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 published: 2004-09-16

La imagen "rasgada" del Santuario de Belmonte, testimonio vivo de la festividad que se celebraba: Nuestra Señora de los Dolores.

A una semana de la bendición del Santuario de Belmonte: el día 15 de septiembre en Schoenstatt

15 de septiembre de e e 2004, Iglesia de la Adoración, Schoenstatt: Misa en la hora del fallecimiento del Padre

September 15, 2004, Adoration Church, Schoenstatt: Holy Mass in the hour of Father Kentenich's death

15. September 2004, Anbetungskirche, Schönstatt: messe in der Todesstunde Pater Kentenichs

 

La imagen "rasgada" del Santuario de Belmonte, una Reina en un marco de cartón, en su pobreza y sencillez icono de la iglesia nueva

The torn picture of the Shrine in Belmonte, a Queen in a carboard frame, in poverty and simplicity an icon of the new Church

Das zerrissene Bild für das Heiligtum in Belmonte, eine Königin in Karton, in Armut und Einfachheit Ikone der neuen Kirche

 

Predica: Mons. Dr. Peter Wolf, com el P. Angel Strada

Sermon: Mons. Dr. Peter Wolf, with Fr. Angel Strada

Predigt: Mons. Dr. Peter Wolf, mit Pater Angel Strada für die spanische Fassung

 

Oración: Mark y Marge Fenelon, Milwaukee, USA

Prayer of the faithful: Mark and Marge Fenelon, Milwaukee, USA

Fürbitten; Marge und Mike Fenelon, Milwaukee, USA

 

Coro argentino

The group from Argentina provided songs and music

Lateinamerikanische Lieder mit Gitarrenbegleitung, Beitrag der Pilger aus Argentinien

 

Procesión por la tumba del Padre

Procession through the Founder Chapel

Zug durch de Gründerkapelle

 

"Hondo en nuestras almas, arde viva la confianza en nuestro Padre, él nos guiará."

"Deep in our hearts we live the confidence in our Father, he will guide us."

"Tief in unseren Herzen lebt das Vertrauen auf unsern Vater: Er wird uns führen"

 

Padres de Schoenstatt en la granja, durante el desayuno familiar

Schoenstatt Fathers in the barn, during the family breakfast

Schönstattpatres beim Familienfrühstück

 

Misionara de Argentina con su peregrina, durante el desayuno

Missionary from Argentina at one of the beautifully decorated tables

Missionarin aus Argentinien an einem der schön dekorierten Tische

 

Monsignore Wolf con matrimonios de Costa Rica y Panamá

Monsignor Wolf with couples from Costa Rica and Panama

Monsginore Wolf mit Ehepaaren aus Costa Rica und Panama

Fotos: POS Fischer © 2004

 

 

 

SCHOENSTATT, mca. El día 15 de septiembre todo Schoenstatt madrugó, y no era para menos... ¿cómo perderse la Misa en la Iglesia de la Adoración a las 7 de la mañana, hora en que falleció nuestro Padre, hace 36 años exactamente, luego de celebrar la Misa por vez primera en esta Iglesia? Pero además se sumaba otro motivo esta vez, algo inédito, a estrenarse en este día: un desayuno familiar, al cabo de la Santa Misa y visita a la tumba del Padre, en la granja cercana a la Iglesia.

Prácticamente era de noche al ingresar en la Iglesia de la Adoración, que se encontraba colmada aunque todavía faltaba un buen rato para comenzar la Eucaristía. Hermanas de María, Señoras de Schoenstatt, schoenstattianos "vecinos" y llegados de lejos – Costa Rica, Panamá, Puerto Rico, Brasil, Estados Unidos, Perú, Ecuador, Bolivia, Australia, Burundi, Nigeria, Polonia, Argentina, Chile – aguardaban ansiosamente el comienzo de la celebración, como si el mismo Padre fuese a presidirla. Y es que es tan fuerte su presencia allí ese día que a uno hasta le parece verlo asomarse por todos los rincones.

Expresión de sencillez y pobreza

Al son de los primeros acordes del órgano, majestuosamente ejecutado por las Hermanas, hizo su ingreso un "aluvión" de Padres del Instituto y la Federación de Sacerdotes Diocesanos, y de los Padres de Schoenstatt, de numerosísimas naciones, cuyo desfile parecía no terminar nunca! Para sorpresa y alegría de muchos, inmediatamente detrás venían dos Auxiliares – la Tercera Internacional y la de los Ciegos – portadas por cuatro misioneras argentinas: Pelusa Bieule, Cristina White, Luisa Cullen y Mercedes Mac Donough, quienes – al mejor estilo "autóctono" – las depositaron al pie del altar, ¡se acostumbre o no hacer en Alemania!Presidiendo el altar se encontraba la imagen "rasgada" del Santuario de Belmonte, enmarcada en cartón, como vivo testimonio de la festividad que se celebraba: Nuestra Señora de los Dolores. ¡Cuántos recuerdos despertó en todos los que presenciaron su caída en los Jardines del Vaticano, y qué impresionante la reflexión que inspiró en los Sacerdotes Diocesanos, sus "custodios"! Fue realmente impactante verla allí, en su máxima expresión de pobreza y sencillez: "engarzada" en viejos cartones "adquiridos" en las calles de Roma. Duele profundamente verte así, querida Mater, pero sabemos que detrás de todo esto se esconde una enorme lección de vida.En su prédica, Monseñor Peter Wolf entrelaza el mensaje de la imagen herida con la misión asumida por la familia de Schoenstatt mediante la construcción y bendición del Santuario en Belmonte, el Santuario de todos nosotros, el Santuario del amor a la Iglesia, un amor que cree en la renovación de la Iglesia en la fuerza de la Alianza con la Madre de la Iglesia.

"Mirarnos a los ojos y saber que está naciendo, el reino del amor entre nosotros"

Con los "famosos" pañuelos que engalanaron a todos durante los tres días compartidos en Roma, los más de 50 peregrinos argentinos llevan un "toque de Belmonte" a la Iglesia de la Adoración, donde en esta mañana el Padre reúne a su familia internacional: no sólo a traves de más de 150 mails con "cartas al Padre" – llegados, entre otros países, desde Canadá, Argentina, Chile, Paraguay, Uruguay, México, San Salvador y Panamá -, sino también a través de los textos, lecturas y canciones de la Misa, en español y alemán. Monseñor Wolf saluda a los presentes en español y alemán, las lecturas y peticiones se hacen en tres idiomas, y el Padre Angel Strada lee en forma alternada la versión en español de la prédica de Monseñor Wolf. "Al igual que en Roma, no me sentí como visitante, como extranjera, sino en casa, en familia", comenta después de la Misa, radiante de alegría, una señora de Costa Rica. Un pequeño coro de la delegación argentina, acompañado de guitarras, aporta sus canciones. Schoenstattianos de Australia, Estados Unidos y Costa Rica expresan sus peticiones en la oración de los fieles. Se vive lo que más tarde cantan durante la procesión en la tumba del Padre: "Familia es compartir el corazón, mirarnos a los ojos y saber que está naciendo, el reino del amor entre nosotros".

Padre, aquí estamos, vamos contigo...

La larga "procesión" de gente que quería visitar al Padre y saludarlo en este día tan especial, literalmente arrasó con todo lo que había sobre la tumba del Padre, ¡hasta con cada una de las tarjetas de dos Teléfonos del Padre completos! Sin duda, nadie se fue del lugar sin el debido regalo del Padre, prometido al finalizar la Misa... En la tumba del Padre todos renuevan su compromiso con él, le

presentan sus pedidos, anhelos, necesidades, todo aquello que desean depositar en su corazón, y dan gracias por todo lo que les regala, a cada uno personalmente y como Familia, expresándole una vez más: Padre, tu herencia, nuestra misión, aquí estamos, vamos contigo, nuestra mano en tu mano, nuestro corazón en tu corazón... El coro se "trasladó" a la tumba del Padre, acompañando la procesión con canciones que hablan sobre ser familia del Padre."Desde Venezuela, me uno a la peregrinación de alma, corazón y pensamiento. No puedo estar con todos ustedes en persona pero estoy cerca desde mi corazón.... Rezaré el rosario y pediré a la Virgen sus bondades y gracias en el aniversario del Padre", escribió la noche anterior Maggi Grillet.

"Donde pueda sentarme con los míos y partir sobre la mesa el pan..."

Ahí comenzó la parte "social" propiamente dicha: el desayuno familiar en la granja, una brillante idea de una Hermana de María, fielmente secundada por sus cohermanas y miembros de diversas ramas, como Martina Rasch, de las Profesionales, "alma mater" de este momento tan cálido, y los voluntarios schoenstatianos de la Oficina de la Jornada Mundial de la Juventud. Por ser la primera vez que se lleva a cabo, la familia local aguardaba el momento con gran expectativa, la cual se vio colmada por completo, al punto tal que los extranjeros creyeron que era una "tradición" y no un verdadero debut! Es que realmente no pudo estar mejor organizado, en todo sentido, cantidad y variedad de manjares, bebidas, dulces, panes, todo cuanto forma parte de un desayuno "a la alemana", una agilísima estructura de distribución – cuatro personas atendieron a cientos en instantes! -, la presencia de Padres, Hermanas, Señoras de Schoenstatt, miembros de todas las ramas y peregrinos, compartiendo codo a codo este "sabroso" momento, y - cuándo no – la presencia paternal de Monseñor Peter Wolf, que permaneció hasta que se retiró el último "merendante", dialogando con todos y agradeciendo mil veces la presencia allí.

Sin lugar a dudas, los más afortunados fueron los que vinieron de lejos, que no sólo se beneficiaron con un riquísimo desayuno, sino también tuvieron la posibilidad de encontrarse y conocerse con muchos hermanos. Fueron numerosísimos los ecos posteriores, como por ejemplo, el comentario de una peregrina argentina: "me siento más en familia aquí que en ningún otro lado del mundo".¡Gracias, Padre, por este día de familia que pasamos junto a vos! Esperamos que se repita todos los años, para alegría de tus hijos aquí y más allá.



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Last Update: 16.09.2004 Mail: Editor /Webmaster
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