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 published: 2004-04-27

Un camino de amor

Fiesta de despedida de tres novicios de los Padres de Schoenstatt

 

En camino al noviciado

On the way to novitiate

Auf dem Weg ins Noviziat

 
 

El Padre Juan Pablo con novicios

Fr. Juan Pablo with novices

P. Juan Pablo mit Novizen

 
 

Los tres novicios en San Isidro

The three novices in San Isidro

Die drei Novizen, die sich in San Isidro verabschiedeten

 
 

Con familiares y amigos

With family and friends

Mit Freunden und Verwandten

 
 

Una fiesta excelente

An excellent feast

Ein tolles Fest

Fotos: Onni © 2004

 

 

 

ARGENTINA, Mariana Onni/mkf. El 18 de abril, en Tupãrenda, Paraguay, 26 jóvenes de la Argentina, Ecuador, España, Brasil, Chile y Paraguay han comenzado con su noviciado el largo camino hacia el sacerdocio en la comunidad de los Padres de Schoenstatt. En San Isidro, Argentina, en el marco de la octava de Pascua de Resurrección, se realizó la despedida de tres jóvenes que partían hacia allá.

Acompañados por la comunidad, amigos y familiares, participaron en la Eucaristía, concelebrada por los Padres Juan Pablo Catoggio, Pablo Javier Pol y Hugo Álvarez. En su homilía, el Superior Regional, Padre Juan Pablo Catoggio, reflexionó sobre la actitud de confianza y humildad con la cual los futuros novicios debían partir y transmitió un mensaje especial a sus padres. A estos, Jesús resucitado les regala la paz del corazón, y los invita a aceptar y recorrer este camino de amor, dando las gracias por estos hijos ofrecidos. Finalmente se dirigió a los presentes, señalando que estas vocaciones germinaron en una comunidad viva y madura, unidos y alimentados en la Alianza de Amor.

"La verdad es que puedo ser santo de mil maneras. ¡Lo sé!"

Juan Pablo Villani, uno de los tres (y hasta poco webmaster de la pagina de la Juventud Masculina de Buenos Aires), escribe: "La verdad es que puedo ser santo de mil maneras ¡lo sé! Pero ¿sabes que fue lo que me cautivó totalmente del sacerdocio? Creo que mi vida fue un caminar hacia eso... con sus tropiezos desde luego, pero sin darme cuenta siempre, siempre, lo que más me interesó no fue mi santificación, aunque esto en verdad parezca raro,... lo que más me interesó fue siempre la santificación de las personas que Dios me confía, y que si uno lo piensa bien, en definitiva me llevan a mi santidad."

"Me sentí orgulloso de ser parte de una Juventud tan claramente convencida de sus ideales y capaz de transmitirlos a la vida cotidiana"

Alvaro Mañanes, de La Plata, en el "Boletín Informativo de Jóvenes de Schoenstatt en la Argentina", da su testimonio sobre lo experimentado en la fiesta: "La verdad: cuando me dijeron que había una fiesta de despedida de los muchachos que se iban al noviciado, se me ocurrió que sería nada más que una reunión de amigos, divertida, con guitarras y tal vez mucha gente. Pero no estaba listo para ir a una fiesta como la que uno puede imaginarse cuando los amigos dicen: Salgamos que me invitaron a una fiesta en tal discoteca.

Realmente fue un viaje largo porque como fuimos diez muchachos desde La Plata, (ya que Juampi Villani se había preocupado por organizar nuestra participación), tuvimos una hora desde La Plata y después otra hora desde el Santuario del Centro hasta el lugar de la fiesta. Pero lo que en un principio parecía una locura, resulto algo increíble.

Yo conocía poco a los muchachos que ingresaban al noviciado; los veía porque mi hermana era amiga de dos de ellos, y para mí fue muy grato conocerlos, porque había escuchado hablar del "muchacho que canta" o del "porteño" o esas cosas, pero no mucho más. Ese día compartí una FIESTA con muchísima Juventud de Schoenstatt de Buenos Aires y de San Isidro y la verdad es que me di cuenta que no conocía a nadie.

Hace tres años que estoy en la Juventud (en La Plata) y ahora me di cuenta que muchas veces nos hace falta darnos cuenta que no estamos solos, sino que hay mucha juventud, mucha gente que comparte nuestros valores, ideales e inquietudes, a menos de una hora de viaje en auto.

La fiesta fue realmente algo que parecía un mundo paralelo, ¡otro mundo!.

La gente bailaba, cantaba, se divertía sanamente, sin abuso del alcohol y hasta pasaron música de Schoenstatt ¡remixada! Realmente me sentía MAYORIA por primera vez en mi vida, al escuchar que todos cantaban conmigo una canción con una clara posición cristiana, sin ser tildados de "anticuados o conservadores" como suelen hacerlo de cuando en cuando los que no comparten estos ideales.

La fiesta fue excelente, pero lo más grandioso de todo es que cuando volvíamos a La Plata, me sentí orgulloso de ser parte de una Juventud tan claramente convencida de sus ideales y capaz de transmitirlos a la vida cotidiana.

Boletín: editorial_boletin_nacional@hotmail.com


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Last Update: 28.04.2004 Mail: Editor /Webmaster
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