JORNADA DE LOS CATÓLICOS ALEMANES, mkf. “Los convoco a participar de la Jornada con los ojos y el corazón abiertos”: así exhortó el Papa Juan Pablo II el pasado 16 de junio, en el saludo que envió a los más de 30.000 participantes de la 95ª Jornada de los Católicos Alemanes realizada en Ulm, “... para que se renueve la conciencia de cómo la fuerza de Dios actúa en ustedes y a través de ustedes, y así su testimonio lleno de fe pueda percibirse también en la sociedad... Poneos en movimiento llevados por la dinámica de Dios, que ilumina y libera”. Así dijo a los jóvenes – y a los de corazones jóvenes – que se encontraban en el “Oasis de Inschallah” del Movimiento de Schoenstatt, directamente ante la Catedral, en el centro de los acontecimientos, dando testimonio de una cordial convivencia entre ensaladas, pastas, café y torta y también con las indicaciones sobre la oración del mediodía: “hacia la búsqueda de huellas”.

“¿Dónde es la oración del mediodía? Quiero ir allá. ‘Huellas del poder de Dios, rastreo’... Es algo que nunca había escuchado, pero me interesa”.  La tan interesada señora de mediana edad estaba sentada plácidamente en una de las mesas del “Oasis de Inschallah”- Allí encontró el folleto de Schoenstatt y un aviso de la oración del mediodía “En búsqueda de huellas”. Frente a ella una persona explicaba no solamente cómo llegar hasta el lugar, sino también lo que había significado personalmente para su fe esa búsqueda de huellas. Esa persona pertenecía al Movimiento de Schoenstatt y durante esa conversación, para utilizar las palabras del Papa, manifestaba el poder de Dios a través de su testimonio...

El “Oasis Inschallah”, el "Pequeño café del bienestar", como alguien lo apodó en una Jornada anterior, se ha convertido en una carpa de comidas con un cálido ambiente y un sello apostólico.  El ajetreo de las semanas previas a la Jornada que se les sumaba a los responsables, puso todo en movimiento. Fue así como en la tarde de la apertura estuvieron sirviendo, entre otros, muchas Hermanas Marianas. ¡Y lo hacían con entusiasmo!

“Mi visión: ‘Unidos en Schoenstatt’”

Con delantal y llevando una bandeja llena de tazas de café, caminaba la Hna. Mirjam Metzler entre las mesas totalmente llenas. Poco tiempo para una breve entrevista al paso: “Había oído que necesitaban ayudantes. Entonces vi la oportunidad de poner en marcha y concretamente, mi visión “unidos en Schoenstatt”, inspirada en de la vivencia de Stuttgart: “Unidos por Europa”. Llamé rápidamente a algunas de mis Hermanas de Curso para ver si podían ayudar y todas asintieron, de modo que nos inscribimos como ayudantes; la persona que nos inscribió nos dijo con alegría: ‘este tipo de E-mail se recibe con gusto’.” “Yo no hice nada más, llegué hace cinco minutos, pero es fantástico”, dijo una joven que también se había inscrito como ayudante. El ambiente es bueno; hay desde encuentros alegres hasta tormentosos, conversaciones espontáneas, rostros alegres a pesar del apuro.  ¿O es acaso que la dinámica de Dios que mencionara hace pocos minutos el Santo Padre la que nos pone en movimiento sin agotarnos?

“¡Es muy divertido, aun cuando nunca hice algo así!”, dijo la Hermana Monika März. Georg Schick estaba también radiante. Él había planificado la participación de Schoenstatt en la Jornada de los Católicos en nombre del Movimiento en Alemania: “El ambiente es bueno, sí, ¡y el lugar es fantástico! ¡Y además el clima! Hace tiempo que estaba pronosticada la lluvia”. “¡Hay tanta juventud aquí!”, observaba con asombro un sacerdote. “Y muy buena”, comentaba una señora mayor.

Eva-María Baumgarten contagiaba su entusiasmo por el encuentro con la cruz de la Jornada Mundial de la Juventud en Fulda, Dietershausen y alrededores. “Lo logré, logré estar en la página principal de schoenstatt.de”, decía efusivamente, “¡nunca lo hubiera imaginado! Es decir ¡la cruz lo logró!” La Cruz de la Jornada Mundial de la Juventud estuvo también en la ceremonia de inicio en esa noche y así había un vínculo con la Jornada Mundial de la Juventud del próximo año, en Colonia.

Alzar la voz con valentía

En un árbol directamente al pie de la Catedral de Ulm, flamea la bandera de Schoenstatt. Hay también banderas de Schoenstatt alrededor del “Oasis”; grandes carteles anunciando la oración del mediodía “en búsqueda de huellas”, como una de las ofertas centrales de Schoenstatt durante la Jornada Católica. El Dr. Hubertus Brantzen (de Maguncia) tiene una visión: popularizar la búsqueda de huellas y, de esta manera, enseñar la práctica de la fe en la Divina Providencia. Que esto pueda grabarse en la conciencia de la Iglesia de Alemania y que sea una ayuda para los miembros de esta Iglesia, que siempre se pierden en discusiones estructurales sobre el Dios de la vida, el Dios que es importante para las experiencias en la vida concreta. “Naturalmente es importante reflexionar sobre los cuestionamientos relacionados con la unidad en la comunión eucarística, (entre evangélicos y católicos)” (que fue el tema principal de la conferencia de prensa del mediodía), “pero eso no le interesa a mi joven vecina, cuyo esposo murió la semana pasada de cáncer”, dijo una señora. “Ella quiere saber cómo puede experimentar ahora que ese Dios está realmente presente”.

El Santo Padre convocó, al inicio de la Jornada, a levantar la voz con valentía cuando se cuestionan los fundamentos de la fe cristiana y de la vida en común de los seres humanos, cuando se discuten los valores del matrimonio cristiano y de la familia, y cuando el carácter único de la vida humana como regalo de Dios está en juego. El tema central es el regalo de la vida, la intangibilidad de la vida, como mencionó el obispo Gebhard Fürst al mediodía, en la conferencia de prensa. Se discutieron cuestiones de bioética y desafíos éticos para protección del ser humano. Un tema en el que se ha involucrado el Movimiento de Schoenstatt y sobre el que ya se han llevado a cabo simposios científicos en la Argentina, Puerto Rico y recientemente en el Brasil. Europa, ecumenismo, diálogo entre cristianos y judíos y ente cristianos y musulmanes, son los temas centrales de la Jornada de los católicos alemanes.

Con el lema “¿Estamos las mujeres ya donde quisiéramos llegar?”, el Movimiento de Schoenstatt introduce en la discusión el tema de la “Mujer”, que ha sido muy poco mencionado en el contexto de esta jornada.

Vivir en la fuerza de Dios.

“Vivir en la fuerza de Dios”. Este lema de la 95ª Jornada de los Católicos alemanes, fue mencionado durante la celebración de apertura en varios de los discursos. “Quien vive de la fuerza de Dios, no encuentra límites a su amor”, dijo Renate Müller, Vicepresidenta del Comité Central de los Católicos en Alemania, “sin límites en el compromiso por la solidaridad y la justicia, para lograr más condiciones y comportamientos dignos del ser humano y para confiar más en la realidad de que Dios vive con nosotros, para vivir con más sobriedad, para tomar más en serio la realidad de los seres humanos en sus condiciones sociales”.

“Dejémonos fortalecer por Él durante estos días, para ser una Iglesia llena del Espíritu Santo, que se vuelca hacia los hombres, sus problemas y necesidades en nuestro tiempo”, según dijo Mons. Fürst, “Hagamos, como cristianos en medio de este mundo, nuestro aporte a una cultura humana de la vida, a una política orientada en los valores cristianos y a una Europa llena de espíritu.  Llevemos la fe del Dios de la Salvación a todo el mundo y demos testimonio de la esperanza que nos mueve. Abrámonos a Dios y a nuestros hermanos, que podamos experimentar la cercanía de Dios en nuestro prójimo”  Hay que seguir las huellas del poder de Dios...

Traducción: Vanessa Franke, Emmelshausen, Alemania