Milagro de amor tan infinito...Procesión de Corpus en Schoenstatt - Alfombras de flores, banderas, canciones en honor a Jesús Eucarística |
SCHOENSTATT, mkf. "Para EL, en honor a EL". La joven que por primera vez visita Schoenstatt el día previo a la procesión de Corpus Christi, llena de asombro miraba no sólo las alfombras de flores que, en medio del viento y la lluvia, crecieron en los caminos del Monte Schoenstatt, el sábado 12 de junio, sino que se asombró también ante la cantidad de Hermanas, jóvenes y adultos que, de rodillas, colocaban flores en las alfombras hechas de arena y turba. "Es hermoso, sí, son obras de arte... pero, ¿por qué lo hacen?", fue su pregunta. "¿Y por qué lo hacen sabiendo que tal vez llueva toda esta noche y el día de mañana?" -"No importa, es por EL, para que mañana haya flores en cada camino por el que pasa Jesús". Aunque permanentemente el tiempo estuvo nublado y con viento fresco, no llovió el domingo 13 de junio, en el que esta joven, junto a más de mil personas de muy diversas nacionalidades y lenguas, acompañaron a Jesús Eucaristía, dándole gracias por "el milagro de amor tan infinito, en que Tú, mi Dios, te has hecho tan pequeño y tan humilde para entrar en mí...". Juan Pablo II ha convocado un «Año de la Eucaristía», para el próximo mes de octubre, en ocasión del Congreso Eucarístico Internacional de Guadalajara (México). «El "Año de la Eucaristía" tiene lugar en el marco del proyecto pastoral que he presentado en la carta apostólica "Novo millennio ineunte", en la que invité a los fieles a "volver a comenzar desde Cristo"», afirmó el 13 de junio el Papa antes de rezar la oración mariana del Ángelus en Roma. Esta celebración «especial» concluirá en octubre de 2005 con la asamblea ordinaria del sínodo de los obispos, cuyo tema será «La Eucaristía, fuente y culmen de la vida y de la misión de la Iglesia». «La Eucaristía está en el centro de la vida de la Iglesia. En ella, Cristo se ofrece al Padre por nosotros, haciéndonos partícipes de su mismo sacrificio, y se nos da como pan de vida para nuestro camino por las sendas del mundo. En conclusión, afirmó al dirigirse a los miles de peregrinos, este «Año de la Eucaristía» busca ayudar «a crecer a cada comunidad en la fe y en el amor hacia el misterio del Cuerpo y la Sangre del Señor». Al finalizar la procesión en Schoenstatt, después de la última bendición, Monseñor Hermann Zimmerer agradeció al Santo Padre el Año de la Eucaristía; cantos y oraciones, alfombras de flores y banderas – fueron una muestra del amor a la Eucaristía nacido del amor a María. Mientras la joven mencionada anteriormente estaba sacando fotos, un joven periodista de la revista "Paulinus", de la diócesis de Treveris, comentó: "Creí que Schoenstatt era sólo María, pero esto es todo Jesús, y es muy fuerte. ¿Por qué lo hacen?". Casi tan hermoso como la procesión: los preparativosHay un clima especial cada sábado previo a la procesión de Corpus Christi. Hace unos años, las Hermanas de María a cargo de la procesión, invitaron a todos a unirse en la preparación de las alfombras de flores. El sábado, 12 de junio, unas chicas de la Juventud Femenina de la diócesis de Treveris, trabajaron cuatro horas, durante su jornada de jefas, para cumplir con su gran sueño: armar la enorme alfombra de flores frente a la Casa Mutterhaus, con el logotipo de la Jornada Mundial de la Juventud. "Durante la lluvia, nos refugiamos en la casa, donde las Hermanas nos invitaron con un café, fue genial", cuenta una de ellas – la única información obtenida ya que todas las demás estaban sumamente concentradas en su tarea...: crear la alfombra más hermosa de todas! A unos metros, sólo se oye hablar español. "Cumplimos con el armado de una alfombra de 35 metros!", dicen, con orgullo, Jorge y July, que vienen de cerca de Monterrey, en México. Como tienen amigos en Francia, buscan material en francés para difundir Schoenstatt en Francia, "especialmente la novena a Nuestra Señora de Schoenstatt, que lamentablemente no existe en francés", comenta July. Con ellos, se encuentra un matrimonio que actualmente vive en Frankfurt, después de 16 años en Ecuador; ella, alemana, y él, colombiano. Junto con unos jóvenes de Chile y de México, trabajan en su alfombra, con un entusiasmo contagioso. "¡Tantas naciones en un solo lugar!"El domingo, después de una Misa festiva en la Iglesia de la Adoración, comienza la procesión. Hay parlantes en todo el Monte Schoenstatt; se oyen cantos y oraciones en cada tramo de la larga procesión - una fila que literalmente une la Iglesia de la Adoración con el Santuario de las Hermanas, que este año cumplió 50 años. Unas Madres de Suiza participan "como de costumbre", habiendo arribado en bus el día sábado. El primer curso de la Federación de Madres de Portugal y España culmina su tiempo en Schoenstatt con la procesión; en compañía del Padre Eduardo Aguirre y la Hermana María Nadja, llegaron el 10 de junio, siendo el primer grupo en alojarse en la Casa Marienau recientemente renovada. Aunque no entienden una sola palabra de alemán, intentan seguir las canciones, con alegría y sonrisas... Hacia el final de la procesión colaboran con una canción eucarística, además de llevar las banderas de España y Portugal... junto con otros muchos que – en representación de sus países - llevan las suyas. Teresa, de Chile, y Sofi, de Argentina, compiten a ver quién lleva más alto su bandera... Las postulantes de las Hermanas de María llevan las banderas de sus respectivos países; allí van también los voluntarios de Bolivia, tres con una bandera; Hermanas que participan del Seminario Internacional, jóvenes de Sudáfrica... y jóvenes y adultos de Alemania con banderas de los países que no se encuentran presentes. "Falta Venezuela", dice Christel Sonnekalb, "pero estoy yo para representar a mi país". Hay seminaristas de los Padres de Schoenstatt de la India, Chile, Argentina y Brasil..., matrimonios filipinos de Frankfurt, chicos polacos de Bonn, Alemania: "Tantas naciones en un solo lugar", comenta, asombrado, el periodista de "Paulinus". "Por todas las naciones aquí presentes", se rezó en una de las letanías, en varios idiomas. Un testimonio de feGente mayor en sillas de ruedas, matrimonios con chicos en hombros de sus papás, peregrinos que llegaron en bus desde varios lugares de Alemania, gente de los alrededores quienes, a pesar de las fuertes lluvias, las elecciones para el Parlamento Europeo y las elecciones municipales, viajaron a Schoenstatt en auto: todo un testimonio de fe. Reina un clima de profunda oración. En el Santuario de las Hermanas, suenan las campanas para el rezo del "Ángelus". La Hermana Marié da una breve catequesis a los niños que toca también el corazón de los adultos: Lo que es el sol para las estrellas y las flores – aquello que las hace brillar y crecer -, es Jesús para nosotros. Todo lo que hacemos por algo tan pequeño - ese pan en la custodia - que es lo más grande del mundo: Jesús que nos ama....". Jesús en su milagro de amor tan infinito, "en que Tú, mi Dios, te olvidas de tu gloria y de tu majestad - por mí". Luego de la procesión y la bendición final, se celebra otra Misa para los que no participaron de la anterior y llega el momento de los encuentros y saludos interminables! Por la tarde, cientos de personas vienen a observar las alfombras. Algunos, con delicadeza, arreglan las flores, un tanto desordenadas tras el paso de la procesión. Hay stands, canciones, bendición y tiempo de meditación en el Santuario... otra forma más de honrar a Jesús y recibir las gracias de una jornada de fe. |
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Last Update: 14.06.2004
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