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 published: 2004-08-03

"¿Por qué demoraron tanto en llegar a Colombia?"

Impresiones de un país donde hay muchas semillas de Schoenstatt, de múltiples orígenes...

Colombia, Santuario en Pereira

Colombia, Shrine in Pereira

Kolumbien, Heiligtum in Pereira

 

Encuentro de Schoenstatt en Colombia

A Schoenstatt Meeting in Colombia

Ein Schönstatt-Treffen in Kolumbien

 
 

El Santuario en Armenia

The Shrine in Armenia

Das Heiligtum in Armenia

 
 

La Hna Maria Eugenia, y el P Humberto, con el Obispo de Bogotá

Sister Maria Eugenia, and Father Humberto, with the bishop of Bogotá

Schw. Maria Eugenia und P. Humberto beim Bischof von Bogotá

 

Schoenstatt comenzó en varios lugares

Schoenstatt began at several places

Schönstatt hat an vielen Orten angefangen

 

En Bogotá

In Bogotá

In Bogotá

Fotos: Vinculo © 2004

 

 

 

COLOMBIA, Hna. Eugenia María Muñoz. "¿Por qué demoraron tanto en llegar a Colombia?" Así nos decía el Obispo de Santa Fe de Bogotá, cuando nos entrevistamos con él una mañana de junio de 2003. "¿Por qué demoraron tanto en llegar a Colombia?". – "Bueno, pero ya llegamos Monseñor", le respondió el P. Humberto Salgado con su típico buen humor, lo que despejó la queja del representante de la Iglesia colombiana. Semejante fue la experiencia que vivimos en otras diócesis como Medellín, Cali, Armenia, Pereira, donde los Obispos algo sabían de Schoenstatt, su desarrollo en otros países, y muchos desconocían que se está iniciando en algunas ciudades.

Existe la preocupación por el acompañamiento de algún Instituto "pues cuando un Movimiento por muy valioso que sea, se desarrolla solo y sin relación con el resto de la Iglesia local, no es bueno". Así nos lo hacía sentir el Obispo de Bogotá... ¡qué bueno que estén aquí de paso! Pero no es suficiente: tienen que venir los Padres o las Hermanas a establecerse.

Orgullo también sentimos cuando en diócesis tan importantes y católicas como Medellín, al presentarnos al Arzobispo y hablarle un poco de Schoenstatt, nos dice: "yo les conozco a ustedes los de Schoenstatt". Ante nuestra sorpresa, continúa con mucha cordialidad: "conozco a Monseñor Errázuriz... y tenemos las mejores relaciones con él"... Se nos abrieron puertas para Schoenstatt por parte de muchos obispos y sacerdotes.

Antes de seguir con este artículo deseo hacer unas pinceladas de brocha gruesa sobre el espíritu colombiano y sobre el país mismo.

¿Cómo es Colombia?

Colombia está geográficamente en el centro de lo que fuera el imperio colonial español, y puede decirse que es su mejor sustrato. Además, fue la nación que hizo el mayor aporte y el mejor aprendizaje de la guerra de la Independencia en el continente Americano, gracias al privilegio de que el gran Libertador de América, Simón de la Santísima Trinidad Bolívar Palacios, derrotó al ejército realista español de Nueva Granada, en la batalla de Boyacá –diciembre de 1819– y creó "la Gran Colombia", República que comprendía las actuales naciones de Venezuela, Panamá, Ecuador y Colombia.

Su territorio tiene 1.141.748 Km2 y la ubicación la hace parte del Caribe y del Pacífico, es Andina y Amazónica. Una de las cosas que a uno más le impacta es el verde, (me recuerda a García Lorca con su "verde que te quiero verde, verde musgo, verde rama…"). Colombia es verde por todas partes, hasta sus montañas están llenas de vegetación, platanales, cafetales, variedades de flores, orquídeas, caña de azúcar, etc.

Su población actual bordea los 45 millones de habitantes. Tiene componentes raciales relativamente equilibrados entre blancos, indígenas y negros; un fuerte mestizaje sobre todo en el plano cultural, lo cual le imprime mayor homogeneidad humana que otros países con población indígena más marcada, como México, Guatemala, Perú o Bolivia; o con mayor presencia europea, como la Argentina, Uruguay o Chile.

Así pues, si hubiera un "tipo" de la forma de ser latinoamericana, estaría muy cerca del colombiano, tanto en sus virtudes como en sus defectos. Los colombianos son nacionalistas a su manera, pero no tienen un gran "ego" nacional. Por el contrario, cualquier visión negativa que se tenga sobre el funcionamiento del país, falta de mantenimiento de las calles etc, los colombianos lo habrán confesado y magnificado antes que uno. No deja de sorprender lo conocedores que son de sus fallas y de las de sus dirigentes.

Tienen una fuerte tradición de legalidad, un profundo apego a las formalidades de la ley, a las normas escritas, a veces en exceso, de todo hacen una ley y normas... y en general las cumplen. La experiencia democrática de Colombia es tal vez, después de los Estados Unidos, la más larga del continente. Decía Bolívar que Colombia era como un convento o una universidad, mientras que Venezuela – su patria – era un cuartel.

¡Los colombianos adictos a Dios!

Colombia es un país eminentemente católico, el 91% de sus habitantes son católicos. Posee todavía un núcleo familiar fuerte y numeroso, donde las relaciones mutuas y la autoridad de los padres aún son muy importantes. Su gente es cálida, fina y amable; muy educados, hablan por ejemplo un excelente castellano (no acostumbran el uso del garabato, tampoco los jóvenes).

Son de un catolicismo muy mariano y eucarístico. La mayor parte de las Iglesias tienen un promedio de cinco misas diarias... los domingos siete Misas y hasta nueve, y todas llenas, más de 500 personas por Misa dominical.

Las Iglesias son grandes, preciosas, mezclando en la arquitectura lo colonial con lo moderno. A uno le llama la atención la cantidad de flores, la calidad de los altares, los bancos, los vitrales, todo de buena calidad, por más pobre que sea el sector donde se construye una Iglesia. En la mayoría de los templos parroquiales, hay unas pequeñas Capillas del Santísimo, aparte de la Iglesia, donde desde las 7 de la mañana se expone el Santísimo en la Custodia hasta las 5 de la tarde. La gente hace turnos, como lo más normal.

En las casas se reza todavía todos los días el rosario, participan también los hijos adolescentes y universitarios, el papá normalmente lo inicia y después se van turnando entre todos los misterios, sentados sencillamente en el living de la casa. Para el colombiano – estoy generalizando – Dios es una REALIDAD VIVA, a la que hay que darle tiempo, atención…

Schoenstatt llega a un país sumamente mariano... hay imágenes de la Virgen por todas partes, no sólo en el interior de las casas: en las calles, en las veredas, en el Metro. Por ejemplo en Medellín, cada estación tiene una advocación de la Virgen interpretada por algún pintor famoso.

Schoenstatt llega a un país sede de la Iglesia de América Latina, donde están todas las organizaciones del CELAM, se siente el palpitar del corazón de una Iglesia latinoamericana, preocupada por la situación del Continente, por la evangelización de la Cultura, por la pastoral indígena, por las Iglesias más pobres, por la animación de las comunidades cristianas, por la renovación del clero, por hacer presente en la Santa Sede las inquietudes y vitalidad propias.

Una Iglesia que aún cuenta con muchas vocaciones sacerdotales y religiosas. Por dar un ejemplo, Medellín es una ciudad de casi 2 millones de habitantes, tiene cerca de 1.000 sacerdotes y unas 5.000 religiosas; en el segundo semestre de este año, tienen por delante 37 ordenaciones sacerdotales diocesanas, sin contar las de religiosos.

Católicos de Iglesia, no a su manera

Percibo que los colombianos en general son católicos de Iglesia. Colombia tiene una Iglesia muy prestigiada, con un clero sacrificado, trabajador y comprometido con los sufrimientos y angustias de su pueblo, como es el caso de la guerrilla, los secuestros. Cuantos sacerdotes y religiosas han sido mártires, han arriesgado su vida por defender poblados campesinos y personas concretas secuestradas o amenazadas. El insigne Arzobispo de Cali, Monseñor Isaías Duarte murió asesinado por la guerrilla al término de la Santa Misa, vistiendo aún los ornamentos litúrgicos. Soy testigo de que su tumba en la Catedral de Cali es muy visitada.

Caminos internacionales

Schoenstatt llega a Colombia por caminos internacionales. Señalo algunos de ellos. Gabriel Loaysa, joven universitario en los años ’70, conoce el Movimiento en Milwaukee, después participa en Chile en la Escuela de Jefes de la Juventud Masculina dirigida en ese tiempo por el P. Rafael Fernández, y regresa con la semilla a Manizales, donde forma varios grupos de universitarios. Después se traslada como profesor a la ciudad de Pereira, donde inicia el Movimiento especialmente con jóvenes. Consigue un terreno para el Santuario, el que es bendecido el año 2002.

El P. Armando Sánchez conoce el Movimiento de paso por Guayaquil, se enamora de su espiritualidad y viaja el año ‘85 a las celebraciones del Centenario del nacimiento del Padre en Schoenstatt y Roma. Ante la tumba del Padre Fundador se compromete a construir un Santuario y el Movimiento en la ciudad de Armenia... promesa cumplida. El Santuario es bendecido en el año 1991, en un hermoso lugar.

El P. Javier Jaramillo, párroco de Medellín conoce el Movimiento en Puerto Rico, desde ese momento queda con el bichito adentro y empieza a propagarlo entre sus feligreses, especialmente los líderes parroquiales. El año 1999 le construye un Santuario a la Mater en la cripta de su Parroquia, donde ya ha recibido mas de 120 Alianzas de Amor. En este Oratorio dedicado a la Mater se reza todos los días el Rosario a las 9 de la mañana, asisten mínimo 50 personas, y todos los 18 se hace la renovación de Alianza.

Varios chilenos como Manena Arellano, Inge y Ricardo Erazo llegan por trabajo a Bogotá, y aprovechan para hablar de Schoenstatt con sus amigos y relaciones. Así se forman los grupos de matrimonios, de señoras y la Campaña de la Virgen Peregrina.

De Estados Unidos, María Elisa de Rodríguez trae una imagen de la Virgen Peregrina de Miami, el P. Cristian Cristensen envía imágenes a Cali y Bogotá desde Atlanta y Texas.

Varios sacerdotes colombianos que estudian en Roma conocen el Santuario Cor Ecclessiae por contacto con Hermanas de América Latina que estudian allá – generalmente brasileñas –, ellas les facilitan literatura schoenstattiana y en más de una ocasión les consiguen estadía por unos días en Schoenstatt. Esto los deja muy interesados en el Movimiento. Uno de ellos, vicerrector del Seminario de su diócesis, me decía: Hermana el libro "Bajo la protección de María" me da mucha orientación en mi trabajo... y así hay muchos ejemplos más que se me quedan en el tintero...

Capítulo aparte, la guerrilla

Muchos me preguntan ¿cómo puede ser Colombia un país tan católico y tener al mismo tiempo la guerrilla, el narcotráfico, y tanta corrupción? Yo me contesto: donde está Dios, también está el demonio.

Schoenstatt llega a un país aún en guerra, que ha sufrido un desgaste humano y material por más de cuarenta años. Los grupos guerrilleros de las FARC se iniciaron en mayo de 1964. La guerrilla está conformada por dos grupos: las FARC de izquierda y el ELN paramilitares de derecha, ambos sostenidos por el narcotráfico. Hay mucho dinero involucrado en esto, mucho guerrillero contratado y además atemorizado... "Si nos abandonas, si no nos sigues, algo puede pasarle a tu madre, a tu esposa, a tu hijo...". Contratan niños desde los 14 años para la guerrilla. Para ellos es un proyecto de vida.

"Tele asesoría"

Para conocimiento de ustedes el P. Humberto Salgado, actualmente residente en Guayaquil, y la que escribe, Hna. Eugenia María Muñoz, residente junto al Santuario Nuevo Belén en Santiago Oeste, somos los asesores encargados por nuestros superiores para Colombia. Viajamos normalmente dos veces al año y visitamos cinco ciudades. Pero a la Mater no le bastó esto, y consiguió que el P. Sydney Fones – que terminaba su período en el Consejo General de los Padres de Schoenstatt – fuera nombrado por la Santa Sede, Secretario Ejecutivo adjunto del CELAM, cuya sede es Bogotá. La estrategia está clara... no hay puntada sin hilo para Ella. Así que ahora contamos con un Padre de Schoenstatt permanente en Bogota, (cuando no está en Bruselas, Madrid, Guadalajara, etc., por asuntos del CELAM).

Al término de estas primeras pinceladas sobre Colombia, quiero manifestar en mi nombre y en el del P. Humberto Salgado, los reconocimientos a quienes en los años pasados pusieron su grano de arena por el Movimiento en Colombia: los padres Francisco García-Huidobro, Luis Morel, Mons. Francisco José Cox, y en particular a nuestras dos Hermanas Marianas colombianas, Hna. M. Esperanza Quecán y Hna. María Inés Villamizar.

Fuente: Vínculo, Chile



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Last Update: 12.08.2004 Mail: Editor /Webmaster
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