiriart despierta también el interés de los periodistas italianos y quieren conocer las cualidades más destacadas y la importancia del "nuevo candidato". El P. Joaquín Alliende se ofrece a contestar preguntas y da algunos datos de la vida de Mario. Él señala que Mario tuvo una profunda vinculación con el Padre Kentenich y que dio un verdadero testimonio de fe como ingeniero. ¡Mario era paz y unidad!

El P. Ángel L. Strada, postulador de la Causa de Canonización del Padre José Kentenich, destaca que Mario puede ser un ejemplo para mucha gente por su equilibrio, su alegría y su paz interior. Puede aportar mucho con su ejemplo de vida, su interés por la política y el acontecer mundial, pero sobre todo por su amor a la Santísima Virgen y su fidelidad al Padre Kentenich.

Rosas para la Virgen María y para el Santuario en Belmonte

A Mario Hiriart le gustaba llevar rosas al Santuario en Bellavista para la Santísima Virgen. Cuando su casa paterna fue vendida, trasplantó el rosal que había allí en el jardín de un amigo; así pudo continuar regalándole rosas a María como expresión de su amor. Más tarde, algunos días antes de morir, a su pedido se pusieron rosas en el fundamento de un futuro Santuario en Milwaukee, EE.UU., como signo de su entrega. Cuando murió, sus amigos le pusieron una rosa roja en la mano. Hoy en día sus cohermanos regalan rosas para el Santuario de Bellavista en nombre de él. No hay dudas de que Mario a través de su vida de santidad, su amor a la Virgen María y a nuestro Padre y Fundador llegó a ser precursor y fundamento. Las rosas simbolizan su compromiso para que Schoenstatt esté en el corazón de la Iglesia. Quería regalarlo todo y aún obra, para que Schoenstatt sea cada vez más alma de la Iglesia y del mundo.

Pocas horas después le fue entregado a la Mater un ramo de rosas en el Santuario de Belmonte de parte de Mario, como regalo para el día de la bendición.

Traducción: Pitty Reiche, Vallendar