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 published: 2004-09-29

Toda vida tiene valor

La rama de madres del Movimiento de Schoenstatt de la Diócesis de Rottenburgo- Stuttgart coronó a María como Reina de la Dignidad Humana

La "Reina de la Dignidad Humana", llevada por Claudia Roth, jefe de rama, y Helga Rupp.

The "Queen of Human Dignity", carried by Claudia Roth, diocesan leader, and Helga Rupp.

Die Königin der Menschenwürde, getragen von Claudia Roth (Diözesanträgerin) und Helga Rupp (Stellvertreterin)

 
 

Charla de incio, P. Karl-Heinz Pozorski, asesor diocesano

Introductory talk, Fr. Karl-Heinz Pozorski

Begrüßungs-Vortrag von Pfr. Karl-Heinz Pozorski, Diözesan-Standesleiter

 
 

Todo el día, madres visitaron el Santuario de Liebfrauenhöhe

During the whole day, mothers visited the Shrine at Liebfrauenhöhe

Den ganzen Tag über besuchten Mütter das Heiligtum auf der Liebfrauenhöhe

 
 

Testimonios: Coronarla como Reina de la Dignidad Humana en la vida diaria

Testimonies: Crowning the Queen of Human Dignity in everyday life

Zeugnisse: Maria krönen zur Königin der Menschenwürde im Alltag

 

Momentos de encuentro

Moments of sharing

Begegnungen

 
 

La corona, replica fiel de la corona robada

The crown, replica of the stolen one

Die Krone, eine Nachbildung der gestohlenen Krone

 

Mi regalo para la Reina

My gift for the Queen

Mein Geschenk für die Königin

 
 

Compromiso con la campaña de firmas, con la bendición de embarazadas.... todo es regalado a la Reina

Commitment with the collection of signatures, with the blessing of pregnant women, all is a gift for the Queen

Der Einsatz  in der Unterschriftenaktion und für den Mutter-/Elternsegen: alles ist Krönungsgeschenk

 
 

Audiencia - un encuentro personal

Audience, a very personal encounter

Audienz: eine ganz persönliche Begegnung

 
 

Rosas para la Reina

Roses for the Queen

Rosen für die Königin

 

Predica: P. Karl-Heinz Pozorski

Sermon: Fr. Karl-Heinz Pozorski

Predigt: Pfr. Karl-Heinz Pozorski

 
 

Coronación

Crowning

Krönung

 

La Reina rodeada de regalos

The Queen in the midst of gifts

Die Königin inmitten ihrer Krönungsgeschenke

 
 

P. Georg Egle con un cheque por 10.700 € para el proyecto en la Republica Dominicana

Fr. Georg Egle with a cheque (10,700 €) for the project in the Dominican Republic

Fr. Goerg Egle mit dem Scheck über 10.700 € für das Projekt in der Dominikanischen Republik

 
 

Intronisación del cuadro

Inthronization of the picture

Anbringung des gekrönten Bildes

 
 

P. Gabriel M. Maiwald recibió 10.700 € para el centro para chicos con enfermedades terminales

Fr. Gabriel M. Maiwald received 10,700 € for the Children's Hospice project

P. Gabriel M. Maiwald versteht die 10.700 € für das Kinderhospizprojekt als Geschenk der Gottesmutter

 

Sobres con las donaciones de dinero

Envelopes with the financial donations

Briefumschläge mit den finanziellen Gaben

Fotos: POS Fischer © 2004

Mas fotos More photos Mehr Fotos: http://www.pixum.de/viewalbum/?id=1467174

 

Fotos: © 2004

 

ALEMANIA, Liebfrauenhöhe, mkf. "Saludo a cada persona que se desplaza en silla de ruedas". "Todavía me cuesta mirar amablemente a las personas sin techo, pero puedo orar: Dios mi Padre, Tú las amas y las miras amorosamente". "Nosotros siempre nos preocupamos que en la familia prevalezca un buen trato; cuando tuvimos que cuidar en casa a mi madre y después a mi padre gravemente enfermos, nuestros hijos y nietos les hablaron siempre muy amorosamente". El 25 de septiembre se escucharon estos testimonios, que mostraron que ellas no se conformaron con lindas palabras sobre la dignidad humana. Ese día llegaron mil doscientas mujeres a Liebfrauenhöhe. Para ellas es muy importante la defensa de la dignidad humana en todas las etapas de la vida. Por eso nombraron y coronaron a María como Reina de la Dignidad Humana. Un título que hasta ahora se busca vanamente en la lista de las advocaciones tradicionales de la Sma. Virgen. "Ella es también la Reina de mi propia dignidad", dijo una de las señoras. "Ella me muestra que soy preciosa y llena de valores, no importa lo que realmente logre y piense. Si tengo claro este sentimiento entonces se lo puedo dar a otros: "tú eres precioso y lleno de valores".

Desde el comienzo Maria Pfeifer y Agnes Forderer estaban seguras que la Reina no debería estar en un podio o en un altar. No, la Reina de la Dignidad Humana debiera estar a la altura de los ojos de las señoras y de las madres, bien cerca, en medio de ellas, ahí donde la han experimentado y donde la coronan en la vida diaria: entre ellas en la vida cotidiana, donde se ve amenazada la dignidad humana y donde también se la rescata.

"Con cariño, María".

Uno de los momentos más conmovedores es cuando cada una de las señoras de la diócesis es invitada por María personalmente:"Me alegro cuando vienes ya sea en auto o en ómnibus o estás presente en espíritu y con el corazón. Con cariño, María, la Reina de la Dignidad Humana".

Están frente a Ella, en silencio, felices, algunas con lágrimas en los ojos: algunas canosas, otras teñidas con un rojo brillante, con trencitas estilo rasta... " es una verdadera audiencia con la Reina, dijeron las dos jóvenes moderadoras.

Las madres rodean a la Reina de la Dignidad Humana para saludarla y dejarse saludar por Ella. Le llevan como regalo contribuciones para dos proyectos para la protección de la dignidad humana: más de 21.000 Euros entregados en sobres de colores amorosamente decorados. Previamente habían anotado sus regalos personales de coronación. En el dorso, adornado con coronas grandes y chicas de papel, estaban los nombres de las personas por las que rezan y presentan a la Reina de la Dignidad Humana. Mientras avanzan lentamente en la fila ante el cuadro de la Madre de todos los hombres, se oye la oración que habían preparado: "María te traemos nuestro aporte apostólico por la dignidad de la persona al comienzo de la vida: las ofrendas para la promoción de la bendición de embarazadas y sus maridos, el compromiso económico con el proyecto "Esperanza de la vida nueva" en el Caribe, que muestra a mujeres jóvenes alternativas contra el aborto... María te saludamos... María te traemos nuestro aporte por la dignidad del hombre al final de su vida: firmas para morir con dignidad y contra la legalización de la eutanasia, el apoyo financiero para la construcción de un hospicio para niños: te saludamos María". Cada una recibe una carta personal de la Reina: "Tú eres preciosa y llena de valor para mí, más valiosa que la corona de oro, que llevo con alegría como signo de tu amor. Te saluda con cariño Maria, Reina de la Dignidad Humana".

Tres coronas, tres gracias del Santuario

No se previó que representantes de todas las generaciones de la rama de madres se encontrarían el 25 de septiembre en una fiesta de coronación, y que todas coronarían a María como la Reina de la Dignidad Humana con una réplica de la primera corona regalada en 1964 por las rama de madres de Rottenburgo-Stuttgart.

En el año 2000 robaron la corona de la imagen de la Sma. Virgen que estaba en el vestíbulo de la Casa José Kentenich / Liebfrauenhöhe recientemente construida. Había sido regalada en 1989. Las vivencias y experiencias de las madres que se preocupaban por este acontecimiento, le interesaron a las mujeres jóvenes que no conocían la historia de la corona. Madres de todas las generaciones dieron testimonio, en incontables entrevistas, sobre sus vivencias y experiencias con la corona. De allí salieron respuestas claras. Son tres coronas: la primera fue regalada en 1964 y está muy relacionada con el anhelo por el regreso del Fundador del exilio, con la solidaridad y la comunidad, con la fidelidad al Fundador, con el Santuario, con la Sma. Virgen y con la primera sala propia que las madres recibieron en Liebfrauenhöhe y con la alegría del regreso del Padre Kentenich a Schoenstatt un año después de la coronación. El 30 de mayo de 1966 en una visita a Liebfrauenhöhe, el Padre Kentenich se dejó "secuestrar" en esa habitación, y coronó nuevamente a la Sma. Virgen junto con las madres.

En el año 1989 entra en escena una segunda corona; es igual a la primera, pero tiene un acento: está pensada para la Casa José Kentenich, el lugar de encuentro, y está vinculada con el deseo de formar nuevos grupos, con la formación y educación de mujeres firmes en la vida diaria, y que maduran con las dificultades de la vida. En la corona se fundieron anillos de sus esposos muertos que llevaron su sí hasta la tumba. Una señora se acuerda hasta hoy que su regalo de coronación fue terminar con una disputa con otra. El año de la coronación es el año de la caída del muro de Berlín.

El deseo de coronarla de nuevo después del robo de la segunda corona, prendió bien. Al comienzo del año 2004, ya decididas a coronar a la Sma. Virgen como Reina de la Dignidad Humana, como regalo de coronación juntaron firmas contra la legalización de la eutanasia. Hasta ahora han reunido más de 43.000 firmas. También se comprometieron para la divulgación de la costumbre de dar la bendición a las madres y padres.

Con esto está vinculado un compromiso financiero concreto: para el proyecto del hospicio para niños, servicio de ayuda Maltés (en Ostalb, cerca de Liebfrauenhöhe), y para el proyecto en la República Dominicana donde se le ayudará a embarazadas a decir sí a su hijo. Con el apoyo financiero de estos dos proyectos se quiere apoyar a la protección de la dignidad humana en los dos puntos vulnerables: al comienzo y al final de la vida. "Qué lindo que las tres coronas estén relacionadas con las tres gracias del Santuario" dice una colaboradora argentina de la oficina de prensa de Schoenstatt, al escuchar a un resumen en castellano de la historia: cobijamiento, transformación y ahora la misión, el apostolado. Perplejidad en las caras de los asesores, causa asombro. Nadie lo había visto de esta manera, pero es así. Las tres coronas y coronaciones tienen una profunda relación interna, no "fabricada" sino regalada.

"Gracias Madre, porque nosotras mismas somos una parte de la historia de tu corona y porque pudimos colaborar en darle forma a esa historia..."

"Mi saludo es para cada persona en silla de ruedas".

Como pocas veces la fiesta fue un éxito, tal como se la había preparado: lo que se expresa es vida auténtica. La idea de "la dignidad del hombre" y la idea "Reina" están unidas con los sucesos concretos de la vida diaria y han llegado a ser ejecutables y aplicables. Se hace realidad coronar a María como Reina de la Dignidad Humana. Una de las participantes dice: "yo saludo a todas las personas que se desplazan en silla de ruedas, la miro y rezo: Madre, salúdala". O cuando una enfermera le ayuda por décima vez al alcohólico a salir con amor de la cama. Cuando alguien diariamente reza: "permite que se crucen en mi camino las personas que necesiten de una mirada amorosa", o si una mujer que es desheredada puede decir: usted se ha llevado mi herencia, pero no mi dignidad. Estos testimonios son presentados en la iglesia, en la coronación, y hacen sentir qué fuerte se ha hecho el carácter apostólico de esta coronación. "Por primera vez le he podido decir a mi marido lo que hago durante todo el día en Liebfrauenhöhe, todo lo que hacemos con María y con la corona. La verdad es que él no entiende nada, pero le parece fantástico lo que hacemos por la dignidad humana y por el hospicio de los niños".

"Alegría por esta profunda mirada a los rasgos de la Reina", les deseó el Padre Dr. Lothar Penners, director del Movimiento de Schoenstatt en Alemania, a todas las participantes "y por sobre todo una gran fe en el quehacer diario. María realmente quiere iluminarnos en la comprensión personal de la dignidad humana y, llena de su misericordioso poder ante el Dios Trino, pueda realmente motivar algo en los corazones de los hombres: en la actitud frente a muchas personas, pero también en las relaciones con la sociedad y no en último término en vistas a la dignidad de la mujer". "Toda persona es totalmente querida y amada por Dios, lo mismo que la tierra y el cosmos", dijo el Padre Pozorski en su saludo de la mañana.

María sabe de las necesidades de la época, de las necesidades de las personas, en Ella hoy se corona todo. Ella es también para nosotros la esperanza de la dignidad humana para los golpeados, la esperanza que en Dios todo será para bien. De algún modo tiene que ver con la dignidad, que las madres hayan decidido la forma antigua de la coronación. Su forma es cuestión de gusto, sin embargo "la decisión por esta forma antigua me ha hecho bien" dijo una madre joven, "no por mí, sino por el deseo de las mujeres que pusieron sus sacrificios personales en la corona de 1989, por ejemplo: los anillos de sus maridos muertos".

Una organización que casi no se nota.

Hay algo más que llama la atención en este día lluvioso y frío de septiembre, en el que más de 1200 mujeres llenaron Liebfrauenhöhe. O mejor dicho casi no llama la atención: la organización que es tan poco perceptible, que no pone nunca en peligro ni perturba la experiencia, ni la atmósfera. (En todo el día no hubo ningún reclamo) Todo ocurre sin inseguridades, ni nerviosismo, ni congestión. Sólo se nota si se mira el comedor y se ve cuantas ayudantes hay. E incluso los responsables principales muestran tranquilidad y participan del acontecimiento, no sólo para organizar, sino que tienen tiempo para dar una mirada aquí y tener una conversación allá y para celebrar y rezar.

Habla por si mismo el almuerzo, un banquete, que se sirve en cuatro turnos a las 1.200 participantes.

El ser humano siempre sigue siendo un ser humano.

Llega el momento. Las dirigentes del distrito, llevando rosas rojas en sus manos, escoltan el cuadro de la Reina de la Dignidad Humana, de la sala de conferencias a la iglesia de la coronación, los sacerdotes la siguen. Las que llevan las rosas forman una fila en la entrada en la iglesia para recibir a la Reina. Delante va la señora Scheuerle, la primera dirigente de la diócesis, después entran una tras otra y adornan la imagen de la Sma. Virgen con sus rosas. El Padre Karl Heinz Pozorski saluda a los sacerdotes que concelebran: el Padre Theo Breitinger, representante de la central; el Padre Gabriel M. Maiwald, que después recibirá la donación para el hospicio de los niños, el Padre Georg Egle (director diocesano), el Padre Braun y el Padre Ritter y con una alegría especial un sacerdote que en realidad no está en el altar, pero que dio su sello a la historia de estas coronas como ningún otro: el Padre Härle, el primer director diocesano de la rama de madres de la diócesis. La Hermana M. Lioba Rupprecht, Superiora Provincial, fue saludada con mucho cariño junto con todas las Hermanas.

En su prédica el Padre Pozorski toma los temas del día y los enfoca en la dimensión apostólica de la coronación. Se trata de la percepción verdaderamente humana y del respeto de la dignidad que hay que desarrollar, la nuestra y la de aquellos con los que vivimos y actuamos. Se trata de un testimonio para la vida desde su comienzo hasta el final "una cadena de gente viva para la dignidad de la persona humana".

Se trata de una actitud ante el amor y la vida concreta. ¿Cómo me encuentro con un padre turco? ¿Cómo es mi lenguaje familiar en casa y en el trabajo?

El ser humano sigue siendo humano. Es así de simple con la dignidad humana: el ser humano sigue siendo humano, ya sea que esté enfermo o sucio, rescatado de la calle o confundido. La imagen de Dios sigue siendo la imagen de Dios y el hijo de Dios que fue bautizado permanece siempre como hijo de Dios. La Reina de la Dignidad Humana está con cada ser humano y estando con Ella estamos con cada ser humano, por eso la coronación, ahora, aquí, y en nuestra vida cotidiana

Hay un momento de silencio total, el Padre Pozorski después de las muchas vivencias y palabras de este día, se arrodilla humildemente delante de la imagen en las gradas del altar, toma la corona y la coloca en el cuadro. Ahora es la Reina de la Dignidad Humana de todos, de los que están aquí en la iglesia y de todos los que se encontrarán con Ella. En una ofrenda simbólica las señoras traen canastos con sus ofrendas de dinero, listas de firmas, escarpines para bebés como símbolo de la acción para promover la bendición de las madres y los padres, una vela como símbolo del deseo de la paz y la bandera de la Jornada mundial de la juventud.

Antes de la bendición, el Padre Gabriel Mailwald y el Padre Georg Egle, visiblemente conmovidos, toman las donaciones. Más de 11.000 Euros para cada proyecto, con lo que ellos no habían contado. "Se trata de hombres concretos, aquí, con nosotros en el Caribe, lo que motiva". "No recibo el dinero como donación de ustedes sino como un obsequio de la Sma. Virgen a la que le ustedes le hicieron el regalo" dijo él Padre Gabriel. Lo sé, llegarán más bendiciones que sobre cualquiera otra donación.

La salida de la Reina de la Dignidad Humana fue acompañada por un espontáneo aplauso, muchos la siguen a la sala de conferencias donde el cuadro tiene su lugar. En el tercer intento logran colgarlo.

¿Le gustó peregrinar a la Reina de la Dignidad Humana? Seguirá peregrinando en las mil doscientas señoras que hoy la coronaron...

Traducción: Maria Gabriela Kyling, Valdivia, Chile



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Last Update: 06.10.2004 Mail: Editor /Webmaster
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