"Vayan a la búsqueda de huellas, ¡es algo excelente para la vida!"Más de 4.500 personas participaron en la oración del mediodía "huellas del poder de Dios", con el Cardenal Karl Lehmann, de Maguncia, en la Jornada de los Católicos alemanes que se realizó en Ulm |
Jornada de los católicos alemanes, mkf. Se decidieron espontáneamente a ir hoy, sábado, a la Jornada de los Católicos, dos jóvenes mujeres de Ulm; sin ningún programa, simplemente fueron a mirar. Y ¿por qué llegaron precisamente al salón 2, para "buscar huellas"? Por una recomendación escuchada en el camino al recinto ferial: "¡vayan a la búsqueda de huellas, es algo excelente para la vida!" Además de ellas, hay otras 4.500 personas que se han reunido entre los salones 1 y 2 para buscar a Dios en medio del acontecer diario, en personas, cosas y sucesos; para encontrarlo y amarlo. "¿Y cuál fue tu huella de ayer?" pregunta contenta una joven a otra en la entrada del salón 4. "Me encontré con la Hermana Gabriele y..." Un diálogo al pasar. Tiene en la mano la hoja de las canciones de la búsqueda de huellas. "Esto se lo tengo que contar", dice la señora Sturm, mientras se dirigía directamente a la Hermana Mirjam, que estaba en el pabellón del Movimiento en el salón 4. "Ayer estuve en la búsqueda de huellas y perdí mi chal". Y era bastante caro. "Entonces dije: Señor, yo he buscado tus huellas, no puedo perder mi chal. Y efectivamente, hoy a la mañana lo recuperé en la oficina de cosas perdidas, ¡alguien lo entregó ahí! ¡Esta sí que es una huella...!" En el ómnibus que va a la estación, una religiosa tararea: "Vemos tus huellas en todas partes... " La Jornada de los Católicos alemanes realizada en Ulm, tuvo unos 25.000 participantes estables y unos 10.000 visitantes diarios; si 4.500 de ellos participaron el 19 de junio en la Búsqueda de Huellas, esto es más de una octava parte del total de la concurrencia. El 18 de junio eran por lo menos 5.500; el jueves 17, más o menos 1.700: Schoenstatt dejó una huella en esta 95ª Jornada de los católicos. "Quedó demostrado que fue muy bueno – como Movimiento de Schoenstatt – presentarnos con una cosa en común en la Jornada de los Católicos, e invertir bastante en ello" dijo el Dr. Hubertus Brantzen. "Juntos", agrega alguien. El "Oasis Inschallah", la "Búsqueda de Huellas", el pabellón, ha sido un estar el uno con el otro, por el otro, en el otro: este es el motivo de la eficacia. "Y también todo se hizo profesionalmente, vean los colores de los volantes y de las telas... (el comentario se refiere al articulo anterior N.R.) "Si, todo eso armonizaba perfectamente con los colores de la Jornada de los Católicos", confirmó Hubertus Brantzen. "Pero ¡el profesional fue ÉL! Recién aquí nos dimos bien cuenta que todo encajaba perfectamente". Buscar a Dios, encontrarlo y amarlo en todas las personas, las cosas y los acontecimientosDesde el miércoles se había anunciado mal tiempo; llegó el sábado a la tarde... Mientras se cantaba "en todos lados vemos tus huellas" se abrieron las nubes por un instante y una clara luz iluminó a la concurrencia del salón 2. "Queremos buscar a Dios, encontrarlo, amarlo en todas las personas, cosas y acontecimientos," dice el Dr. Hubertus Brantzen al comienzo de la oración del mediodía. "En esta luz del sol, en la técnica, en la ciencia, en la política, en aquello que vemos, oímos y discutimos en esta Jornada, Y nos preguntamos: ¿dónde está Dios?" El Cardenal Karl Lehmann tomó el texto de los Hechos de los Apóstoles que orientó la búsqueda de huellas en ese día: "Habiendo sacado de un solo tronco toda la raza humana, quiso que se estableciera sobre toda la faz de la tierra, y fijó para cada pueblo cierto lugar y cierto momento de la historia. Habían de buscar por sí mismos a Dios, aunque fuera a tientas: tal vez lo encontrarían. En realidad no está lejos de cada uno de nosotros, pues en Él vivimos, nos movemos y existimos, como dijeron algunos poetas suyos: ‘Somos también del linaje de Dios’" (Hechos 17, 26-28) San Pablo, dijo el Cardenal Lehmann, habla a los atenienses en el idioma de sus filósofos y poetas: todo el mundo está lleno de huellas de Dios. También nosotros estamos rodeados de huellas y es válido aprender a hacer "una distinción" entre ellas. No todas las huellas vienen de Dios, pero descubrir una huella que venga de Él y que nos lleve a Él, es una promesa... Buscar huellas significa: descubrir algo de la belleza de Dios en la sonrisa de un niño, en la mirada de una persona; una huella de su conducción en aquello que nos pasa o no nos pasa en el preciso momento; huellas de Dios hay en todo el mundo" dijo, y es una forma característica de vivir, siempre buscando sus huellas: encontrar a Dios en todas las cosas, en los acontecimientos y en las personas. Si uno se transforma en un buscador de huellas, descubre que Dios habla de muchas maneras, no sólo en la Biblia, donde está su valiosa palabra; Dios habla a través de las personas – en una enfermera que con sensibilidad cuida a ancianos durante años; en las cuidadoras y Hermanas que en una residencia de ancianos no se dejan abatir por la rutina; en una madre que se entrega a su hijo: todas estas son verdaderas huellas de Dios... Un criterio seguro de que algo sea una huella de Dios, sería, según el Cardenal, cuando a través de alguien sucede algo en lo personal, sin hacer mucho ruido. Finalmente animó a buscar huellas en común: en el matrimonio, en los gremios, en los grupos. La búsqueda comunitaria ayuda a discernir las huellas. Queremos ser buscadores de huellas¿Qué es lo que en los últimos días me ha movido, impresionado, tocado especialmente? El profesor Brantzen propuso a los participantes recordar aquellas experiencias y revivirlas nuevamente en su interior. Después de este primer paso de la búsqueda de huellas invitó a compartirlo. Marie-Luise Weiss contó de su huella: ella había repartido volantes con mucho entusiasmo. De repente había pasado una pequeña y anciana señora, canosa, con marcadas arrugas en la cara. Ella no recibió el volante, sino que dijo: "yo misma soy una huella". Un poco después entendí lo que dijo la señora: "cuando alguien me pregunta cómo puedo estar tan bien teniendo 89 años, respondo: vivo con Dios". "Esa fue mi huella", dijo Marie-Luise Weiss. Desde hacía algunas semanas el matrimonio Schmucker estaba feliz por un círculo de trabajo en el Centro de familias. En el camino hasta allí, el tranvía había tenido una avería; luego, por el susto, se pasaron de la parada y tuvieron que volver. Cuando finalmente llegaron la sala estaba llena y cerrada. Frustración, desilusión, disgusto. "Entonces nos sentamos en el prado y descansamos. Ese fue el momento de regalo de ese día, nos hizo tan bien descansar juntos..." Luego les tocó a los 4.500 participantes contarse mutuamente las huellas que encontraron: "Yo vi a todos aquellos que andaban con un mapa de las calles por Ulm y así y todo se perdían, y di gracias porque no necesitaba nada de eso ya que soy de Ulm". "Yo participé esta mañana de una maravillosa Misa con un coro de jóvenes croatas que al final cantaron una bellísima canción croata a María. Había lamentado tanto no haber podido asistir anoche a la celebración ecuménica y mariana, y me tocó esto..." Aplausos para las huellas de DiosUn gran aplauso para los cientos de huellas en las que Dios se hizo presente en esos minutos allí, en el gran pabellón ferial. El Cardenal Lehmann mencionó las huellas en la oración, dio la bendición y luego continuaron las canciones de Wilfrid Rörig y sus amigos. Las 4.500 personas cantaron: "el amor ve más..." Siguieron con una canción tras otra, mientras hay una gran demanda por los mini CDs con las canciones "El amor ve más" y "En todas partes vemos tus huellas"... y se reparten las últimas hojas con las canciones, pero ya no hay más... Han participado al menos 12.000 personas en los tres días... Hubo aplausos para las huellas de Dios y para los buscadores de huellas, que trajeron este tema a la Jornada de los católicos alemanes. Y continuaron: "Ayer, durante el almuerzo, me puse a buscar huellas con dos colegas en un pequeño ámbito", dice un E-mail de Niederrehein, de una schoenstattiana que se quedó en su casa. "Aún estoy impresionada. ‘Dios no ha estado realmente muy presente hasta ahora en mi vida’, dijo una colega de 29 años, ‘pero probablemente valga la pena buscarlo un poco más’" BUSQUEDA DE HUELLAS: www.spurensuche.infoTraducción: Marcela Mas, Viña del Mar, Chile |
Zurück/Back:
[Seitenanfang / Top] [letzte
Seite / last page] [Homepage]
Last Update: 22.06.2004
Mail: Editor /Webmaster
© 2004 Schönstatt-Bewegung in Deutschland, PressOffice Schönstatt,
hbre, All rights reserved, Impressum