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 published: 2004-05-25

"Concierto por el diálogo entre los pueblos"

El cumpleaños del Papa, 18 de mayo, en Roma

Albúm del concierto

Album of the concert

Album zum Konzert

Foto: genrosso © 2004

Más: www.focolare.org

 

 

 

ROMA, P. Alberto Eronti. Si bien es cierto que los cumpleaños de los últimos Papas fueron señalados por la prensa y los Pontífices recibían los saludos de la Curia Romana, el día del cumpleaños de Juan Pablo II se ha ido convirtiendo en algo del todo particular. Hay dos hechos que destacar: que en varias ocasiones el Papa le regaló a la Iglesia y al mundo un escrito suyo y que, por libre iniciativa de algunos Dicasterios o Movimientos, se celebrara en el aula Pablo VI un concierto - como el que se realizó este año.

En la noche del día 18, invitado por el Movimiento de los Focolares, pude participar del "Concierto por el diálogo entre los pueblos".

Se dio la coincidencia que el mismo día el Pontífice celebrara su cumpleaños y el Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso sus 40 años de vida. Ambos acontecimientos fueron asumidos por el grupo "Gen-rosso", del Movimiento Focolar. El lema de la velada era de por sí indicativo: "Quiero despertar a Europa". La sala, con capacidad para más de 7.000 personas, estaba llena. Se destacaba la presencia de personalidades de otras culturas y religiones, como también de algunos embajadores ante la Sede Apostólica. Fueron dos horas intensas y plenas de sentimiento religioso. La música estuvo a cargo de la Orquesta Filarmónica de Milán y de un conjunto Gen. Cantores de ambos sexos y de diferentes naciones –usando el italiano, el inglés y el árabe- y dos recitadores de excepción, anunciaron el mensaje de amor y esperanza partiendo de los Salmos y usando la frase evangélica: "Eloí, Eloí, lemá sabactaní" (Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?) como telón de fondo y núcleo del mensaje. La danza también hizo su aporte, expresando con movimientos corporales el contenido de los textos..

Hacer revivir el Libro de los Salmos

Me llamó poderosamente la atención la unidad lograda entre la Filarmónica y el grupo de música moderna. También me impactó ver cómo siente y expresa la juventud su sentir religioso. Lo visto parece decirnos que todo medio verdaderamente artístico puede ser usado para anunciar el Reino. El Concierto "Quiero despertar a Europa", nace como un CD. La obra se compone de trece canciones que intentan hacer revivir, a la luz de la sensibilidad contemporánea, el antiguo Libro de los Salmos, re-escribiendo el contenido con palabras, metáforas y sonidos de hoy. Se insiste particularmente en la composición musical, que es una síntesis entre lo clásico y lo moderno con algunos matices de música medio oriental. Los Salmos constituyen una obra maravillosa de poesía religiosa. Son plegarias, súplicas, himnos, cantos, que expresan el sentir y vivir del alma religiosa en momentos concretos de la vida diaria.

¿Cómo lograr la unidad en la diversidad?

Como telón de fondo, está Europa. Una Europa que políticamente es más amplia, que ofrece grandes perspectivas en lo económico y social, pero cuya unidad jurídica revela la debilidad de su unidad vital. ¿Cómo lograr la unidad en la diversidad? ¿Cómo crear lazos de unidad respetuosos de la cultura propia de cada pueblo? El Padre Kentenich gustaba recordar la frase de un historiador romano: "Cada reino se mantiene en base a las fuerzas que le dieron origen". Es aquí donde los jóvenes del "Gen-rosso" creen tener un aporte, ya que no sólo afirman que Europa nace de raíces judeo-cristianas, sino que rescatan y utilizan la música como un lenguaje supranacional capaz de dar impulsos de integración afectiva y efectiva. Sienten que en el común denominador de Europa está la oración de los Salmos. En ellos hay algo de arcaico, algo que parece como perderse en la noche de los tiempos, pero que en el mismo instante se revela portador de una insospechada modernidad y actualidad.

"Despertar" acordes dormidos en el alma de Europa

Es en este contexto que nace el Concierto tendiente a "despertar" acordes dormidos en el alma de Europa. Acordes que, por ser comunes a todos, crean puentes de unidad. Los jóvenes tienen claro que no quieren habitar Babilonia, símbolo de la confusión de las lenguas, sino Jerusalem, símbolo de la unidad, la concordia y la paz. Y hacen de estos sentimientos babilónicos un canto, también un grito:

Prisión. Enfermedad, Asfixia.
Tierra, tierra me resultas extranjera.
No tienes nada de mí.
Padre, ríen mis opresores, ¿quién me liberará?

A esta realidad le responden con cantares de Sión:

Quiero despertar la aurora. Quiero despertar la aurora.
Me has liberado de la pesadilla que me encadenaba porque era más fuerte que yo.
No tengo más miedo, no tengo más miedo, ahora que estás junto a mí.
Se disuelve la niebla de la noche, ahora que estás aquí junto a mí.

Quiero despertar la aurora

Quiero despertar la aurora. Cantando una y otra vez esta canción final, terminó el Concierto. Mientras abandonábamos el aula la música seguía acompañándonos. Los jóvenes y los adultos, las religiosas de todas las edades, los sacerdotes y seminaristas, todos cantaban para despertar la aurora, mientras la noche nos acogía en San Pedro, la plaza del mundo. La ventana del estudio papal se veía iluminada, antes de salir nos habían avisado que Juan Pablo II había seguido el concierto por la TV. Entonces de manera espontánea salió el grito: ¡Feliz cumpleaños, Santidad!

La noche termina al despertar la aurora

Para mí fue una rica experiencia. Hace tiempo oí decir que los jóvenes y los artistas son los primeros en captar el cambio y el genio de los tiempos de manera intuitiva. Esta noche fue así, los jóvenes y el arte se han unido para expresar lo antiguo de manera nueva, cambiar el aleteo del terror en esperanza y dejar clara su opción: la noche termina al despertar la aurora. Ellos la quieren despertar cantando plegarias.

Tras esta experiencia vuelvo a experimentar, como una sorpresa sin fin, lo que significan los impulsos del Espíritu. Cada Movimiento, cada Comunidad Nueva, tiene sus dones, su identidad. ¡Qué hermoso mosaico se forma en la Iglesia, cuando cada carisma da su aporte! El Espíritu, como amor ocurrente e ingobernable, sopla donde quiere, crea la multiplicidad y forja la unidad. Que este Pentecostés 2004 tenga a María en medio y nos dé ser más uno en el respeto y la acogida de lo diferente.



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Last Update: 25.05.2004 Mail: Editor /Webmaster
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