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 published: 2004-08-13

"La parroquia. Aportes para una renovación de la vida parroquial"

Reunión del Pontificio Consejo de los Laicos con los Movimientos y Comunidades nuevas. El aporte de la Campaña del Rosario de la Virgen Peregrina

 

P. Alberto Eronti, Roma, "nuestro corresponsal en Roma"

Fr. Alberto Eronti, Rome, "our correspondent in Rome"

P. Alberto Eronti, Rom, "unser Korrespondent in Rom"

 

Desde el Santuario... una nueva visión de la Iglesia se hace vida...

From the Shrine... a new vision of the Church is to become life ...

Vom Heiligtum aus ... ein neues Bild der Kirche wird Leben

Fotos: Tedeschi © 2004

 
 

La Campaña del Rosario, un aporte de honda eficacia

The Schoenstatt Rosary Campaign, an efficient contribution

Die Kampagne der Pilgernden Gottesmutter, ein tiefgreifender Beitrag

 

... para la renovación de la vida familiar ...

... for the renewal of family life

...für die Erneuerung der Familien...

 
 

... y la vida de la parroquia

...and the parish life

...und das Leben der Pfarrei

Fotos: Campaña del Rosario, Argentina © 2002

 

 

 

ROMA, P. Alberto Eronti. En el Pontificio Consejo de los Laicos tuvo lugar la segunda reunión del año con los Movimientos y Comunidades nuevas. El tema fue: "La parroquia. Aportes para una renovación de la vida parroquial". Como es de costumbre, tras la introducción del Prof. Dr. Guzmán Carriquiri, Mons. Stanislaw Rylko – Presidente del Consejo – fue quien dio la charla introductoria. Luego los distintos Movimientos fueron dando sus aportes. Como ya dije en otra oportunidad, el tema de las parroquias se ha instalado en el episcopado italiano y más allá.

Si uno visita algunas parroquias en Roma percibirá modos pastorales semejantes. La tendencia es "repetir" un esquema. Las parroquias romanas "funcionan" en la medida que ofrecen horarios de secretaría, de Misas, confesiones, catequesis, etc. El trabajo y la oferta pastoral son básicamente "sacramentales". Lo distinto en algunas parroquias está constituido por la presencia de algunos Movimientos – carismáticos y neocatecumenales, fundamentalmente – y de algunas ofertas de tiempos de oración y adoración, que le dan un acento nuevo a lo habitual. En una Europa y un Occidente en estado de crisis ante los valores naturales y sobrenaturales, es válida la pregunta por la parroquia del futuro. La parroquia constituye "la primera línea" en la acción pastoral de la Iglesia y seguramente seguirá siendo así. El tema es en qué debe cambiar la pastoral parroquial para responder a los desafíos del tiempo.

La parroquia del futuro

Es aquí donde el tema se amplía y complica enormemente. Mi impresión es que la parroquia "clásica" ya no es respuesta integral a las necesidades de la Iglesia y del hombre de las grandes metrópolis. El sacerdote párroco y sus colaboradores terminan siendo "prisioneros" de un bajísimo porcentaje de los habitantes del territorio parroquial, se habla que entre un 3 y un 5 por ciento participan frecuentemente de la Misa dominical y menos aún en otras actividades. Si hablamos de la parroquia del futuro y el tema es tomado en toda su amplitud, estamos ante una tarea ingente que plantea temas como: los sacerdotes, el problema de comprensión de la liturgia de los sacramentos (actividad básica de toda parroquia), ofertas de nuevas actividades adecuadas a la realidad del hombre actual: modo de confesar, tiempos de oración y de paz, adoración eucarística, acogimiento, atención de las familias, incorporación de los laicos en la pastoral, etc.

Los sacerdotes párrocos

No podemos hablar de las parroquias del futuro sin hablar de los párrocos del futuro. Es decir, de la formación sacerdotal y pastoral de los futuros sacerdotes. El esquema de formación actual podrá ser teológicamente bueno, incluso excelente, pero en el campo de la pastoral es poco lo que se ha avanzado y, de hecho, cualquier novedad queda librada a la capacidad creadora del sacerdote. Se habla de lineamientos pastorales, pero son generalmente teóricos y no siempre los medios y el material utilizado está a la altura. Recuerdo que en una visita al seminario de una arquidiócesis, pregunté cómo realizaban el estudio del sacramento del matrimonio y me dieron la siguiente respuesta: "Este sacramento se lo ve en dos horas de clase, no se necesita más". Pregunté, no sé si decir inocentemente, si no invitaban a matrimonios para hablar del sacramento y testimoniar con su vida. La respuesta fue: "Hace como veinte años a un rector ‘especial’ se le ocurrió hacer eso, pero lo sacaron y nunca más se hizo". ¿Cómo se educa al futuro sacerdote para que ame a la familia y haga de la suya una parroquia familia de Dios? La parroquia del futuro pasa necesariamente por la formación y educación de los futuros párrocos, he aquí el primer y gran desafío.

La liturgia de los sacramentos

La liturgia ofrece hoy una serie de desafíos teológicos y pastorales. Toda acción litúrgica está compuesta de un rito con signos y símbolos. Una gran cantidad de estos signos y símbolos, significan y simbolizan poco o nada para el hombre actual, aún cuando tuviera una buena catequesis. Es que los signos y símbolos provienen en su mayoría de una experiencia de la naturaleza y de la vida rural tan lejanas hoy a los hombres de la ciudad. ¿Cuántos jóvenes han visto un trigal, un viñedo, una oveja?, por poner algún ejemplo. La explicación de la catequesis se orientó al intelecto, pero la experiencia vital es ajena. Si a esto le sumamos que el hombre actual ha perdido el sentido por el pensar simbólico, el cuestionamiento es aún mayor. Creo que la liturgia debe ser un tema de reflexión en la dimensión pastoral de la parroquia del futuro. Y esto por la sencilla razón de que se podrán modificar muchas cosas, pero la parroquia no podrá nunca dejar de ofrecer los sacramentos a los hombres.

El sacramento de la reconciliación

"Es muy difícil encontrar un sacerdote para confesarse". Esta frase la he escuchado innumerables veces y es real. Hay que formar al sacerdote para el servicio de la misericordia. El confesionario no es hoy sólo el lugar de la reconciliación por el pecado, es también el lugar donde el hombre y la mujer vuelcan su dolor, sus sufrimientos, su llanto y esperan acogimiento, comprensión y sostén. La parroquia del futuro (como la de hoy y de ayer) no puede, no debe ignorar este servicio de amor esencial.

Espacios de oración, de adoración, de paz

He tenido la oportunidad de entrar en templos parroquiales en los que he visto el Santísimo expuesto y personas orando. El silencio, el ámbito de paz y serenidad, alguna lectura apropiada, algún canto adecuado, crean una atmósfera propicia para el encuentro con uno mismo, con Dios, con los otros. El rezo pausado del Santo Rosario, con sus misterios adecuadamente anunciados, produce la experiencia de comunión con Dios. El rezo de la Liturgia de las Horas, al menos Laudes y Vísperas, es también una opción orante de importancia. En todo esto lo que es esencial es el cuidado del modo y las formas: lo que se hace rutina se vulgariza y debilita su contenido.

El acogimiento

En ninguna parroquia se debiera escribir lo que he leído a la entrada de algunos locales públicos: "La casa se reserva el derecho de admisión". La o las personas que trabajan en la secretaría parroquial o que tienen relación con quienes llegan a la parroquia tienen una función esencial en el servicio de la acogida. Todo hombre que llega tiene derecho a ser bien atendido. Para quien acoge, Dios le regala la oportunidad de hacerse prójimo del que llega buscando quien responda a una necesidad.

Un aporte

No puedo dejar de recordar palabras de nuestro Padre que, con el tiempo, mostraron su hondo contenido de lucidez profética. "Para que el pueblo sea cristiano, debe hacerse cada vez más mariano", "vayan y vean lo que está haciendo el Señor Pozzobon…", refiriéndose a la Campaña de la Virgen Peregrina. El Padre trabajó intensamente para que los Santuarios fueran lugares de peregrinación donde la religiosidad popular tuviera plena realización. Creo que nuestra colaboración con las parroquias tiene en la Campaña de la Virgen Peregrina un aporte de honda eficacia. De aquí la importancia de que la parroquia sea el lugar natural de la Campaña. En síntesis, si hablamos de las parroquias del futuro, creo que uno de nuestros aportes pastorales más valiosos, tal como el Padre lo afirmara, es la Campaña, es decir: la nueva Visitación.



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Last Update: 13.08.2004 Mail: Editor /Webmaster
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