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 published: 2004-06-30

Una visita al Santuario de Confidentia

Un Santuario dentro de una casa... en el centro de Buenos Aires

Entrada de "Confidentia", en la calle Riobamba en Buenos Aires

Entrance of "Confidentia" in the Riobamba street in Buenos Aires

Eingang von "Confidentia" in der Straße  Riobamba in Buenos Aires

 

Interior: rincón del Padre ...

Interior: Father corner ...

Im Haus: Gründer-Ecke ...

 

...y una pequeña estatua de la Inmaculada

...and a small statue of the Immaculate Virgin

…und eine kleine Statue der Immakulata

 

El Santuario en la casa

The Shrine in the house

Das Heiligtum im Haus

 

Puerta del Santuario

Door of the Shrine

Eingangstür

Fotos: Cabral © 2004

 

 

ARGENTINA, Javier Cabral. ¿Sabían que hay un Santuario de Schoenstatt dentro de una casa? Claro, ¿no me creen? No importa, pues no es cuestión de fe. Igual se van a ir al cielo.

Siempre que vamos a una ciudad para conocer un Santuario, buscamos el campanario. ¡Allá está el Santuario! Es la señal victoriosa de quien lo ve primero. Si usted es de esos y va a buscar el Santuario de Confidentia, no busque el campanario, nunca lo va a encontrar.

Era cerca del mediodía en Buenos Aires, los taxis negros con el techo amarillo corrían entre el tránsito, al igual que los colectivos. Todos con prisa, al igual que los peatones con quienes nos cruzábamos en la vereda. Parecía que todos habían salido cinco minutos tarde rumbo al lugar a donde iban.

En los restaurantes los mozos acomodaban los manteles en las mesas aguardando que los empleados de las oficinas se tomen su tiempo para el almuerzo. En los puestos de diarios en las esquinas se podían ver algunas de las últimas novedades: los nuevos amores de las mismas estrellas de siempre de la televisión; los nuevos escándalos de los mismos políticos de siempre; los nuevos traspiés de los mismos ídolos deportivos de siempre…

Una placa oval con el número 1050

Caminábamos por la calle Riobamba. En eso vimos en el frente de una casa antigua y grande (de unos tres pisos), una imagen colorida de la Mater, también un cartel metálico: "Movimiento Apostólico de Schoenstatt" y más arriba una placa oval con el número 1050.

"Debe ser la casa de algún schoenstattiano", pensamos. Preguntamos a una persona que estaba allí. "Es la entrada al Santuario de Schoenstatt", nos respondió. Por supuesto que no le creímos.

Desde la vereda, se veía una entrada y una escalera con otra puerta muy alta, de las de antes, con dibujos grabados en los vidrios.

Entramos a curiosear. Luego de la escalera hay un vestíbulo interior. En el fondo, un Rincón del Padre con muchos folletos, novenas, etc. Había también un vaso con maíz y una compotera. Para contabilizar los aportes al Capital de gracias, se van pasando del vaso a la compotera. Interesante, un método simple y muy práctico.

Al lado del rincón, en un jardín interior, hay una pequeña imagen de la Inmaculada. A los costados del vestíbulo hay carteleras con avisos de las distintas ramas. A la izquierda de la Inmaculada hay una librería y santería muy bien surtidas.

Una puerta como las de los Santuarios

Mirando desde la entrada del vestíbulo, es una casa donde hay elementos de Schoenstatt, pero del Santuario nada... "Debe ser en otro barrio", pensamos. Pero hacia la izquierda vimos una puerta, esa sí, como las de los Santuarios. "Qué ocurrencia", pensamos que alguien colocó una puerta parecida como un adorno o para darle un aire más schoenstattiano al lugar.

Una isla de paz en medio de la vorágine de una gran ciudad

Como hasta allí todo había sido gratis, decidimos avanzar un poco más. Abrimos la puerta y ¡oh, sorpresa... el Santuario de la Madre, Reina y Victoriosa tres veces Admirable de Schoenstatt… en la casa Confidentia! Realmente como Santo Tomás, ver para creer. Si estuviese en Brasil sería el Santuario Habitación más grande del mundo.

Es realmente única la sensación de estar en el interior de una sala, en el interior de una casa y... a la vez en un Santuario.

Este sí que es un Santuario de la interioridad, del corazón, de la intimidad y en pleno mundanal ruido de una gran ciudad. Una isla... y llena de gente. Ese día había exposición del Santísimo y era continuo el peregrinar. Muchas personas con sus bolsas de las compras o de paso al trabajo. Así como hay cafés al paso, también en Buenos Aires hay un Santuario al paso…. bien inserto en el mundo, en la vorágine de la vida diaria.

¡Qué bien se está aquí!

Al abrir la puerta no se ve el altar. El acceso al Santuario está en lo que sería la pared derecha de un Santuario convencional. O sea, se entra donde estaría el último banco de la derecha. A la izquierda de la entrada, como no está la puerta, hay un banco de pared a pared. Es el banco de Santuario… más largo del mundo.

Tiene aire acondicionado y también ventanas con vitrales, que supongo deben estar delante de otra pared de la habitación con alguna lámpara entre ambas paredes para dar la sensación de luz exterior. Todo muy bien logrado. El vitral de la izquierda tiene la imagen del Padre Kentenich como en los otros Santuarios argentinos.

Y el altar, magnífico. Arriba del cuadro de la MTA, una hermosa corona y una novedad para mí: En lugar del símbolo del Padre habitual, una imagen de Dios Padre de tamaño mediano con algunos angelitos. Una Peregrina Auxiliar delante del altar nos hizo recordar que estamos en el año del centenario del nacimiento de Don João Pozzobon.

Realmente ¡qué gusto estar allí! dan ganas de quedarse más tiempo... pero luego de saludar a la Mater, teníamos que seguir con las actividades típicas de una visita a Buenos Aires: comprar libros, comer pizzas en El Palacio de la Pizza, ir al cine, a la tarde tomar algo en el histórico Café Tortoni y pasear por el centro, donde al anochecer hasta es posible disfrutar de una buena exhibición de tangos en la calle.

Si usted hacía todas estas cosas, a partir de hoy cuando esté por Buenos Aires agréguele una visita al Santuario del centro, en la sede de Confidentia, no se va a arrepentir... y al volver podrá disfrutar de la cara de sorpresa de sus amigos y hermanos de grupo cuando les cuente sobre el Santuario que está dentro de una casa.

Un Santuario en el Centro

La casa "Confidentia" (en latín: Confianza), un bello edificio estilo "art decô", es la sede de Schoenstatt en la Vicaría del Centro de Buenos Aires. Fue adquirida por la fundación del mismo nombre, inspirada por el Padre Esteban Uriburu. En ella funcionan las secretarías de las múltiples acciones apostólicas del Movimiento y cuenta en el primer piso con un gran salón para conferencias y para las Stas. Misas con gran concurrencia. También con espacios exclusivos para las juventudes y locutorios para los Asesores. Es una casa llena de vida, y por ello, hace ya casi diez años, la Familia del Centro decidió construir el Santuario en el único espacio disponible: dentro de la casa. Debía ser – y lo es – lo que dice la oración del "Hacia el Padre" que acompañó la construcción:

"Tu santo corazón es para el mundo
el refugio de paz,
el signo de elección
y la puerta del cielo"

(Hacia el Padre, Nº 541)



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Last Update: 30.06.2004 Mail: Editor /Webmaster
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