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 published: 2004-08-13

Belmonte: ¡faltan treinta días!

Peregrinos de Texas en la tierra donde estuvo el Padre... y donde pronto estará el Santuario que él regala a la Iglesia

Casi listo para recibir los más de 2000 peregrinos del mundo... el 8 de septiembre

Almost ready to receive the over 2,000 pilgrims from all over the world, on September 8

Fast fertig, um die über 2000 Pilger aus aller Welt aufzunehmen... Am 8. September ist es so weit!

 
 

Los peregrinos de Texas fueron casi los primeros a ver el Santuario sin andamios

The pilgrims from Texas were the first ones to see the Shrine without scaffolding

Die Pilger aus Texas waren die ersten, die das Heiligtum ohne Gerüste sahen

 

Sacristía

Sacristy

Sakristei

 
 

Santuario y sacristía, 6 de agosto

Shrine and sacristy, August 6

Heiligtum und Sakristei am 6. August

 
 

Todavía queda mucho trabajo en el interior

Much work still to be done in the interior

Im Innern muss noch viel gemacht werden

 
 

También en la esplanada

Also in the place before the Shrine

Auch noch am Vorplatz

 
 

Faltan sólo 30 días!

In 30 days...

Nur noch dreißig Tage!!

Fotos: Tedeschi/Poersch © 2004

 

 

 

ROMA, P. Alberto E. Eronti. Estar en la bendición de un Santuario es un regalo, es una hora de gracias. Estar en la bendición de un Santuario que es "de todos", regalo de toda la Familia, aún más. Pero estar en el terreno de un Santuario en construcción, de este Santuario en construcción, es algo especial... Así lo experimentaron los 35 peregrinos de Texas, Estados Unidos, quienes con el Padre Alberto Eronti como guía recorrieron los caminos que caminó el Padre en Belmonte, a treinta días de la bendición del Santuario "Matri Ecclesiae".

El P. Alberto Eronti nos cuenta: El miércoles pasado tuve la oportunidad de acompañar hasta Belmonte a un grupo de la Familia de Schoenstatt de Texas (EE.UU.). Nos encontramos a la hora señalada junto al aula Pablo VI, en el Vaticano. Durante el viaje les fui contando la historia de la tierra que esperó años el regalo que la Familia le hiciera al Padre Fundador. El tiempo no pasó en vano, el Capital de Gracias se acumuló con grandes muestras de entrega abnegada por parte de muchos miembros de la Familia internacional y, muy en particular, de nuestros hermanos los Sacerdotes Diocesanos del Instituto. Un nuevo Santuario siempre es un don del Cielo y una contribución humana, es una realidad que no deja de conmovernos. ¡Se trata del misterio de la Alianza de Amor!

La expectativa del grupo era grande y su deseo de "pisar" la tierra que caminó el Padre de la Familia, más grande aún.

Símbolos y cartas como signo de la participación

Llegamos a la plaza del Castello di Portareccia enmarcada por el castillo y la parroquia. Nada más bajar del ómnibus nos dirigimos al atrio de la iglesia para que el grupo escuchara una breve historia del lugar. Mientras aprovechábamos la sombra del atrio, ya que el calor era intenso, les conté de la tierra, del castillo, de la parroquia, intercalando algunas anécdotas. Luego nos acercamos al portón de entrada, apenas dimos los primeros pasos en la tierra de Belmonte, divisamos el campanario y el techo del Santuario. La ausencia de los andamios y la pintura recién terminada hacía recortar, sobre el cielo azul y el verde de la vegetación, la estructura del Santuario. Nos fuimos acercando por el camino, todavía polvoriento, hasta ver la construcción completa, nítida y resplandeciente del Santuario. Nos cobijamos a su sombra. El Padre Héctor Vega entró en el Santuario (faltaban aún los escalones) y le fueron alcanzando un sin fin de símbolos y cartas que portaban. Durante más de 30 minutos el grupo desarrolló una paraliturgia con gran concentración. Oración y cantos se fueron alternando mientras ofrecían a la Madre Tres Veces Admirable los anhelos e intenciones de su peregrinar. Entre los símbolos se destacaba una corona con un pequeño Santuario adornando su centro.

Aquí estuvo el Padre

Luego fuimos bajando hasta la ermita que está en la parte baja del terreno, el lugar que el Padre Kentenich visitó tres veces. Ahí renovamos la Alianza de Amor, mientras no dejaba de conmovernos el pensamiento: "Aquí estuvo el Padre". Luego subimos hasta la iglesia parroquial y pudimos celebrar la Misa. La disponibilidad del Párroco, el Padre Federico, es maravillosa. Tras la Eucaristía nos trasladamos al restaurante "Il Maghetto", donde ya nos esperaban con dos largas mesas para 20 personas cada una. La cena fue un tiempo de reposo, de intercambio y alegría. Al emprender el regreso a Roma algo de todos quedó ahí…, en Belmonte, pero también algo nos llevábamos: una ilusión que se hace realidad y que depende de todos los miembros de la Familia, estemos donde estemos.

Faltan sólo treinta días...

Faltan sólo 30 días, ¿cómo encontraremos "esta tierra cálida y familiar que el Amor eterno se ha preparado"? ¡Pronto lo sabremos!, lo que puedo decir es que el Santuario está quedando hermoso, cada vez más listo para albergar a la Reina que quiere ser "Matri Ecclesiae".



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Last Update: 13.08.2004 Mail: Editor /Webmaster
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